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En esta barahúnda constante en la que todos combaten a todos, en la que todos dicen verdades y mentiras respecto a la política tanto nacional como internacional, ¿cómo podré orientarme? Hastiado de tanto telediario teledirigido desde el gobierno o al servicio de unos pocos adinerados, opté por refugiarme en la lectura de los diálogos de Platón y poner atención a la Apología de Sócrates, incansable buscador de la verdad y condenado por ello a beber la cicuta.
Son las nueve horas del 22 de noviembre de 2021 y acabo de comprar el diario ABC, edición de Córdoba. Antes de sumergirme en su lectura, quiero aclarar que ya he oído la radio durante una hora, sin haber escuchado (salvo las deportivas que a mí me interesaban) ni una buena noticia. Albergo la esperanza de que, podré encontrar alguna idea positiva que me alegre el alma afectada con tantas desgracias ocurridas en España y el resto del mundo.
La pandemia nos ha tenido prácticamente inmovilizados. Las buenas noticias sobre su cada vez más creciente control, han permitido que una sociedad enclaustrada se eche a las calles como si de una floreciente primavera se tratara. Málaga hierve de ganas de relacionarse, de encontrarse, de abrazarse; en suma, de ser felices.
Creo que hay más gente que escribe y envía WhatsApp que gente que mande una carta y menos que se lea un par de folios. Quizás por eso los periódicos de papel tienen muros que exigen pagar para poder leer un artículo. Si pasamos por los kioscos, donde hace algún tiempo exhibían desde primeras horas de la mañana grandes cantidades de prensa escrita, ahora solo se exhiben unos pocos ejemplares.
Hay mañanas en las que, confortándote con el agua de la ducha, empiezas a torcer el gesto y no sales de tu asombro al escuchar algunas de las informaciones que te proporciona el transistor. Un poco después, cuando tras el paso por el quiosco, hojeas las páginas de tu periódico terminas desconcertado e incrédulo de lo que te has enterado en poco más de una hora.
Pandemia con crisis sanitaria, social y económica, pero, en vez de encararla, el Gobierno la usa para implicar al enemigo que necesita: una derecha que convierte en ultra. Muertos, enfermos, paro, escasez y hambre. Importan pero no sirven, las noticias deben ser útiles. La vieja herramienta usada desde tiempo inmemorial: “Confundid al pueblo y su destino quedará en vuestras manos”.
Vivimos en una situación de alarma permanente. Todos los medios de comunicación nos aturden con sus repetitivas noticias sobre el COVID-19 y una zarabanda ininteligible de cifras de contagiados, hospitalizados y fallecidos que nadie consigue cuadrar.
-Actualidad: Hoy somos los niños de ayer y los jugadores de petanca de mañana.
-Actualidad: Hoy es dentro de quince días.
Actualidad: El portal de transparencia pasa a ser opaco.
-Actualidad: Los últimos datos confirman que hoy debería ser hoy.
Los últimos años han supuesto una auténtica revolución para el periodismo. El papel de las nuevas tecnologías han tenido en el desarrollo de otras maneras de recibir la información ha hecho que este sector se haya tenido que reinventar por completo, dando pie a un nuevo modo de entender el consumo informativo.
Una de las formas más verdaderas de veneno mental es pensar demasiado, lo cual si no se aborda, puede cambiar dramáticamente su comportamiento, su pensamiento y también su personalidad. Este hábito negativo también puede tener consecuencias adversas en tu vida laboral, escolar y en tus relaciones personales y, en particular, en el comercio.
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