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Nació el Barón de Münchhausen, noble alemán, allá por 1720, y pervive su recuerdo por la manera en la que, al parecer, narraba supuestas gestas bélicas mediante relatos excesivos en cuanto a ausencia de verosimilitud. Incluían esas fábulas episodios tan exagerados como aquel en el que aseguraba haber viajado a la luna montado en un proyectil.
Aquel día era especial. Despedíamos a Luis, amigo íntimo desde la infancia. Hacía tiempo que solía repetir insistentemente “estoy en la raya del más allá”; cualquier día de estos, cansado y “cansando” a alguien en quien yo creo y que otros llaman duda,me dará un empujoncito y caeré suavemente al otro lado de la tapia.
Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.
El ADN de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, contendría la triple enzima trumpista (autocracia, instauración del paraíso neoliberal y retorno al "pensamiento único heteropatriarcal") y cuyo objetivo sería la instauración de un sistema autocrático, forma de gobierno ejercida por una sola persona tras fagocitar a los votantes de Vox y lograr la anhelada mayoría absoluta.
Mientras el hombre común ha pasado a ser un número en un panorama social de masas como el actual, los grupos han tomado protagonismo en la sociedad consumista, amparados ideológicamente por la inteligencia capitalista y alimentados en la práctica por los operantes empresariales. La consecuencia es que el individuo común, el único que debe contar en la base de una sociedad libre y verdaderamente abierta, ha entrado en proceso de franca decadencia.
Casi veinticinco años hace que los españoles, atónitos e incrédulos, como si se tratase de una mala pesadilla, y sin terminar de creerlo, estamos siendo testigos del desguace creciente de España. Concretamente desde el 22 de julio de 2000, fecha en la que José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido secretario general del PSOE.
Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un asunto que lamentablemente consideramos común: la corrupción y su total normalización por parte de la sociedad. Bien sabemos que la corrupción política es un cáncer social que ha infectado todas las estructuras gubernamentales en diversas partes del mundo, pero lo que aquí nos interesa analizar es sólo un aspecto específico de este fenómeno detestable: la complicidad de la sociedad hacia estos actos deplorables.
Sorprende que por el simple hecho de ganar unas elecciones, nos olvidemos del polvorín que tenemos encima. El germen del secesionismo, explosivo latente, va recargándose por la reiterada postura del consentimiento político por miedo a algo, que no existiendo, es utilizado como arma de coacción social para conseguir mejores prebendas que las que tienen los “ciudadanos” fieles a su Nación y a su Estado.
Con un solo plumazo, movimiento, grandes castillos pueden derrumbar, por eso hay que tener cuidado con el lenguaje de la palabra escrita, pues, escarba y escarba para el futuro, bien sea para bien o para mal.
Los talibanes regresaron al poder mediante un juego político global bajo un programa de seguridad especial. Según los documentos revelados hoy, este grupo fue resucitado casi desde 2007 para la fase de regreso al poder. Estados Unidos y sus aliados pusieron fin a su presencia militar en Afganistán y entregaron Afganistán a los talibanes para que sirvieran a los objetivos estadounidenses como un ejército 'proxy'.
Procuren que no despierte, porque a muchos políticos se les acabaría el chollo. Si despertara, resultaría que lo del actual modelo de imperialismo y la globalización, entre otras estrategias de dominación de la minoría económica, pasarían a la historia, ya que el olvidado pueblo tomaría el control de la política, sin interferencias foráneas.
La peor circunstancia que puede encontrarse un ciudadano es el aislamiento, la desconexión con la realidad que da vida a su entorno social. Hoy, puede que siempre, el poder fáctico, permanece de forma permanente en el engranaje social diseñado para, dicen, una buena organización ciudadana (a su servicio).
“Ladrones de guante blanco” (sin violencia), “ Criminalidad de guante blanco” (delitos no violentos cometidos por empleados de alto nivel o funcionarios del gobierno) y el siguiente nivel lo podemos llamar “leguleyos de guantes blancos como avanzadilla contra los delitos de terrorismo” (el poder ejecutivo elimina todo artículo legislativo que ayude a impedir la amnistía del terrorismo).
Imagina que no hay paraíso. Así reza la famosa canción de John Lennon, y así es como me atrevo a titular este artículo. Imagina un lugar donde los delincuentes hacen leyes a su imagen y semejanza porque han sido iluminados por Dios. Imagina un lugar donde las leyes que hacen esos delincuentes son para indultarse o amnistiarse a sí mismo independientemente de los delitos que comentan: corrupción, terrorismo, organización delictiva, malversación de fondos, etc.
Cuando una doctrina se coloca en la cabecera social, la libertad en términos generales palidece, y, en concreto, la libertad de expresión enfila el camino de la agonía, hasta desaparecer. Hoy, la doctrina, ese conjunto de creencias que se muestran como verdades absolutas, está demasiado presente en la existencia colectiva, por lo que la libertad tiene un oscuro presente y peor futuro.
En la práctica, el constitucionalismo es un producto jurídico ideado por los antiguos representantes del gran capital para ilusionar a las gentes y manejar entre bastidores su destino. Sirvió de fundamento a lo que se bautizó como Estado de Derecho. Atento al principio del imperio de la ley, esta pasó a ser el alma del sistema, un producto maleable que atendía, en teoría, al interés general, pero venía afectada por intereses particulares.
El mundo se ha ido transformando a través de las grandes etapas de la naturaleza y en todas ellas el hombre se encontraba, a la vez que maravillado, como sujeto activo de la supervivencia y de la evolución natural y humana. Tiempos oscuros, en los que la cobardía y la audacia fue colocando a cada uno en una zona de la sociedad.
«Nadie tiene intención de construir un muro en Berlín», esas fueron las palabras que pronunció Walter Ulbricht, jefe de Estado de la República Democrática Alemana (RDA), solo un mes antes de ordenar la construcción del «telón de acero», dividiendo, de la noche a la mañana, familias enteras entre una zona del Berlín occidental con el Berlín oriental.
Hay quienes le tienen severa alergia y repulsión, otros la veneran sin entenderla, otros dicen portarla para someter a los demás, otros tantos pasan de ella porque les da igual, otros la necesitan para trabajar, otros la buscan permanentemente y la defienden a capa y espada, creyendo que así la vida es más auténtica. Pues amigos, el problema de la verdad nos acompañó siempre, y no pierde vigencia.
Juan Bautista Say (1767-1832) fue un rico empresario francés y el economista más leído y famoso de su época. Lo segundo, gracias a la enorme difusión que tuvieron su manuales y tratados, los más utilizados en las escuelas de economía que en aquel tiempo comenzaron a proliferar en toda Europa para difundir las ideas liberales.
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