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Había algo en la manera en que ella me miraba, un gesto silencioso que hablaba más que cualquier palabra. Esa noche, mientras el viento susurraba entre los árboles, me mostró su pecho desnudo, pero no era el cuerpo lo que se ofrecía ante mí, sino el alma.
El amanecer se filtraba por la ventana, y aunque el día avanzaba, todo se sentía lejano. Las calles resonaban con los sonidos de siempre, y la rutina seguía su curso, mientras una sensación de vacío lo inundaba. Las conversaciones y las palabras flotando a su alrededor ya no lograban conectarlo con los demás.
No utilizaré el vocablo “saltar” para describirles alguna vez lo que realicé descendiendo del techo del placard de Lidia y Esteban hasta la alfombra a un lado de la cama matrimonial. “Saltar” es lo que ejecuta un gato cualquiera para descender, previsiblemente, del techo
del placard de un matrimonio hasta la alfombrita al lado de una cama.
Lamentos no sentidos que se dicen, y elogios que resultan engañosos; requiebros que pretenden ser hermosos pero en realidad se contradicen.
“El Universo es expresión 'Pohética', Teatro, Música, Danza, Pintura, entre muchas Artes más, y es la clásica manera y/o forma ante y pre antigua excepcional en las artes, como una expresión de sentimiento que ha donado a todos (as) espectacular evolución a lo largo de los años”.
Animal cuida en esta borrasca cruel.
Bendita oscuridad, eres cobijo, que ocultas las miserias de la vida; sensación de quietud que me convida a ver la solución de un acertijo.
En una ciudad siempre agitada, donde la gente apenas notaba los detalles, un hombre pasaba desapercibido. Sin nombre, sin prisa, caminaba con su cuaderno gastado bajo el brazo, dejando pequeños papeles con versos escritos. Nadie sabía quién era, pero algunos lo llamaban “el poeta del silencio”.
Esto no puede estar sucediéndome, acabemos, señores, con esta insurgencia. Esta bella espada medieval no puede estar atravesándome de lado a lado.
No me gusta el amor romántico, o al menos no me gusta que excluya otros tipos de amor. Querer definir un sentimiento tan grande con una palabra tan pequeña, me parece… abrumador.
La ciudad es un laberinto, y Guadalupe lo sabe. Cada mañana enfrenta el caos de autos y murmullos que parecen consumir a quienes transitan. Sin embargo, ella escucha algo más profundo: la vida que persiste entre el caos. La corrupción, la inseguridad y los rostros endurecidos están ahí, pero dentro de Lupita, como algunos la llaman, hay una certeza.
Ven, ven aquí. Porque sé que te duele a ti, pero si quieres, puedes descansar en mí.
Entre estimados nos turnamos para espiar tu libro entre congéneres nos espiamos por riguroso turno...
Truffo amigo te hicieron cruel daño. Pagarán pronto.
Olor a manzana del manzano que vive a orillas del río, del mar, del azúcar blanco, del mejor manjar, aclarar la voz, gritar que soy libre, que llegué a la gloria con una manzana en la mano, verde amarilla o roja, deliciosas, hechas en puré…
Salían los mineros, de modestas casas, con sus caras limpias sus ropas lavadas. Era muy temprano, casi madrugada, porque hasta la mina la senda era larga. Y había que llegar, antes que sonara, desde el castillete la recia campana.
El pasado es una senda, que en el alma se almacena, igual alegra que apena y dormita en una agenda.
Amo el olor a café por la mañana, cuando entra por la puerta de mi habitación e inunda con su aroma cada rincón mientras yo sigo enredada en las sábanas.
La escritora hondureña Indira Flamenco es licenciada en Letras con Orientación en Literatura, egresada de la Maestría en Literatura Centroamericana. Gestora cultural y promotora de eventos literarios. Constructora de versos y de múltiples utopías en los cuales se busca la equidad, la configuración cultural y la justicia, su obra poética ha sido compilada en diversas antologías.
Más rápido que un Más rápido todavía que un Tanto más (tonto más) y más expandido Tanto más todavía y más expandido Más expandido que un lugar común.
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