Relatos
Independència
Me gusta Barcelona porque allí todo es europeo, educado y cívico. Son capaces de proclamar su independència y romper el país donde nací de la manera más educada, llenos de civismo, todo muy democrático, como colofón a diez años de interminable y dura crisis.
¿Estado de bienestar?
Vaya estafa de mierda el Estado de bienestar. Nos prometen la luna y estamos de putas maestras o de putas enfermeras aguantando a todo quisqui.
Los gays
No soporto a los gays. Me dan asco. Si soporto a mi amigo Ignacio, que es gay, es porque me acompaña algunos sábados a comprar zapatos, bolsos, camisas y pantalones.
Ayuda
Martínez era un buen mozo que podía haber tenido una buena vida, pero andaba siempre pidiendo por las mesas de los bares. Muchos clientes lo ignoraban, alguno le daba algo, los jóvenes borrachos se burlaban de él y había quien le arrojaba cerveza y hasta el vaso.
Imposible gritar “Libertad” (IV)
El mundo está haciéndose pedazos, mucho vicio, poco aguante, ¿y la bondad?, poca boquita rosada que nada dice más que “hola”, y yo no sé si soy pensamiento o amarilla o caprichosa. Y yo no sé si soy algo diosa o Gabriela u otra cosa.
Imposible gritar “Libertad” (III)
Mi prima Lupe dejó a su alemán... poco le duró, pero volverán a verse. Aunque sólo discutió fue duro, quizá vuelvan, él no se peinaba. A ella le gusta Alemania, quizás vaya a vivir allí, lo sé.
El enemigo de uno mismo
Había mucho ruido donde estaban aquellos dos hombres que discutían acaloradamente. Uno de ellos pidió silencio, quería pensar tranquilo.
Imposible gritar “Libertad” (II)
Milagros de ojos negros… cual terciopelo su piel, de acero inoxidable tu firme mirada de clavel, del bueno… cual recuerdo en la distancia, estás tú, morena de piel, dorada por el luminoso sol, niña hija de dioses lejanos, encantad...
Imposible gritar “Libertad” (I)
He aquí mi canto a la igualdad de las razas, de los seres, quisiera también de las ideas y la religión, que tantas veces nos separa a traición, provocando muertes, enfrentamientos y guerras.
El afilador de las almas muertas
El afilador pasa una vez en la vida. Quien es precavido, afila sus cuchillos, quien se olvida, jamás podrá volver a cortar con ellos...