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A mediados de la década de 1980, se estaba produciendo una de las mayores crisis humanitarias de la historia en el continente africano. La mayor parte de los ciudadanos occidentales sabía muy poco de la guerra civil que se estaba librando en Sudán, ni sobre sus víctimas más vulnerables: los más de 100 000 niños que se encontraron huérfanos y desplazados a consecuencia de la brutal violencia que asolaba el sur de Sudán.
Los 100 días de conflicto entre facciones armadas en Sudán han forzado a más de tres millones de personas a desplazarse, centenares de miles de ellas a países vecinos, según ha indicado esta semana la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Se cumplen dos meses de la escalada de la violencia en Sudán. Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) continúan en Jartum, Darfur y varias zonas del país. El conflicto y los desplazamientos forzados están provocando que las tasas de desnutrición se estén disparando. Más de 1,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Casi un millón de personas han huido de sus hogares desde que hace un mes estalló el conflicto armado en Sudán, que ha dejado centenares de muertos y miles de heridos, según ha indicado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de las Naciones Unidas. Según su informe, más de 940 000 personas han sido desplazadas y, entre ellas, al menos 450 000 son niños.
Decenas de miles de civiles de Sudán huyen a naciones vecinas, en medio de una frágil tregua en los combates entre el ejército y una milicia que, en dos semanas, han dejado más de 500 muertos y de 4000 heridos, según informaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Aldeas Infantiles SOS ha comenzado a evacuar de Jartum a las familias que hace tan solo una semana tuvieron que abandonar su hogar de la Aldea Infantil SOS de la capital sudanesa, cuando esta fue tomada por la fuerza por un grupo armado. La organización está proporcionando comida, agua y apoyo psicológico a los niños, niñas, jóvenes y familias de sus distintos programas en la ciudad, donde la supervivencia es extremadamente difícil.
La escalada de violencia en todo Sudán es muy preocupante y está poniendo en peligro la vida de civiles inocentes, especialmente de mujeres, niñas y niños. Muchos sudaneses, sobre todo en Jartum y Darfur del Sur, llevan días atrapados en sus casas, sin comida ni agua y enfrentándose a una creciente inseguridad.
Los actuales enfrentamientos en Sudán marcan el fracaso de los supuestos procesos de transición hacia un gobierno democrático. La comunidad internacional debe aprender las lecciones de esta catástrofe y trabajar con la sociedad civil. Por un lado está el ejército, dirigido por el actual líder de Sudán, el general Abdel Fattah al Burhan. Por otro, las Fuerzas de Apoyo Rápido. Ambas partes se culpan mutuamente y dicen que se negarán a negociar.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, reclamó de nuevo el cese inmediato de los combates en Sudán, que han causado la muerte de más de 100 civiles y se intensificaron este lunes por tercer día consecutivo.
Las organizaciones por los derechos de los menores están haciendo todo lo posible para cambiar el polémico artículo 40 de la ley de estatus personal de Sudán, y que establece la edad mínima para casarse en 10 años.
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