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Desde hace tiempo venimos observando que esta generación de políticos ha denigrado el «arte noble» de la Política. Han perdido la ética, la educación y las formas. Hemos pasado de los políticos de la transición, con un claro afán de servicio, a la tropa que ahora tenemos en las institucionales nacionales, autonómicas y locales.
La ultraderecha amenaza al Presidente peruano Castillo con la vacancia para obligarle a que vaya abandonando su plan inicial. La única manera de evitar un golpe parlamentario y que se archiven las "palabras de maestro" consiste en unir a todas las fuerzas laborales y populares en grandes movilizaciones.
Antes de que el actual Parlamento peruano cumpla sus primeros 3 meses, la encuestadora Datum ha dado un dato bomba. El mismo jueves 21 en que se publicaba oficialmente la nueva ley aprobada por el Legislativo para limitar inconstitucionalmente la función presidencial, esta empresa de opinión pública publicó su último sondeo, según el cual apenas el 21% de los encuestados apoyan al Congreso mientras que el 71% le rechaza y el restante 8% no opina.
La táctica que hoy emplea el Gobierno peruano consiste en constantemente buscar calmar a la derecha haciendo concesiones. Primero el Presidente Pedro Castillo y su primer Premier Guido Bellido sacrificaron al canciller Háctor Béjar, a menos de tres semanas de que él llegó al cargo, estableciendo un récord de poca duración. Luego Bellido quiso remover al ministro de trabajo Iver Maraví.
La extrema derecha ha creado el Foro de Madrid para organizar a las fuerzas que quieren derrocar a todos los gobiernos "progresistas" de lo que VOX llama "la iberosfera" (la esfera de influencias de la Iberia castellana), la misma que quiere expandirse a todos los países hispano-hablantes, a Brasil y Portugal. Su primer objetivo: unir a los golpistas que quieren deponer al último gobierno electo de la izquierda iberoamericana.
Mientras el concepto ULTRA no sea clarificado por los medios que la Legislación Española determine, seguiremos teniendo conflictos, cada vez que un ciudadano individual, una entidad o un partido político expresen ideas que no gusten a cualquier otra persona, entidad o partido político.
Existe un empeño, que yo diría que está fuera de lugar, en satanizar a un partido político que lejos de incumplir la Constitución.
Existe un término –librepensador- de connotaciones algo decimonónicas, hoy caído en desuso, que define de maravilla la actitud ante la vida de los que a veces nos sentamos a la vera del camino a contemplar la existencia y su devenir.
En un plis plas, señores, nos volveremos a encontrar ante las urnas para cumplir con nuestro “deber de ciudadanos”, ya convertido en algo habitual gracias a la incompetencia de nuestros políticos, incapaces de ponerse de acuerdo; evidentemente condicionados por sus egoísmos personales y de partido.
Sr. Pablo Casado (presidente PP)
Sr. Albert Rivera (residente Cs)
Sr. Santiago Abascal (presidente de VOX)
La pírrica victoria de aquellos que, con la colaboración del TS, han decidido vengarse de Franco por haber sido derrotados por él en la Guerra Civil española y, después de más de cuatro décadas de su muerte, abriendo la tumba donde están reposando sus restos, en el Valle de los Caídos.
Hay miedo a la democracia. Principalmente en la izquierda, pero no solo en la izquierda. En nuestra democracia, la participación política es libre, se hace desde los partidos políticos y la ampara la Constitución. Veamos unos textos constitucionales: La creación de los partidos políticos y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley (Art.6).
¿Cómo es posible que todas estas señoras, presuntamente perjudicadas, se animen a denunciar supuestas acosos sexuales o violaciones cuando ya han pasado los años, en algunos casos 30, y no lo hagan cuando los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar?
En ocasiones es difícil hacerse una idea cabal de aquello que se nos vende como altruista, justiciero, caritativo o deseable cuando, todo aquel entorno en el que se desarrolla la operación con la que se pretende justificar una cierta actuación, aparentemente inobjetable desde el punto de vista ético y del sentimiento de las personas.
Hermanos: como sabéis la economía va a su bola. Da igual que haya gobierno de en funciones, que no haya gobierno o que este sea en coalición o en minoría. Cuando la cosa tiene que ir bien, pues va. Y cuando tiene que ir mal, pues va también.
Cuando un político llega al poder de rebote, fruto de una de las peores consecuencias de una elección poco meditada por los votantes y, por azares del destino, por manipulaciones electorales, por mentir conscientemente de que lo estaban haciendo y por la habilidad que suelen tener todos estos sujetos que padecen ataques de grandeza, que viven convencidos de que han llegado a este mundo para salvar a la humanidad de sus errores.
Me prometí arrinconar por un tiempo la política y elegir un abanico de reflexiones más abierto a temas de sociedad como son la educación, la sanidad, la religión, la emigración, la cultura o los apasionantes horizontes que hoy nos ofrecen las nuevas tecnologías que han roto barreras idiomáticas, económicas o geopolíticas y que han hecho del mundo en el que vivimos una gran aldea global.
Es posible que los más desmemoriados, los que ignoran todo lo que se les debe, los que no han sabido valorar el coste en vidas que tuvieron que pagar por ayudar a Europa o los que, por sus particulares ideas políticas, siempre han estado en contra de la principal democracia del mundo civilizado, azote del comunismo y muralla de defensa ante todos aquellos regímenes de tipo totalitario que, a lo largo de la Historia, han pretendido imponerse en todas las partes del mundo.
No deja de ser esperpéntico el saludo de Oriol Junqueras a Pedro ‘Plagio’ Sánchez en el Congreso de los Diputados. Lo es por el hecho en sí mismo, por la circunstancia de que unos golpistas estén presentes en la casa de la ciudadanía y de la convivencia y lo es por la cara que ponían quienes rodeaban en ese momento la escena. “Grotesco, absurdo y alejado de lo convencional, el orden o la realidad”, por eso es esperpéntico.
Choca de veras el ver como hay algunos que son excesivamente tolerantes con aquellos con los que coinciden, se muestra poco riguroso al juzgar sus acciones o pretenden, en todo momento, encontrar una disculpa para sus comportamientos cuando yerran, delinquen o se equivocan en sus prácticas.
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