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​“Leer” en el otro para “leer” en uno mismo constituye maestría

“Leo en ti para leer en mí”
Abel Pérez Rojas
martes, 2 de abril de 2019, 15:25 h (CET)

La otredad nos brinda la oportunidad de que en la medida que conocemos más al otro, a los otros; más nos conocemos a nosotros mismos y, por supuesto, viceversa.

Adentrarse en el conocimiento más allá de la superficialidad de quienes nos rodean, es una especie de lectura profunda que nos abre nuevos horizontes en la comprensión y entendimiento humano.

Es decir, reconozco que el otro, quien o quienes me rodean, no soy yo, es otra entidad distinta a la mía, sin embargo al reconocer esa existencia asumo mi propia identidad.

Se trata de un fenómeno psicológico, sociológico y filosófico de ida y vuelta.

De ir y venir cuantas veces se desee y pueda.

Como conocer y auto conocerse en la otredad conforma un proceso interminable, adentrarse en sus profundidades es una riqueza en sí, porque nos permite paladear desde otra mirada la diversidad en todos sus ámbitos.

Eres el otro porque eres diferente a mí, sin embargo, eres tan yo porque compartimos una historia en común, porque hemos coincidido en el tiempo y en el espacio lo cual nos hace en cierta forma uno mismo.

Así, el otro es aquella parte que nos hace falta y que anhelamos encontrar para poder experimentar la integridad, la complementariedad, el uno, el YO.

Recientemente pensé todo esto y mucho más mientras escribía mi poema Sé de ti.

Aquí te comparto mi poema con la seguridad de que te dejará mucho más de lo que yo pueda explicarte a través de este artículo.

Conozco tu mirada,

porque sé de tus búsquedas,

de tus inquietudes e inseguridades.

Sé que tu ardilla cerebral es tan veloz

que solo se equipara a los latidos

de tu corazón enamorado.

Sé que tu desesperación temporal

es fruto de la asintonía

entre tus dones y quienes te rodean.

Sé que eres tan transparente en tus rutas

que no se necesita ser gurú

para interpretar tus sueños,

para saber tu necesidad de trascender,

de compartir tus experiencias sincrónicas,

de tus multiversos unificados.

Lo que te digo no es producto del azar

ni de arte adivinatoria,

es simple la fórmula,

es básico el planteamiento:

Sé de ti, porque sé de mí.

No hay nada que ocultar,

solo leo en ti para leer en mí.

Si retomamos la analogía de “leer” en el otro y en uno mismo como lo hacemos con los textos, podemos deducir que facilita “leer” en estos términos, sólo después de entrenarse conscientemente en ello.

¿Qué es “leer” en el otro y “leer” en uno mismo?

Es decodificar el comportamiento desde una visión humanista, no confundir con el análisis que hace cualquier especialista de la conducta.

“Leer” en el otro y “leer” en uno mismo es el resultado de la interacción consciente en la vida diaria, trasciende lo racional y nos conduce en los terrenos de lo intuitivo.

Por todo ello, sostengo que este proceso de vaivén permanente constituye maestría –no confundir con la connotación escolar formal de la palabra-, porque se va depurando con el tiempo y con la convivencia pacífica entre los individuos.

Me conozco más a mí, por ello te conozco más. Si te conozco más, me conoceré más a mí mismo.

¿O no?

Vale la pena darse cuenta, vale la pena intentarlo.

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