A lo largo del año vivido en una especie de reclusión-confinamiento general, muchos de los sufridos habitantes de este mundo -que se nos ha vuelto bastante incómodo-, hemos aprovechado para reflejar sobre el papel las ideas y pensamientos que llevábamos almacenando en nuestras mentes.
Parece ser que las musas se han desmelenado y tomado posesión de cuantos tenemos el deseo, la capacidad o la intención de transmitir nuestras opiniones, sentimientos o deseos de vivir en una humanidad más justa y solidaria. Personalmente he redactado tres narraciones en forma de capítulo diario en los que he recogido mis actividades, mi vida o mi entorno. No se si han interesado mucho, pero por lo menos han servido para que mis familiares me conozcan mejor.
Mi buena noticia de hoy se basa en la lectura de un librito delicioso que ha hecho llegar a mis manos su autor. Se trata de un volumen bajo el título de “Relatos familiares en tiempos de pandemia”; propuestas para la “nueva normalidad”. Su autor es mi buen amigo Alfonso Crespo Hidalgo un párroco malacitano. Todo un Doctor en Teología, autor de numerosos textos, conferenciante, participante asiduo de foros a escala del Vaticano y, por otra parte, un hombre cercano de cuya amistad me honro en presumir.
El libro en cuestión recoge seis relatos sobre la familia y dos propuestas para la “nueva normalidad”. Se ha publicado en gráficas Anarol y los beneficios de su venta se dedican a la Ciudad de los Niños de la que Alfonso es capellán. El texto se lee del tirón. No se puede desenganchar uno del mismo desde que inicia su lectura. En la primera parte del libro diversos personajes nos van describiendo su situación ante la catástrofe a la que estamos sometidos y como cada uno de ello va sacando la parte positiva de la misma. Que la tiene. En la segunda el tema se pone más serio. Sus “propuestas para una nueva normalidad” nos ayudan a afrontar esta situación con una especie de gimnasia del espíritu que nos permite un acercamiento a un Dios vivo que nos acompaña. Su referencia a la celda del monje es impresionante.
No quiero hacerles ningún “spoiler” más. Lo siento, traduzco no debo anticiparles nada (odio los anglicismos, pero todo se pega). Recomiendo a mis amigos malagueños que se acerquen cualquier tarde a la Parroquia de San Pedro, adquieran el libro y aprovechen para echar una parrafada con Alfonso. Me lo agradecerán. Alfonso siempre transmite la “Buena Noticia”.
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