Con más de trescientas páginas, la antología de nombre "Hijos del viento", con el subtítulo: "Antología de poemas sobre animales", podemos perdernos como Alicia en el País de las Maravillas en un ensueño dulce y conmovedor, estimulante en extremo.
En verdad, estamos ante una auténtica joya, esta antología ha sido coordinada por Alberto García-Teresa. Y cuando este poeta, ensayista y antólogo se pone en algo siempre da a la luz oro, joyas. No es Alberto persona de conformarse con textos menores, ni tocar a las puertas -y menos en un empeño de estas características tan importantes- de artistas mediocres, sino que -y gracias a su enorme conocimiento y buen carácter, de la geografía humana de los y las poetas y escritores en castellano actuales, a los que en buena parte conoce en persona- cuando reúne textos literarios, se cuida muy mucho de que lo sean, por ello cada antología de textos que ha salido de entre sus manos siempre ha sido un éxito, por su calidad y aportación a lo que ya había.
En literatura animalista podemos decir que no hay mucho material. Aunque, si bien es cierto, haya muchos libros de narrativa o de ensayo fronterizos o que tocan directamente el tema animalista, literatura propiamente dicha, con "literariedad" -como diría el llorado experto en literatura española Manuel García Viñó-, hay poco.
Precisamente por esa curiosidad, de venir siendo una obra de las pocas -crecientes en número afortunadamente- obras en que poetas cantan a los animales, les hablan no como cosas o atrezzo sino como personas, se meten en su alma, en sus penas, sufrimientos, alegrías y esperanzas; precisamente por eso debemos leer esta obra magnífica.
Es cierto que buena parte de los poemas del libro son dedicados al perro. Mas ¿quién puede decir que en el perro no se reúnen todas las cualidades de todas las demás especies? Hay, no obstante, poemas dedicados a otro tipo de especies animales. Podríamos decir, y a eso iba, que si buscamos un catálogo rico y completo sobre poemas de perros, escritos por lo más granado de la actualidad en escritoras y escritores vivos hispanos, ese sería "Hijos del viento".
Es importantísimo decir que este libro se ha preparado ad hoc para acudir al rescate económico de la protectora "Somos Galgos-Rescate y ayuda", en cuyo correo antologiahijosdelviento@gmail.com puede el lector interesado escribir para pedir el libro en formato electrónico, pues ese es el formato elegido para la edición de la antología. Así se informa de cómo adquirir el libro, que es sencillamente ingresando una donación de dinero, la que se pueda, para la protectora de animales "Somos Galgos".
Pero veamos la sinopsis primera que desde la editora hacen del libro en redes: "Hijos del viento. Antología de poemas sobre animales" es una amplia y diversa selección de poemas sobre los animales no humanos donde participan casi 130 poetas. En esta recopilación se ofrecen piezas (muchas de ellos inéditas y escritas expresamente para este proyecto) de nombres como Olvido García Valdés, Juan Carlos Mestre, Ángeles Mora, Laura Casielles, Martha Asunción, Jorge Riechmann, Raquel Lanseros, Marta Sanz, Luis Bagué Quílez, Berta García Faet, Pilar Adón, Ana Pérez Cañamares, Enrique Falcón o Elena Medel. Se trata de poetas galardonados con premios como el Pablo Neruda, Nacional, Nacional de Poesía Joven, de la Crítica, Adonáis, Hiperión, Ojo Crítico o Loewe. Ha sido coordinada por Alberto García-Teresa y maquetada por Cristina Morano.
¿Cómo obtenerla? Haz un donativo de cualquier cantidad a “Somos Galgos” y envía el justificante a antologiahijosdelviento@gmail.com. Te mandaremos directamente el archivo con el libro. ASOCIACIÓN SOMOS GALGOS ES89 2100 4991 6622 0027 0343 (Caixa Bank)
Listado completo de poetas recogidas/os: Begoña Abad, Lourdes de Abajo, Rosana Acquaroni, Pilar Adón, Marta Agudo, Gracia Aguilar Almendros, Andrea Aguirre, Iris Almenara, Marcos Almendros, Jorge de Arco, Pilar Astray Boadicea, Martha Asunción, Luis Bagué Quílez, Fernando Beltrán, David Benedicte, Mar Benegas, Gsús Bonilla, Isabel Bono, Sonia Bueno, Enrique Cabezón, Paloma Camacho Aristegui, Miguel Casado, Laura Casielles, María Castrejón, Olalla Castro, José Cereijo, Félix Chacón, Nieves Chillón, Ana Cibeira, Ben Clark, Emilia Conejo, Isla Correyero, Antonio Crespo Massieu, Matías Escalera Cordero, Gonzalo Escarpa, Enrique Falcón, Sergio C. Fanjul, Jorge Fernández Gonzalo, Andrés Fisher, Aitor Francos, Sara R. Gallardo, Eva Gallud, Ariadna G. García, Concha García, Txus García, Andrés García Cerdán, Berta García Faet, Jorge García Torrego, José María García Linares, Belén García Nieto, Olvido García Valdés, María García Zambrano, Laura Giordani, José Luis Gómez Toré, José María Gómez Valero, Ángel Guinda, Julio Hernández, Álvaro Hernando Freile, Eva Hiernaux, Balbina Jiménez, Raquel Lanseros, Hasier Larretxea, José Ángel Leyva, Milagros López, Clara López Cantos, Marta López Luaces, Amparo López Pascual, José Manuel Lucía Megías, Inma Luna, Luis Luna, Juana Marín, Juan Antonio Marín, Pilar Martín Gila, Ana Belén Martín Vázquez, Alicia Es. Martínez, María Martínez Bautista, Ángela Martínez Fernández, Francisco José Martínez Morán, Andrea Mazas, Elena Medel, Eladio Méndez, Antonio Méndez Rubio, Juan Carlos Mestre, Isabel Miguel, María Monjas Carro, Nares Montero, Ángeles Mora, Cristina Morano, María Moreno Molina, Marta Navarro, Ángelo Néstore, Federico Ocaña, Antonio Orihuela, Eladio Orta, Yolanda Ortiz Padilla, Julia Otxoa, Ángel Padilla, Viviana Paletta, Katy Parra, Begoña Paz, Ana Pérez Cañamares, María Ángeles Pérez López, Isabel Pérez Montalbán, Vanesa Pérez-Sauquillo, Ángel Petisme, Óscar Pirot, Roxana Popelka, Pedro del Pozo Toscano, Cecilia Quílez, Raúl Quinto, Inés Ramón, Pepe Ramos, David Refoyo, Miriam Reyes, Antonio Revert, Manuel Rico, Jorge Riechmann, David Eloy Rodríguez, Ángel Rodríguez López, Quino Romero Ruiz, Marifé Santiago Bolaños, Roger Santiváñez, Marta Sanz, Lawrence Schimel, Ana Tapia, Maribel Tena García, David Trashumante, Julieta Valero, Ana Vega, Joan de la Vega y Jorge Villalobos."
Finalmente, he de decir que en esta antología va un poema que en redes ha gustado mucho de los que uso mucho en ellas (hay poemas que son mistéricos porque nacen y viven solos, sin libro alguno donde encajarse, y vuelan por las redes sin descanso, como bestias solas abrazadas por muchas/os para darles calor), es el poema "Dime", donde hablo del corazón del perro, tan grande, del amor del perro que es puede que el más grande que existe. No por ello digo que los demás animales amen menos, porque amar tanto y desinteresadamente, y con tal lealtad como el perro, es muy peligroso y quizá, como se ve en qué forma son tan constantemente maltratados los perros, va contra ellos mismos.
El gato ama, pero no se fía, eso es bueno. No hemos de fiarnos. El perro suele fiarse de aquel o aquella con el que vive, aunque le sea lesivo, y lo defenderá pase lo que pase. ¿Es eso un error de la naturaleza, entregarse a quien no lo merece? Para los humanos, diría que es un error amar a quien no lo merece, es evidente. En los perros, no me atrevo a decir algo así, ellos saben qué hacen, cada especie, cada individuo sabe qué hace y por qué. En la (horrible y después fatídica) domesticación de siglos, el perro y el gato han tomado posiciones muy distintas. Las dos respetables, ambas han sido por supervivencia. El uno sobrevive a lametazos continuos y el otro a bufadas y arañazos, y sólo cuando se sabe a salvo de verdad te entrega su cariño. Adorables gatos, adorables perros.
Respetables especies de animales no humanos, todas. Cada animal desea su vida y nadie debe tocar ni un pelo de ella, como no debemos pegar a los niños ni molestar a cualesquiera individuos de nuestra misma especie. Sentada esta digresión, termino con lo siguiente: En ese poema mío del que he hablado y aparece en esta antología "Hijos del viento", de nombre "Dime" narro (sólo muestro el inicio):
En este mundo hay padres que abandonan a sus hijos, amigos de años que de pronto te dejan de hablar. Un perro jamás lo haría. El hombre vende al hombre. Los soldados entran en las casas. La mujer y el hombre a lo largo de sus vidas mienten muchas veces. Un perro jamás lo hace. [...]
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