Dicen que con la edad se va perdiendo la capacidad de asombro, yo diría que entonces no viven en España, porque aquí el asombro está a la orden del día tengas la edad que tengas. Aquí podemos sorprendernos de cualquier cosa, solo con volver la esquina te tropiezas con una sorpresa a cual mayor. Ponemos la radio y oímos al presidente con una verborrea demagógica impresionante, falsa, porque nunca cumple lo que predica pero que convence a sus seguidores, ya sea por ingenuos, por ignorantes, porque les cuesta pensar o por falta de memoria.
Volvemos otra esquina y nos tropezamos con la ley anti desahucios y protección a los okupas, ley y anti ley que descrita de manera enmarañada da pie a un enrevesamiento difícil de interpretar y a la vez poder hacerlo a gusto del juez de turno, pero que llevado a la práctica resulta que el okupa tiene más derechos en la vivienda ocupada que el propio dueño y así vemos como personas están pagando luz, agua, hipoteca de una vivienda en la que no pueden entrar siendo suya. Como la justicia en España es tan lenta y además deja mucho que desear su independencia, pues esos propietarios entran en depresión, crisis de ansiedad y males múltiples sin recibir protección de ninguna clase.
Si damos vuelta a la calle nos encontramos con numerosos impuestos al albur de grupos minoritarios que se empeñan en destruir la convivencia que nos dimos en la constitución del 78, por no mencionar su deseo de cambiar el régimen que nos ha dado tantos años de tranquilidad. Amén del descontrol en las subidas de precios de la luz, gasolina etc..
Si giramos para otra esquina nos encontramos con desbordamientos de ríos provocando destrucción de cosechas, y viviendas. ¿Y todo esto por qué? Algunos dicen que por falta de limpieza de los ríos pero yo pienso lo siguiente: Hace años se ideó un plan hidrológico que no llegó a ponerse en práctica porque en este bendito país la política no se hace pensando en el bien común sino en el bien del gobierno de turno y del partido al que pertenezca. Ignoro si era lo suficientemente efectivo o no, pero si utilizásemos el sentido común y pensásemos en el bien de la sociedad se haría un trasvase hidráulico del norte al sur aprovechando los cauces de los grandes ríos y sus afluentes, evitando así que en el norte hubiese inundaciones y en el sur sequia, además se aprovecharía el agua que termina yendo al mar. Con un buen plan hidrológico podríamos tener una España convertida en un vergel global. Aún se está a tiempo si se plantearan ideas originales, con futuro y se diese buen uso a los fondos europeos.
¿Tan difícil es ponerse todos los políticos de acuerdo para llevar a cabo ese procedimiento? ¿Tan difícil es dejar de hacer política de descarte y hacer una política positiva? ¿Por qué el gobierno entrante quita lo que haya hecho o proyectado el anterior aunque fuera bueno en vez de mejorarlo si cabe? ¿Por qué no exigimos a los que nos van a representar y gobernar por un espacio de tiempo que sean capaces de gestionar bien el patrimonio económico, social e histórico de este país? ¿Por qué permitimos que personas incapaces ostenten cargos que les superan y no saben resolver de manera fructífera para la sociedad?
Cierto es que los fenómenos naturales son difíciles de evitar como ocurre con el volcán de la Palma o los tornados que asolan algunos países de EEUU, pero las inundaciones si se podrían evitar, al menos que los daños fuesen mínimos si se tuviese un plan hidrológico en condiciones. El limpiar el cauce como dicen algunos vecinos de las ciudades ribereñas donde el agua está causando numerosos destrozos en viviendas y campos de agricultores, no está de más pero creo que no sería suficiente, pues cuando la abundante, recurrente y duradera lluvia se une a una copiosa nevada con el consiguiente deshielo, la fuerza del agua es imparable y se debe prevenir con antelación las consecuencias nefastas que proporciona.
Señores políticos piensen que es mejor y más barato prevenir que lamentar.
|