Cobra prestancia a diario ese combate imperecedero entre lo natural y lo artificial. Las fantásticas creaciones diseñadas por los humanos no consiguen desplazar el encanto natural de los restantes elementos mundanos. El primer aliento de un polluelo, el vuelo de la mariposa, la fascinación del horizonte marino, la evolución de las hojas en el bosque, la precisa ubicación de las partículas en sus engranajes; no pierden comba ante las últimas estratagemas técnicas. Compartimos la constante EFERVESCENCIA de esa relación tensa provocada por dinamismos divergentes condenados a permanecer integrados en un universo común. Emergen las múltiples perspectivas mientras contemplamos las expresiones del momento.
Ni el decir ni el sentir son tan nítidos como pudiéramos pensar; sus enlaces discurren por los términos infinitos. Es una realidad habitual fácil de experimentar por cualquiera. Aunque las expresiones cotidianas se intenten precisar al máximo, sean discusiones, debates o simples diálogos; algo escapa en las descripciones, sobrevuela más allá de sus contenidos. Ese FUGADO viene a ser un ente inalcanzable de indudable presencia. Representa una de las grandezas de nuestra condición. Una invitación sugerente a la búsqueda de dichas incógnitas, de tantas cosas que se nos escapan pero que percibimos. Enorme cura de humildad de un natural del que pretendemos escabullirnos sin reparos.
Para una persona en concreto, a pesar de las mencionadas fugas, las experiencias se multiplican en los más variados ámbitos. Encuentran serias dificultades para delimitar el propio perfil en sus actuaciones; quizá por la inexistencia de ese esquema de comportamiento. La confluencia de esos impulsos adopta variaciones insospechadas, en su mayor parte originadas en materiales subyacentes. Si acaso diferentes talantes cuando una persona actúa en SOLITARIO; pese a las influencias citadas, el no estar con nadie más en el momento ejecutivo le da un matiz especial. Lo que uno decide desde ese aislamiento se acerca a la cota accesible del libre albedrío con enfoques mentales peculiares.
A menudo se transita por otra tesitura relacional, cuando las conductas se desarrollan entre unos pocos individuos. Se concretan en ambientes reducidos, familiares, grupos de amigos, diversiones o labores profesionales. La naturalidad ya no se parece en nada a la del sujeto solitario. La emisión de mensajes compite con la recepción de estímulos foráneos; confieren un cierto grado de intimidad ceñido al pequeño grupo. Aquellas expresiones del escueto individuo cambian, ha pasado a formar parte de un determinado NÚCLEO, con las repercusiones consiguientes. Se modifican las motivaciones porque cada conexión introdujo condicionantes peculiares. Los procedimientos adquieren rasgos característicos e inquietudes novedosas.
La calidad de las actuaciones, o si queremos llamarla de otra manera, las propiedades desplegadas por las personas protagonistas a la hora de tomar sus decisiones, adquieren dimensiones inusitadas ante cada aspecto cambiante del panorama. Veíamos como la mera presencia de alguna otra persona modificaba las perspectivas. Pues bien, las maneras y los planteamientos de ese mismo sujeto no se parecen en nada cuando se ve abocado a manifestarse en y ante un determinado PÚBLICO, afrontando el aumento significativo de sus acompañantes. Esta variación del conjunto cambia los sentimientos y las opciones se presentan cargadas de otros fundamentos; la fluidez traza dibujos diferentes.
Sobrevuela una especie de premonición, no sería bueno empeorar las andanzas existenciales ya de por sí azarosas, con añadidos superfluos. Se busca la luz adivinatoria para saber escoger las opciones adecuadas. Podemos hallarlas a través de la intuición, en las bibliotecas, en la convivencia llana, en las montañas y en los árboles. También disponemos de la opción de no buscarla. Formamos parte del dilema: NATURALIDAD Esto contaba el roble desfondado Cuando fue destrozado por el rayo El eco repetía aquel cantar suyo De sufridos rasgos y apasionado Para comprender su verdad nos falta La impronta de unas señales precisas Definidoras de sus entretelas Aunque estas circulan por zonas profundas Si entendemos el sonido del viento Los quejidos recios de la hojarasca Y del piar de las aves su encanto Sabremos que no existen acertijos Lo esencial se nos muestra claramente En radical y fundante cobijo.
Son evidentes las desaveniencias entre lo que somos y las actividades emprendidas. Destaca la inclinación morbosa hacia las elucubraciones ilimitadas, que pasan a convertirse en objetivos centrales, sin parar mientes en los condicionantes inesquivables. Se desligan de las realidades básicas, el mundo como tal y la condición humana constitutiva. Son desencuentros reflejados de manera muy patente en los comportamientos. Promueven ÉTICAS oscilantes ceñidas a las elucubraciones del momento; sin tomar en cuenta la sencillez de los más elementales rasgos humanos. Escapamos de las cuatro nociones sabidas por todos sin pensarlo, organizando complejas tramoyas sin fundamento con aires sectarios.
Partimos de una paradoja sin par, unidos por el origen misterioso y partícipes de una desigualdad implacable. A su vez, el dramatismo sobreviene por las dos vertientes. El misterio se concreta en el trágico y próximo final; mientras las desigualdades nos enzarzan en conflictos desmesurados. La incertidumbre dirige los acontecimientos en una reiterada provocación. Por un lado, la mejor respuesta parece obvia a base sobre todo de respeto y colaboraciones, sin cerrazones absolutas. No obstante, la CONTRAPOSICIÓN surge cuando predominanlas decisiones divergentes, las elucubraciones con mayor potencial; dirán que sus preferencias surgen de manera natural.
A la vista de los panoramas circundantes convendrá repasar las aspiraciones individuales. El conformismo ramplón con sus argumentos del aprovechamiento posible o la resignación, no aportan trazas ilusionantes. Bueno será poner en valor los VUELOS CREATIVOS encaminados al realce de las cualidades mejor entroncadas con la presencia real de cada persona y su acompañamiento comunitario, sin alharacas fraudulentas.
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