Hoy he leído un artículo sobre la Iglesia Ortodoxa. He cerrado los ojos, no podía dar crédito. Sin pretenderlo (¿?)… Sin pensarlo (¿?)… Obligados (¿?)… Dios, “politizado”… Su Iglesia, comprada… Su meta, utilizar a Dios para la Gran Rusia… Su pueblo, el que obedezca… Todo es legal y plausible si ayuda al proyecto político… Dios es interpretado al gusto del Jeque… La misericordia y la bondad, si no ayudan, mejor es la venganza y la violencia.
Volví a leer el artículo. No me había equivocado. En la Iglesia Ortodoxa Dios no orienta y decide, NO. Sus jerarcas hacen que Dios obedezca las decisiones políticas, para que sus representantes en la tierra vivan por encima del pueblo, vendiendo la moral y rompiendo las Tablas de la Ley. Hoy la Iglesia Ortodoxa, nuestra hermana, se desgaja, se divide… Muchos gritan al silencio, sin miedo, ¡gracias! Otros callan, obedientes… Uno, el “superior”, bien pagado, comprende y exige la violencia por la “GRAN RUSIA”…, la que paga, la que redondea intereses, la que compra voluntades… Algunos, bastantes, sacerdotes, ministros del Señor, protestan y escriben el mensaje de PAZ y HERMANDAD: “Dios no es venganza y muerte”… Creo que sólo les oye DIOS… en RUSIA hay mucho ruido…, mucha cárcel…, mucho miedo…, y, lo peor, MUCHO MERCADILLO.
"¡Jesús!, subiste al Gólgota para reparar el mal y dar vida al hombre. Ahora, en el siglo de la universalidad, nos endiosamos y creamos Paraísos Terrenales al gusto de una minoría dominante. Te rogamos por todos los que sufren abandonando sus seres queridos, sus pequeños o grandes enseres, su tradición, su tierra… Cúbreles con su manto de misericordia. Perdona a los enemigos…, perdona a tus representantes religiosos en Rusia…, perdona a este mundo loco… Resucita en nosotros una NUEVA VIDA llena de PAZ, sin RENCOR… Un abrazo.”
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