¿Son las vacaciones una buena época para reconciliarse o, por el contrario, se convierten en “la gota que colmó el vaso” en una relación? Hay mucha gente que deposita expectativas muy elevadas de reconciliación durante un viaje. Esto sucede porque se cree que si hay problemas de comunicación, se discute y apenas hay relaciones sexuales se debe a la rutina diaria y al estrés. Es probable que si el conflicto no es muy grave pueda mejorar la relación, pero cuando las dificultades son profundas, el problema continuará.
Judith Mesa, terapeuta de parejas y familias en Vivofácil, explica las principales razones por las que aumentan las rupturas en vacaciones:
- Cuando una relación está desgastada desde hace tiempo y se ha dejado de cuidar, en vacaciones tendrá mayor tiempo compartido y, por tanto, habrá más situaciones expuestas a posibles conflictos.
- El cambio de rutina provoca una mayor inestabilidad porque no se sabe gestionar el tiempo y el espacio.
- Expectativas no cumplidas: Puede provocar decepción, reacciones negativas y desacuerdos…
- Coincidir con familiares y amigos incompatibles puede aumentar la posibilidad de fricción.
¿Cómo mantener unas vacaciones saludables y pacíficas en familia?
Al igual que sucede en Navidad, en verano estamos más expuestos a visitas familiares que, a veces, pueden estropear unas vacaciones. Conversaciones sobre política, rencillas familiares del pasado, envidias por temas de patrimonio o discrepancias en la forma de educar a los menores pueden ser algunos de los motivos de las discusiones en verano. Estos son algunos consejos para evitarlas:
- Planificar las vacaciones y que haya actividades para disfrutar todos.
- Hacer actividades en pareja y familia, ya que el resto del año en general hay poco tiempo de ocio para compartir.
- Ser más flexibles a los deseos de los demás. No se trata de consentir todos los caprichos, pero sí ser un poco menos rígidos y estrictos para la negociación permitiéndonos darnos algunos gustos que durante el año no nos permitimos.
- Actitud positiva. Adiós estrés y así se contribuye a una mejor convivencia y placer.
- Demostrar afecto, a través del lenguaje verbal y físico: miradas, caricias, besos y abrazos.
¿Cómo evitar las discusiones con la familia?
Hay que entender que las discusiones surgen en las relaciones más estrechas. En el momento que se coincide en tiempo y espacio y toca tomar decisiones sobre dónde ir, comidas, organización es casi imposible que no surja la mínima discrepancia. Para evitar las discusiones es importante:
- Planificar el viaje con antelación: Dejar clara la prioridad que tiene cada uno en las vacaciones. Puede ser el descanso, las visitas culturales, caminatas, gastronomía, etc. Es muy necesario conocer el presupuesto económico disponible para abordar las discusiones antes de que comience el viaje.
- Respetar y escuchar: Somos diferentes, con distintas personalidades, valores, creencias y necesidades. Se trata de escuchar las opiniones de todos y decidir democráticamente con respeto.
- Definir las tareas de cada uno: A nivel de convivencia, es imprescindible distribuir las tareas básicas (si procede) limpieza, comidas, lavar ropa,…
- Descanso: Respetar las necesidades de sueño de cada uno y organizarse adecuadamente.
- Responsabilidad emocional individual: Cada uno debe de ser responsable de su estado de ánimo y conducta para contribuir al equilibrio y bienestar de todos.
¿Cuándo es necesario plantearse una ruptura?
Romper una relación de pareja no es fácil. Cuando se está mal con la pareja, en ocasiones se va posponiendo la ruptura porque realmente no se sabe qué hacer. Tanto en una situación de ruptura, continuidad o reconciliación, es recomendable acudir a un especialista en terapia de pareja para que ayude a hacer frente a la situación. Estas son algunas razones por las que sí debes plantearte romper con tu pareja:
- No te sientes libre de expresarte cómo eres: No puedes expresarte libremente, estás entrampado en una relación tóxica o has dejado de hacer lo que te gusta. En definitiva, has dejado de ser tú mismo/a.
- Falta de interés por pasar el tiempo juntos: Si no hay interés por parte de tu pareja o por ti de hacer planes juntos, preferís pasar el tiempo haciendo otras actividades no compartidas. Hay que ponerle fin.
- No ves el futuro juntos: Los planes a futuro no coinciden o no se habla de futuro.
- Fin del amor y la pasión: Ya no hay afecto, interés, pasión y/o atracción sexual. Te sientes como si estás con un amigo/a y nada más. Es una relación que ya ha perdido el carácter de pareja.
- Celos, desconfianza e infidelidades: No se puede vivir si no confías en tu pareja ya sea por un problema de inseguridad grave o porque te hay sido infiel. Es importante que resuelvas la situación o asumas que la relación no tiene futuro.
- Infidelidades: Cuando se viene produciendo infidelidades continuas o deseo sexual o enamoramiento hacia otra persona es el momento de poner punto final a la relación.
- Maltrato físico, verbal y psicológico: Si estás viviendo una situación de violencia, hay que ponerle fin lo antes posible. Y si corre tu vida peligro ponlo en conocimiento de las autoridades lo antes posible.
La falta de conciliación (trabajo-familia), problemas en la pareja
Según datos del último estudio del Observatorio de Igualdad y Empleo, más del 65% de los trabajadores en España reconocen tener problemas para conciliar su vida profesional con la personal. Para las mujeres, el porcentaje aumenta al 80%. La conciliación de la vida personal, familiar y laboral es el equilibrio entre los 3 ámbitos, permitiendo el desarrollo de la persona en todas sus áreas. Cuando no se dedica tiempo a uno mismo, a la pareja o a la familia, empiezan a surgir una serie de carencias que terminan pasando factura.
“Es una evidencia que en la mayoría de los hogares existen dificultades para poder conciliar pareja, familia, ocio y trabajo, especialmente cuando hay hijos y llegan las vacaciones”, afirma Judith Mesa, terapeuta en Vivofácil. En muchas ocasiones, las vacaciones de los padres no coinciden con la duración de las vacaciones de sus hijos. Por eso, la familia tiene que cuadrar horarios, turnos, campamentos, contratar cuidadores/as... “Hay que reconocer que es un ejercicio y un esfuerzo para las familias hacer que la dinámica familiar sea estable, equilibrada y armoniosa cada día del año, en cuanto falla una pieza del engranaje afecta a todo el sistema dando lugar a distintos síntomas por parte de sus miembros: Ansiedad, déficit de atención, hiperactividad, absentismo escolar, adicción a sustancias, infidelidad, celos, etc.”, señala Mesa.
Estos son los factores que están implicados en la conciliación:
- La persona: Ejerce y reclama el derecho a conciliar de forma responsable.
- La familia: Debe de ser corresponsable, con la repartición equitativa de las responsabilidades domésticas y familiares, entre la pareja y los hijos (a la edad adecuada).
- Las empresas: Cumplen y aplican políticas de igualdad. Implantando medidas de conciliación laboral, personal y familiar entre sus plantillas.
- La Administración pública: Diseña y fomenta políticas públicas familiares.
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