Con el tema de la amnistía, vamos a llegar a algo muy similar a lo que conocemos como “leguleya” o “persona que aplica el derecho sin rigor y desenfadadamente”; yo añadiría y “contumazmente”. Si, como consecuencia de ello, las Normas, los Reglamentos y las Leyes se convierten en primos hermanos de la ley del “Sí es Sí”, en España tomaremos el camino de los países populistas, dictatoriales, personificados en personas y grupos que no respetan la democracia, ni la libertad,ni la sociedad en su conjunto, sea del color que sea. El “silencio” es abrumador en la sociedad civil, enmudecida por la sola preocupación de llegar a final de mes y por el afán político de algunos partidos de mantener al pueblo en la ignorancia, mediante leyes educativas cada vez más “empobrecidas” y cada vez más “ideológicas”. En este momento todos queremos probar la tarta del poder; si para ello es necesario hacer desaparecer las “conciencias”, los “principios” y hasta la sangre que nos vio nacer... mudaremos la piel como los reptiles, porque, como ellos, para crecer hay que mudar, cambiar, adaptarse, en definitiva hay que someterse y aparentar lo que jamás muchos no quisieran ser y esa mutación “a escondidas”, detrás de los árboles... Las manos no manchan, las manos dan señales; señales de cortesía, de sometimiento, de entendimiento... las manos que se posaron sobre los féretros de camaradas y de amigos se han lavado con lejía y su piel no es la misma; es una piel de reptil, mutada para crecer.
Si después de una experiencia terrible, como fue la “Guerra civil”, lo único que hemos aprendido son las leyes de la mutación, pasará lo que siempre ha pasado: “La Moncloa y el Poder, bien valen una misa, un genuflexión, un besamanos...”
Da asco... No sé qué transmitir a mis hijos... Les tendré que decir que es importante aprender a barrer. Posdata: ¿cientos de diputados y senadores del PSOE, en silencio, CLONADOS, como la oveja Doly?
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