La relación entre Occidente y los países de Oriente próximo y medio ha sido conflictiva, de modo parecido a lo que durante la Guerra Fría fue entre la OTAN y la URSS. Ahora que el conflicto con la nueva Rusia de Putin con pretensiones expansionistas ha quedado limitado a un 'impasse', reaparece el conflicto con algunos países islámicos, a partir del problema de Gaza. Al igual que no se explica cómo la inteligencia militar israelí no hizo nada ante el pasado atentado de Hamas, tampoco es explicable la falta de inteligencia de las guerras capitaneadas por los Estados Unidos en esos países. Aunque se han excusado con lemas como “justicia infinita”, en la guerra con Irak, ¿no tendría más que ver los intereses económicos: petróleo, industria de armas? La metedura de pata en Irak fue hacer una “guerra preventiva”, que es algo así como “para que tú no me dispares yo te disparo primero”. Desde el punto de vista ético es algo inaceptable. La prevención además no tiene un límite. No tiene sentido ver a los demás siempre como posibles agresores, porque es volver a la ley de la selva. Sin una situación concreta de amenaza, actual o sólo “posible”, no se puede atacar violentamente. Hay otras formas de prevención. Sin agresión real no puede haber justificación para un ataque. Y no podemos poner de ejemplo la destrucción de poblaciones inocentes muertas por decisión de soltar bombas atómicas, como hizo el presidente norteamericano en la segunda Guerra Mundial. En Irak, Afganistán, y otros conflictos de Estados Unidos en Oriente próximo : ¿de qué han servido las guerras? O en Oriente lejano: Corea, Vietnam… La guerra es demoníaca, donde personas que no están bien de la cabeza llevan a miles de personas a matarse por tener más poder. Provoca una espiral de odio y violencia. Pensemos en el último afán expansionista que tuvo Japón, cuando en Pearl Harbor, el ataque japonés a la base naval hawaiana, provocó la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial. La horrible respuesta de las bombas atómicas que aniquilaron dos ciudades con la muerte de los habitantes de Hiroshima y Nagasaki, fue un acto sin ninguna ética, de terrorismo, donde se pretende que el fin justifique los medios. Nadie pensaba que la violencia se propaga como la peste, y cuando la vemos entrar en la casa de nuestros vecinos hemos de ayudarles porque si no mañana entrará en nuestra casa: “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. La Gran Guerra terminó con la humillación de los perdedores (procurando no caer en una humillación demasiado grande, como la que causaron a Alemania al terminar la 1ª Guerra Mundial, que provocó el alzamiento de Hitler basándose en ese orgullo herido de un pueblo). La muerte de al menos cincuenta y cinco millones de personas fue el resultado de aquella guerra, y eso sin contar con que en el bloque comunista se causaron otros muchos genocidios, como las hambrunas que Stalin provocó en Ucrania, las muertes de China y otros muchos que causó dejar hacer y una profunda división entre los países del mundo. Me gustó mucho la película The Killing Fields(1984, en España y México, Los gritos del silencio) dirigida por Roland Joffé basada en las experiencias del genocidio en Camboya de millones de personas. La violación de los derechos fundamentales de las personas y de los pueblos solo llevan a la destrucción de la humanidad. Además la guerra dejan pueblos oprimidos, humillados, que son luego un problema: el oprimido siempre levanta la cabeza. Se revuelve contra el opresor. La violencia –que siempre es injusta- genera violencia. Las armas de “destrucción masiva” también las tiene Estados Unidos o Israel (y por tanto si no cumplen las resoluciones de la ONU, ¿cómo pedir ese cumplimiento a otros países?). Zapatero propuso en 2004 esta idea "como representante de un país creado y enriquecido por culturas diversas": "una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán". Pero como digo se debe ampliar el universo a todos los pueblos. Esta idea asumida por la ONU tiene una red de “Amigos” con la participación de 120 países y organizaciones internacionales. El reciente encargado por la ONU para dirigir la iniciativa, el que seguramente fue el ideólogo de ella y Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, resume así el itinerario de esta idea: “El ataque a las torres gemelas, los atentados de Madrid y Londres, las consecuencias negativas de la guerra de Iraq, así como toda una percepción negativa hacia el mundo musulmán llevaron a políticos, analistas y expertos a buscar nuevos instrumentos y proyectos que evitasen el auto-cumplimiento de esa profecía. En este sentido, la Alianza de Civilizaciones fue una iniciativa recibida con entusiasmo y de manera unánime por toda la comunidad internacional, tanto por su oportunidad política como por su capacidad para aportar e incorporar nuevas ideas a ese eventual enfrentamiento civilizacional”. Desde entonces, no sé si han hecho algo… la idea es muy bonita pero se necesita implementar algunas acciones.
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