Un 16 de abril de 1935, las tropas comandadas por Rafael Franco alcanzan finalmente Charagua, a casi mil kilómetros de distancia al norte del río Paraguay, objetivo boliviano al lanzarse a la guerra. Las fuerzas de Bolivia habían retrocedido casi ochocientos kilómetros desde las posiciones ocupadas al principio de la guerra.
La ocupación fue realizada por fuerzas de la octava división, del Segundo Cuerpo de Ejército. Un boliviano que vio a las tropas paraguayas ingresar a la ciudad, las describe como desorientadas e incrédulas, todavía perplejas ante una conquista inverosímil.
La ciudad de Charagua, el punto más lejano al cual llegaron las tropas paraguayas en la guerra, contaba con una pista de aterrizaje para aviones caza, tiendas comerciales y era fuente de abastecimiento de varios regimientos bolivianos.
El avance había sido posible en parte debido a la audacia de los pilotos de la Fuerza Aérea paraguaya, que con osadía y temeridad habían surcado cielos bolivianos bombardeando posiciones estratégicas.
Era el corolario de un avance incontenible iniciado a fines de enero, en el cual cayeron como en un juego de dominó, decenas de localidades en el sector del río Parapití.
El 21 de abril de 1935, Bolivia volvió a ocupar Charagua, pocos días después de su captura por el Paraguay. Los paraguayos afirmaron haber abandonado ese punto por motivos estratégicos, mientras demostraciones de júbilo se desataron en La Paz.
La posibilidad de que Paraguay siguiera avanzando hacia Santa Cruz de la Sierra, podía incentivar allí un proceso independentista, de allí la consternación en La Paz al caer Charagua en manos paraguayas.
El diario La República de La Paz, acusaba a Paraguay de incurrir en artes prohibidas, alimentando núcleos separatistas que existían en la región, quedando demostrada así la falsedad de su declaración ante el mundo, de que solo aspiraba a consolidar la posesión del Chaco.
En realidad, eran las sucesivas derrotas bolivianas en los campos de batalla, las que azuzaban la posibilidad de una separación de Santa Cruz del resto del país.
La situación pendular de Charagua llevó a un columnista de Crítica de Buenos Aires a expresar irónicamente sus dudas sobre la existencia de esa localidad, titulando su comentario con la pregunta "¿Existe Charagua?".
A pesar de las proezas militares paraguayas durante la guerra, la propaganda antibelicista empezaba a insistir en que el avance del Paraguay había alcanzado sus límites.
Para los señores de la guerra, que como Dioses movían hombres como piezas de ajedrez, habían decidido que la batalla había llegado a su fin.
|