Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Religión | Religiosidad | Fe | Cristianismo
No se trata de alcanzar un estado inamovible, sino de estar siempre guiados por el amor y el deseo de seguir a Cristo más de cerca cada día

​La historia del joven rico: un camino hacia la perfección

|

En la vida, muchos de nosotros enfrentamos dilemas morales que nos desafían a cuestionar nuestras elecciones y el sentido de nuestra existencia. La historia del joven rico, relatada en los Evangelios, es un ejemplo claro de este conflicto interno entre las aspiraciones terrenales y la llamada a una vida más elevada y comprometida con el propósito divino.


El joven y su búsqueda de la perfección


El joven, quizás de unos 25 a 30 años, es un hombre con un futuro prometedor, que aún no ha tomado la decisión de casarse. Reflexiona sobre su vida, sus ambiciones, y busca algo más profundo, algo que dé sentido a su existencia. Su pregunta a Jesús es simple pero profunda: "¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?". Esta pregunta refleja su preocupación por "hacer" algo, como si la vida eterna fuera algo que pudiera adquirirse, algo que se pueda poseer.


Jesús, al ver su sinceridad, lo ama y lo invita a reflexionar más profundamente. Le dice que el bien no es una cosa que se pueda poseer, sino una persona, que es Dios mismo. Jesús no le ofrece la vida eterna como un premio que se gana, sino como una realidad en la que se participa al seguir el camino del bien y observar los mandamientos.


La invitación a algo más


El joven, un hombre moral y generoso, insiste: "Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta aún?". Es una expresión de su deseo de perfección, de una vida que no se conforme con lo superficial, sino que busque algo más profundo y auténtico.


Jesús entonces lo desafía con una invitación radical: "Si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme". Este llamado no es simplemente a cumplir con los mandamientos, sino a un seguimiento más profundo y total de Cristo, un camino que implica renunciar a las propias seguridades y riquezas para encontrar la verdadera libertad en la dependencia total de Dios.


La dificultad de dejarlo todo


Sin embargo, el joven, al escuchar estas palabras, se va triste, porque tenía muchas posesiones. Esta tristeza revela su esclavitud a las cosas materiales, que lo atan y le impiden seguir a Jesús con total libertad. Aunque su corazón anhela algo más, no puede desprenderse de lo que lo posee.


Pero la historia no termina ahí. Aunque el joven se va triste, la semilla de la verdad ha sido plantada en su corazón. Su honestidad lo llevará a seguir buscando, y quizás, en un momento de soledad y reflexión, volverá a Jesús y aceptará el desafío de seguirlo, de encontrar en Él la verdadera plenitud y autenticidad que tanto anhela.


La llamada a la perfección


Esta historia es una poderosa lección sobre la conexión entre el bien moral y el cumplimiento del propio destino. Jesús nos muestra que los mandamientos no son simplemente un límite mínimo que no debemos sobrepasar, sino un camino abierto hacia la perfección, impulsado por el amor. No se trata solo de cumplir con una lista de reglas, sino de adherirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino, y participar en su obediencia amorosa al Padre.


Al final, la perfección en la vida cristiana no se trata de alcanzar un estado inamovible, sino de estar siempre en camino, guiados por el amor y el deseo de seguir a Cristo más de cerca cada día. Esta es la verdadera riqueza, el tesoro en los cielos que nunca se agota.

​La historia del joven rico: un camino hacia la perfección

No se trata de alcanzar un estado inamovible, sino de estar siempre guiados por el amor y el deseo de seguir a Cristo más de cerca cada día
Llucià Pou Sabaté
sábado, 24 de agosto de 2024, 12:08 h (CET)

En la vida, muchos de nosotros enfrentamos dilemas morales que nos desafían a cuestionar nuestras elecciones y el sentido de nuestra existencia. La historia del joven rico, relatada en los Evangelios, es un ejemplo claro de este conflicto interno entre las aspiraciones terrenales y la llamada a una vida más elevada y comprometida con el propósito divino.


El joven y su búsqueda de la perfección


El joven, quizás de unos 25 a 30 años, es un hombre con un futuro prometedor, que aún no ha tomado la decisión de casarse. Reflexiona sobre su vida, sus ambiciones, y busca algo más profundo, algo que dé sentido a su existencia. Su pregunta a Jesús es simple pero profunda: "¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?". Esta pregunta refleja su preocupación por "hacer" algo, como si la vida eterna fuera algo que pudiera adquirirse, algo que se pueda poseer.


Jesús, al ver su sinceridad, lo ama y lo invita a reflexionar más profundamente. Le dice que el bien no es una cosa que se pueda poseer, sino una persona, que es Dios mismo. Jesús no le ofrece la vida eterna como un premio que se gana, sino como una realidad en la que se participa al seguir el camino del bien y observar los mandamientos.


La invitación a algo más


El joven, un hombre moral y generoso, insiste: "Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta aún?". Es una expresión de su deseo de perfección, de una vida que no se conforme con lo superficial, sino que busque algo más profundo y auténtico.


Jesús entonces lo desafía con una invitación radical: "Si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme". Este llamado no es simplemente a cumplir con los mandamientos, sino a un seguimiento más profundo y total de Cristo, un camino que implica renunciar a las propias seguridades y riquezas para encontrar la verdadera libertad en la dependencia total de Dios.


La dificultad de dejarlo todo


Sin embargo, el joven, al escuchar estas palabras, se va triste, porque tenía muchas posesiones. Esta tristeza revela su esclavitud a las cosas materiales, que lo atan y le impiden seguir a Jesús con total libertad. Aunque su corazón anhela algo más, no puede desprenderse de lo que lo posee.


Pero la historia no termina ahí. Aunque el joven se va triste, la semilla de la verdad ha sido plantada en su corazón. Su honestidad lo llevará a seguir buscando, y quizás, en un momento de soledad y reflexión, volverá a Jesús y aceptará el desafío de seguirlo, de encontrar en Él la verdadera plenitud y autenticidad que tanto anhela.


La llamada a la perfección


Esta historia es una poderosa lección sobre la conexión entre el bien moral y el cumplimiento del propio destino. Jesús nos muestra que los mandamientos no son simplemente un límite mínimo que no debemos sobrepasar, sino un camino abierto hacia la perfección, impulsado por el amor. No se trata solo de cumplir con una lista de reglas, sino de adherirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino, y participar en su obediencia amorosa al Padre.


Al final, la perfección en la vida cristiana no se trata de alcanzar un estado inamovible, sino de estar siempre en camino, guiados por el amor y el deseo de seguir a Cristo más de cerca cada día. Esta es la verdadera riqueza, el tesoro en los cielos que nunca se agota.

Noticias relacionadas

La confederación de organizaciones no gubernamentales Oxfam Internacional acaba de publicar otro informe demoledor sobre la concentración de la riqueza en el mundo que, además, pone de relieve la injusticia que lleva consigo y el profundo egoísmo de los sujetos más ricos del planeta.

No podía intuir que la rutina de aquella tarde de pronto se convirtiese en toda una clase magistral de sabías razones y renovadas esperanzas en la virtud. El caso es que mi café habitual de la tarde, momento que empleo normalmente para escribir algunas notas y repasar otras, se vio positivamente alterado por la espontánea conversación con Ju.

Cada 11 de septiembre el mundo recuerda 3 grandes tragedias. En 1714, los borbones anularon la autonomía catalana. En 1973, Pinochet derrocó en Chile al gobierno "socialista" constitucional muriendo en dicho acto el presidente Salvador Allende. En 2001, cerca de 3.000 personas murieron cuando los aeropiratas de Bin Laden estrellaron aviones contra las Torres Gemelas de NY. Ahora, esta fecha coincide con la de la muerte del último dictador peruano, Alberto Fujimori.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto