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El 23 de septiembre de 1932, la Liga de las Naciones creó el Comité de los tres para la supervisión del conflicto entre Bolivia y Paraguay

La guerra como empresa importada

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El 23 de septiembre de 1932, la Liga de las Naciones creó el Comité de los tres para la supervisión del conflicto entre Bolivia y Paraguay, cuando ya se desarrollaban sangrientos combates en Boquerón.


El Comité fue constituido oficialmente en la Reunión del Consejo de la Liga y lo integraron representantes de Guatemala, España e Irlanda y se le solicitó informar periódicamente al Consejo sobre el estado de la situación.


El involucramiento de la Liga de las Naciones fue superficial, dado que la guerra entre China y Japón ocupaba con mayor intensidad su atención, pero debía atender la cuestión del Chaco en salvaguarda de su imagen. Se responsabilizó también de la correspondencia con los gobiernos de Bolivia y Paraguay y con la Comisión de Washington.


La correspondencia con los «neutrales» fue irregular,la iniciativa de cada nuevo intercambio de opiniones, generalmente, provenía del Comité de la Liga, y la Comisión, por lo general, no se apuraba en responder. La comunicación fue interrumpida por «los neutrales» de Washington, unilateralmente a fines de diciembre de 1932 . Predominaba la idea de que Europa era el continente de las guerras, y que los problemas americanos debían resolverse en el propio continente.


Para alejar del todo a Europa, Estados Unidos apoyó en febrero de 1933 el Acta de Mendoza, una iniciativa argentino Chilena a la que sumarían luego Perú y Brasil.


Las crecientes complicaciones que paralizaban el accionar de la institución eran tan notorias que se le atribuía al presidente del comité del Chaco, el irlandés Sean Lester, el propósito de renunciar a su cargo.


Lester ocupaba era delegado Permanente del gobierno irlandés desde 1929, y en 1930 había logrado que Irlanda integrase el comité ejecutivo de la Sociedad de las Naciones. Desde su posición en el organismo, Lester buscó una solución pacífica al problema del Chaco, pero debió abandonar estas funciones en 1933, para trasladarse como Alto Comisionado de la Sociedad a la ciudad de Danzig.


Estados Unidos también se desentendería del conflicto ese año, por lo que la guerra siguió padeciendo de una absoluta orfandad por parte de la comunidad internacional. Estados Unidos se involucraría, según documentos oficiales, en diciembre de 1933 para lograr un armisticio favorable a Bolivia, luego del cerco de Campo Vía en que se rindió su principal ejército operativo.


La guerra por un territorio aislado, entre dos países empobrecidos, seguía su desarrollo hasta que a mediados de 1934, la comisión de Armas y Municiones que presidía el Senador Gerald Nye, decidió prestar atención a las denuncias del senador Huey Long.


En una investigación, empresas fabricantes de armamentos aceptaron haber sido gestores de créditos para Bolivia, argumentando que el Paraguay también recibía apoyo material y moral, a través de Argentina, desde varios países europeos. Todos los elementos de destrucción usados en la guerra, eran importados, y llegaban de acuerdo a los intereses de potencias extranjeras a la región que tenían intereses en la disputa.


La superioridad militar paraguaya durante la guerra fue ineficaz, cuando a la hora de negociar se presentaron desde lejanos centros de poder en las mesas de negociaciones.


La moraleja podría ser útil para otras naciones, que hoy hacen guerras con armas e intereses importados, no hay victoria militar posible cuando la empresa es ajena. LAW

La guerra como empresa importada

El 23 de septiembre de 1932, la Liga de las Naciones creó el Comité de los tres para la supervisión del conflicto entre Bolivia y Paraguay
Luis Agüero Wagner
martes, 24 de septiembre de 2024, 08:34 h (CET)

El 23 de septiembre de 1932, la Liga de las Naciones creó el Comité de los tres para la supervisión del conflicto entre Bolivia y Paraguay, cuando ya se desarrollaban sangrientos combates en Boquerón.


El Comité fue constituido oficialmente en la Reunión del Consejo de la Liga y lo integraron representantes de Guatemala, España e Irlanda y se le solicitó informar periódicamente al Consejo sobre el estado de la situación.


El involucramiento de la Liga de las Naciones fue superficial, dado que la guerra entre China y Japón ocupaba con mayor intensidad su atención, pero debía atender la cuestión del Chaco en salvaguarda de su imagen. Se responsabilizó también de la correspondencia con los gobiernos de Bolivia y Paraguay y con la Comisión de Washington.


La correspondencia con los «neutrales» fue irregular,la iniciativa de cada nuevo intercambio de opiniones, generalmente, provenía del Comité de la Liga, y la Comisión, por lo general, no se apuraba en responder. La comunicación fue interrumpida por «los neutrales» de Washington, unilateralmente a fines de diciembre de 1932 . Predominaba la idea de que Europa era el continente de las guerras, y que los problemas americanos debían resolverse en el propio continente.


Para alejar del todo a Europa, Estados Unidos apoyó en febrero de 1933 el Acta de Mendoza, una iniciativa argentino Chilena a la que sumarían luego Perú y Brasil.


Las crecientes complicaciones que paralizaban el accionar de la institución eran tan notorias que se le atribuía al presidente del comité del Chaco, el irlandés Sean Lester, el propósito de renunciar a su cargo.


Lester ocupaba era delegado Permanente del gobierno irlandés desde 1929, y en 1930 había logrado que Irlanda integrase el comité ejecutivo de la Sociedad de las Naciones. Desde su posición en el organismo, Lester buscó una solución pacífica al problema del Chaco, pero debió abandonar estas funciones en 1933, para trasladarse como Alto Comisionado de la Sociedad a la ciudad de Danzig.


Estados Unidos también se desentendería del conflicto ese año, por lo que la guerra siguió padeciendo de una absoluta orfandad por parte de la comunidad internacional. Estados Unidos se involucraría, según documentos oficiales, en diciembre de 1933 para lograr un armisticio favorable a Bolivia, luego del cerco de Campo Vía en que se rindió su principal ejército operativo.


La guerra por un territorio aislado, entre dos países empobrecidos, seguía su desarrollo hasta que a mediados de 1934, la comisión de Armas y Municiones que presidía el Senador Gerald Nye, decidió prestar atención a las denuncias del senador Huey Long.


En una investigación, empresas fabricantes de armamentos aceptaron haber sido gestores de créditos para Bolivia, argumentando que el Paraguay también recibía apoyo material y moral, a través de Argentina, desde varios países europeos. Todos los elementos de destrucción usados en la guerra, eran importados, y llegaban de acuerdo a los intereses de potencias extranjeras a la región que tenían intereses en la disputa.


La superioridad militar paraguaya durante la guerra fue ineficaz, cuando a la hora de negociar se presentaron desde lejanos centros de poder en las mesas de negociaciones.


La moraleja podría ser útil para otras naciones, que hoy hacen guerras con armas e intereses importados, no hay victoria militar posible cuando la empresa es ajena. LAW

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