La DEMENCIA es la pérdida de la capacidad de pensar, recordar y razonar a niveles tales que afectan la vida y las actividades diarias. Pérdida progresiva de las REALIDADES COTIDIANAS que interesan al bienestar general de las personas. Como todo en la vida, la DEMENCIA, puede llevarse en los genes personales y transferibles.
Se dice que un asesino en serie lleva dentro de sí “un algo” que los psiquiatras catalogan perfectamente; sus actuaciones no llegan a tener VOLUNTAD y LIBERTAD porque ese “algo” les arrastra.
Cuando la enfermedad se advierte, la sociedad médica tiene su propia defensa, nunca con la seguridad de que alguien respete el tratamiento, causa, en ese caso, de que el asesino en serie, actúe.
Una traslación, más que un simple simulacro, es lo que estamos viendo estos días en España: El gobierno de TODOS, en una DEMENCIA SENIL, no simulada, sino, realmente, TRASLADADA de la realidad social, se olvida a quién representa, parece no conocer a nadie que no esté cercano a él, siente terror ante el que ÉL cree que es su enemigo, engaña para conseguir sus propios gustos e intereses, se cree el centro de todo y de todos, ¿conscientemente?, creo que que SÍ, porque, como el asesino en serie, su yo interior le empuja a ser un EGÓLATRA DE SÍ MISMO y su conciencia y voluntad no han desaparecido sino que han sido invadidas por un GEN DETERIORADO.
Se está olvidando del desastre sufrido por la Comunidad de Valencia y Castilla la Mancha; se está olvidando de que somos vecinos de Francia y del deber que tenemos de unirnos a ellos en momentos, para el pueblo francés, de ORGULLO NACIONAL.
El DEMENTE, desorientado, pero consciente, acude al enemigo que le sonríe, como es el caso de Venezuela y Cuba y el Grupo de Puebla, para mantenerse, apoyado por todos ellos, en el PODER, al tiempo que aporta su granito de arena en ese selecto grupo de intereses partidistas, que no de justicia social.
Es difícil entender este proceso de Pedro Sánchez hacía una idiosincracia totalitaria, negacionista de CONSENSOS y ACUERDOS NACIONALES y sobre todo hacía una idiosincracia perfeccionista de la mentira, del engaño, de la compra de votos (lógicamente con el dinero de los demás), de la imposición ideológica de sus “querencias” y del aislamiento de cualquier fuerza ajena a sus ideas, como pueden ser la IGLESIA y las diversas SOCIEDADES CIVILES defensoras de la IGUALDAD y de la CONSTITUCIÓN.
Pedro Sánchez, DEMENTE POLÍTICO, sostenido por otros muchos empleados OBEDIENTES sin independencia y voluntad propia.
Para terminar no hay que olvidar que TODOS LOS DEMÁS somos responsables de cada VOTO, de cada SILENCIO y de cada indiferencia ante las BARBARIDADES DEMENCIALES SANCHISTAS.
|