Entre convivencia e independencia, el PSOE y su vertiente catalana, el PSC, eligieron hace ya tiempo la independencia. Pedro Sánchez no quiere hablar de independencia, pero acepta al independentismo (el juego del ahorcado), y no se ha dado cuenta nunca de que ese juego no es posible, ni ético, ni legítimo.
El futuro de España pasa por una Constitución fuerte, que excluya esos nacionalismos tan rancios. La expresión «convivencia en lugar de independencia», nos gusta mucho, pero no vemos (o algunos no quieren ver) que el problema tiene una difícil resolución.
La experiencia del Estatuto «patrocinado» por Zapatero, no nos dejó buenos recuerdos, y por eso, el pasado también cuenta... ¿Me entienden?
El otro día leí en un digital que la gente en Cataluña aún sigue muy excitada, pero sin embargo, no se ven políticos centrados. Continuar en Cataluña con la actual situación nos lleva al naufragio, ya que no se atisba un buen final, y la razón es que cada día que transcurre ves más errores, pero no ves rectificaciones.
Hace unos años, el gran error fue permitir que el «Gobierno en la sombra» de Puigdemont tomara las riendas.
Para terminar, una reflexión: durante bastante tiempo nos han gobernado Cataluña desde la sombra y desde el extranjero, y ahora el PSC gobierna aceptando los chantajes de esas sombras malignas que continúan fugadas en el extranjero. ¡No vamos bien!
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