Inge Lehmann, nacida un 13 de mayo de 1888 en el distrito de Østerbro, Copenhague, fue mucho más que una sismóloga danesa, siendo en realidad una pionera que rompió barreras tanto en la comprensión de la Tierra como en el ámbito científico.
Esquema del interior de la Tierra: 1: corteza continental; 2: corteza oceánica; 3: manto superior; 4: manto inferior; 5: núcleo externo; 6: núcleo interno; A: interfaz corteza-manto (discontinuidad de Mohorovičić, “Moho”); B: interfaz núcleo-manto (discontinuidad de Gutenberg); C: interfaz núcleo externo-interno (discontinuidad de Lehmann).
Hija del psicólogo experimental Alfred Georg Ludvig Lehmann y alumna de una escuela progresista dirigida por Hanna Adler, tía de Niels Bohr, el físico danés que contribuiría a la comprensión del átomo y la mecánica cuántica siendo galardonado con el Premio Nobel de Física en 1922. Lehmann creció en un entorno que cultivó su curiosidad intelectual y su capacidad para cuestionar lo establecido.
De salud frágil y voluntad férrea, Inge intercaló sus estudios en matemáticas entre Copenhague y Cambridge, incluso cuando las adversidades parecían insuperables.
Su temprano interés por las ciencias de la Tierra se despertó al trabajar con Niels Erik Nørlund, quien le encomendó la tarea de crear observatorios sismológicos en Dinamarca y Groenlandia. Fue ahí, en el laboratorio del mundo real, donde empezó a gestarse la leyenda de Lehmann.
El núcleo de su hallazgo
Inge Lehmann dejó una marca indeleble en 1936, cuando publicó el estudio " P' " (P-prima). En él desentrañó uno de los misterios más profundos del planeta: el núcleo terrestre no es un único cuerpo líquido, como se creía hasta entonces, sino que está compuesto por un núcleo externo líquido que envuelve a un núcleo interno sólido.
Este descubrimiento, basado en la observación de las ondas sísmicas P y sus cambios de velocidad al atravesar las profundidades, revolucionó la geofísica y selló su lugar en la historia científica.
La discontinuidad que lleva su nombre, la discontinuidad de Lehmann, es un umbral sísmico que separa las capas internas de la Tierra y que sigue siendo una referencia clave para entender el comportamiento del planeta durante los terremotos.
Una carrera a contracorriente
Lehmann fue la primera jefa del departamento de sismología en el recién creado Real Instituto Geodésico Danés, cargo que ocupó durante 25 años. Desde ahí, trabajó codo a codo con gigantes de la geofísica como Beno Gutenberg, el sismólogo alemán que definió el diámetro del núcleo de la Tierra y su límite con el manto denominado en su honor discontinuidad de Gutenberg, entre otras contribuciones a la ciencia; Charles Richter, el físico y sismólogo que estableció, junto con el germano Gutenberg, la escala para medir los terremotos; y Harold Jeffreys, matemático, estadístico, geofísico y astrónomo británico; quienes finalmente aceptaron y consolidaron sus hallazgos.
En una época en la que las mujeres apenas tenían acceso a los espacios académicos más prestigiosos, Lehmann rompió moldes. En 1971, se convirtió en la primera mujer en recibir la Medalla William Bowie, la más alta distinción de la Unión Geofísica Americana, un reconocimiento merecido a décadas de contribuciones invaluables a la ciencia.
El legado eterno de Lehmann
Inge Lehmann vivió hasta los 104 años, falleciendo el 21 de febrero de 1993 en su ciudad natal. Su vida es un testimonio de cómo la perseverancia, la curiosidad y la genialidad pueden abrirse paso incluso en los terrenos más difíciles. Más allá de sus logros científicos, Lehmann se erige como símbolo de una época en que las mujeres comenzaban a reclamar su lugar en la cima del conocimiento humano.
Su trabajo no solo nos dejó una nueva forma de entender el planeta, sino que también nos recuerda que incluso los corazones más ocultos, -como el núcleo interno de la Tierra-, pueden ser alcanzados por quienes tienen la audacia de mirar más allá de lo evidente.
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