El dolor crónico es uno de los principales problemas de salud pública y tiene un gran impacto en las personas que lo padecen, su entorno y la sociedad en su conjunto. Con el objetivo de describir la complejidad de esta enfermedad y su repercusión en el bienestar individual y social, la Fundación Grünenthal ha presentado el informe ‘El impacto del dolor crónico en el bienestar social’, elaborado en colaboración con la consultora de comunicación, asuntos públicos y negocio sostenible, KREAB. Este nuevo estudio analiza el impacto de esta enfermedad en el bienestar individual y colectivo a través de un modelo econométrico que permite conocer las relaciones existentes entre la calidad de vida y los diferentes niveles de intensidad y causas del dolor de las personas que lo padecen.
Según las conclusiones de este estudio, una persona con dolor crónico intenso estaría experimentando una pérdida de bienestar equivalente a un valor anual medio per cápita de 47.900 euros al año. Asimismo, y en términos agregados, si se tiene en cuenta toda la población española que estaría experimentando dolor crónico, se estima que el valor promedio podría ascender a 479.165 millones al año, lo que representa el 32,8% del PIB de España de 2023. Y si además se tiene en cuenta la duración de las distintas causas que provocan el dolor, el valor acumulado ascendería a 10,72 billones de euros o, lo que es lo mismo, 7,3 veces el PIB español en 2023.
Esta investigación se ha basado en la metodología de Daniel Fujiwara “The Social Impact of Housing Providers”, utilizada en otros estudios internacionales para la monetización de los efectos sobre el bienestar, y que define la cuantía económica que los individuos necesitarían para compensar la reducción del bienestar, causada por el dolor crónico.
En este sentido, Ana Martins, presidenta de la Fundación Grünenthal, ha destacado que “en este estudio no se analiza el impacto en la economía, algo ampliamente estudiado, sino que hemos abordado el coste humano y personal, del dolor crónico. Algo muy difícil de cuantificar, pero el hacer el ejercicio académico de tangibilizarlo, puede ayudar a generar mayor conciencia, aunque en ningún caso se ha pretendido proponer una remuneración equivalente al valor estimado del dolor, que es incalculable, sino ilustrar la relevancia y el impacto de esta enfermedad para los pacientes, su entorno y la sociedad”.
Por su parte, Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), ha destacado que “el dolor crónico no solo afecta a la salud, sino que limita la vida personal, social y laboral de quienes lo padecen. Es urgente priorizar su abordaje con un enfoque integral que garantice acceso a tratamientos, apoyo psicológico y medidas de protección social. Solo así podremos reducir su impacto y mejorar la calidad de vida de millones de personas”.
Alberto Muelas, socio de Negocio Sostenible de KREAB España y coordinador del estudio, ha explicado que los datos empleados para el análisis económico proceden del “Barómetro del Dolor Crónico en España 2022”, elaborado por el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz y la Fundación Grünenthal, del que se desprende que casi el 26% de la población española sufre dolor crónico. Esta nueva investigación pone de manifiesto la necesidad de desarrollar nuevos indicadores que midan de forma más efectiva el nivel de desarrollo social de un país, en complemento de otros indicadores económicos tradicionales como el Producto Interior Bruto (PIB). Los resultados demuestran, que las pérdidas en términos de bienestar producidas por el dolor superan significativamente a las económicas”.
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