Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Disyuntiva | Información | Noticias | Opiniones | Ideología | Medios de comunicación

Extravíos informativos

Esa utopía de estar bien informados
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 7 de febrero de 2025, 09:58 h (CET)

Se nos pide a diario, actuar, decidir, posicionarse, comprar, votar, opinar; pero apenas nos sentimos involucrados a la hora de recibir las informaciones adecuadas, siendo como son estas un elemento crucial para acercarse al conocimiento adecuado de las cosas. Si no adecentamos ese paso previo, ya me dirán ustedes cómo será la consistencia de las decisiones tomadas, de las actuaciones y de las posteriores repercusiones. Queda así planteada la importante cuestión de la EPISTEMOLOGÍA, para alcanzar los conocimientos óptimos. Si no la cultivamos con esmero, actuaremos a la ligera. Están a la vista las consecuencias de los deslices por no prestarle atención. De la frivolidad pasamos a la desorientación.


Aunque es bien cierta la maniobra vital que nos constituye progresivamente, con múltiples factores intervinientes; el punto de partida inesquivable surge desde el interior personal nuclear. Brota con tres orientaciones básicas definidas, la mera subsistencia biológica, la participación escueta en la brega diaria o el intento de una superación ambiciosa para lograr cotas existenciales óptimas. A partir de ese impulso íntimo se irán articulando las futuras actuaciones. Sus orientaciones configuran un DESAFÍO particular que desarticula las jerarquías previas por la carga de matices individuales. En indudable relación con los ritmos y modalidades informativos. Todo un reto de proporciones desconocidas y fascinantes derivaciones.


La experiencia de la temporalidad es apasionante, con las variaciones geográficas y los rasgos de la sensibilidad humana. ¿Seremos capaces de la comunicación fiable de esa experiencia propia hacia los demás? No se trata de centrarse únicamente en la estética expresiva, sino de profundizar en el meollo del asunto, para entender el contenido de las transmisiones efectuadas. Comprobamos la evidencia de unos SENDEROS que se bifurcan en muchos de sus tramos. El horizonte se mostraba diáfano, pero vamos encontrando terrenos calcinados, quebradas, trayectos tortuosos, suciedad y zonas oscuras; también encontramos gente colaboradora, medias tintas, tintas negras, porquerías y estupideces. Viéndonos obligados a calibrar los intercambios informativos.


Los extravíos informativos se extienden en una amplia gama, con muchos ejemplos y una diversidad apabullante. El simple error sería el menos importante, una vez detectado, cabe la rectificación y no arrastra condicionantes turbios. En el extremo opuesto registramos los verdaderos escándalos intencionados. Hasta se alardea de los engaños en la comunicación, con la colaboración de buena parte de la ciudadanía. El extravío se involucra en una peligrosa perversión, como detectamos en torno a la esfera POLÍTICA. Tal es su intensidad desorientadora, que acaba percibiéndose como auténtica normalidad. La confusión es notable, dificulta el deslinde entre los mal informados y los desinformadores alevosos.


En el curso de los trabajos científicos, también se producen ciertos desordenes en relación con los datos y procedimientos para divulgación general. El celo del investigador no tiende a publicar sus evoluciones en la tarea, para evitar intromisiones intempestivas; exige un trato esmerado la verdadera autoría de los estudios y de los problemas involucrados en sus conclusiones. Son peores los enfoques solipsistas de encerrarse en su ámbito, desdeñando otras formas de adquirir conocimientos. Es tendenciosa su propensión al silenciamiento de las incógnitas que no consiguen resolver. Se favorece el extravío CIENTISTA, pretende basarse en teorías absolutas cuya demostración es incompleta, pierden atributos propiamente científicos.


No tienen porqué comunicarse todas las ideas, esa decisión vendrá determinada por la confluencia de personas y factores ambientales. El extravío tiene que ver con el mal uso de la fluidez comunicativa en su activación. Cuando se falsea la idea transmitida con atributos irreales, como certeza, creencias, soluciones, etc. La imposición a otras personas está fuera de lugar y el ocultamiento de matices o intenciones logra pervertir el proceso. Y la confusión resultante puede ser demoledora, motivando gran número de maldades. Las IDEOLOGÍAS sacadas de su quicio apropiado pueden ser los mayores indicadores del extravío. La fijación teórica no sirve de mucho si no atendemos con esmero a la puesta en práctica de sus enunciados por los agentes sociales.


Según se mire, la enorme profusión de noticias publicadas, serán logros de los mejores avances actuales o elementos propicios para la confusión progresiva. Planea la equivalencia del ruido mediático con respecto a la consistencia de los contenidos emitidos; con la consiguiente deriva desorientadora, por no saber a que atenernos. Siempre se descubre detrás a quienes trazan las directrices y obtienen las mayores ganancias. Las rotundas transmisiones perdieron su inocencia, en realidad ejercen de intereses encubiertos. El ESPECTÁCULO en acción desarboló las comunicaciones estructuradas según los alcances humanos. La tergiversación adquirió dimensiones espeluznantes, nos sitúan en ambientes fogosos de horizontes inquietantes.


El acomodo de cada grupo social adopta formatos singulares adaptados a sus circunstancias. Eso del argot en el lenguaje, cabe extenderlo al resto de factores de los comportamientos; en con secuencia, enorme diversidad de gentes y variaciones innumerables. Esa serie de rasgos acantonados en agrupaciones peculiares, no pueden estar totalmente aislados con respecto a otros grupos, sobre todo por las conexiones inevitables. La excesiva polarización distorsiona el proceso existencial al suprimir los intercambios enriquecedores. El fanatismo aplicado en las agrupaciones COSTUMBRISTAS se aparta de la fluidez comunicativa, se aprecia en muchos sectores sociales contemporáneos, incluso con radicalismos abocados a finales trágicos.


Las frases escuchadas o leídas por diversos medios varían considerablemente de significado, según las circunstancias que le acompañen en la emisión. Con frecuencia son más relevantes los formatos del entorno que las frases o palabras emitidas. Las repeticiones, la emisión embarullada, las insinuaciones, las frases equívocas, las ironías, las medias verdades o las falsedades notorias, modifican de manera radical el sentido inicial. No digamos, si añadimos interpretaciones u opiniones arbitrarias. Sin la debida atención, el calibre de lo transmitido se pierde por las rendijas. El extravío CONTEXTUAL puede convertirse en verdaderas tramas deformantes, quedando el ciudadano desprotegido ante dichos montajes.


Si decae la atención prestada a estos desafíos, la desazón irá en aumento. Pasaremos a considerar los desplantes informativos como plena normalidad. En esta situación se implanta la DESCONFIANZA general, de notable efecto disgregador sobre la sociedad. Con estos panoramas, el entendimiento y la comprensión se enredan en dimes y diretes, se enturbian los horizontes y la convivencia.


El revulsivo eficaz nunca saldrá de quienes diseñan desde sus poltronas los procedimientos, tampoco de la indiferencia rutinaria acomodaticia. La actuación como REVULSIVO requiere un cambio de mentalidad, pero esa exigencia es muy trabajosa, para enfrentarse además a toda una red de estrategias interesadas. El verdadero espíritu crítico habrá de bajar al ruedo y dejarse de abstracciones ineficaces; el clima social exige replanteamientos enérgicos.

Noticias relacionadas

Cada época de la vida tiene un foco sobre el que orbitamos. La infancia, con papá y mamá abriéndonos el mundo; la adolescencia y los primeros amores, girando alrededor de aquellos que se ennoviaban y cómo los criticábamos hasta que nos tocaba a nosotros, que, como decía Lope “quien lo probó lo sabe”.

Obviedad inadvertida entre la hojarasca que se oculta en el fragor político de la rabiosa actualidad: aquellas personas que claman por el rearme jamás irán al frente de batalla. Los cuerpos que caerán en el lodo serán los de siempre, la clase que trabaja, la clase que cuida, los y las que nada tienen que perder salvo la vida misma.

Cuando estudiabas un antiguo poblado, entendías si sus habitantes tenían intención de volver y si era un abandono pacífico o bien si se iban de una manera violenta tras una guerra o invasión, dejando todo destruido atrás. Invasiones ha habido toda la vida, y la avaricia económica en forma de conquista, colonia o «inversión» hacen que casi todo valga, en nombre del medio ambiente.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto