Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Ciencia
Etiquetas | Arqueología | Hallazgo | ADN | Restos óseos | Libia

Aparecen dos momias cuyo ADN no es humano

No es ciencia ficción. Es arqueología moderna con bisturí molecular y una pizca de estupor académico. Los restos han sido hallados en una cueva libia y pertenecen a dos mujeres que vivieron hace unos 7000 años
María del Carmen Calderón Berrocal
martes, 29 de abril de 2025, 08:37 h (CET)

Aparecen dos momias milenarias en el desierto y la ciencia se atraganta con su ADN: no es humano, al menos no como los humanos que hasta el momento se han identificado.


Unnamed


En algún rincón perdido del Sahara, esa inmensidad que durante miles de años ha servido tanto de cementerio como de pista de aterrizaje para los delirios arqueológicos, un equipo de científicos ha encontrado lo que parece una bomba genética con forma de cadáver reseco, momificado.


No es ciencia ficción. Es arqueología moderna con bisturí molecular y una pizca de estupor académico: el ADN de las momias no coincide con ningún linaje humano conocido.


Los restos, hallados en una cueva libia llamada Takarkori, un lugar que fue vergel antes de convertirse en asador natural, pertenecen a dos mujeres que vivieron hace unos 7000 años. Están bien conservadas, como si el tiempo hubiese decidido no molestarlas demasiado. Pero lo verdaderamente inquietante no es su estado físico, sino lo que llevaban dentro: una secuencia genética que no encaja ni con Homo sapiens, ni con neandertales, ni con ningún primo lejano oficialmente aceptado.


Un linaje “fantasma”


La hipótesis más plausible, según los arqueólogos del Instituto Max Planck, es que estas mujeres formaban parte de una humanidad paralela. Una línea evolutiva que surgió más o menos al mismo tiempo que la nuestra, pero que tomó otro camino y desapareció sin dejar descendencia directa.


Lo curioso es que no estaban tan aisladas del todo, hay rastros mínimos, minúsculos, casi simbólicos, de ADN neandertal en sus restos. Lo suficiente para insinuar que en algún momento hubo cruce o contacto, pero no lo bastante como para pensar en una mezcla real de poblaciones. Algo así como un saludo genético fugaz antes del olvido.


¿Quiénes eran?


¿Por qué nadie los recuerda?. Las mujeres de Takarkori no dejaron arquitectura, ni herramientas complejas, ni nada que permita rastrear una cultura elaborada. Solo sus huesos y un legado genético que apenas sobrevive, diluido, en ciertos grupos del norte de África. Es como si hubieran vivido en los márgenes del relato humano, sin llegar a inscribirse en él. Y eso, para los que escriben la historia oficial, es una molestia, porque necesitan encajar las piezas y no dan con ellas.


Porque claro, aquí no hablamos de fósiles de hace 200.000 años, sino de una comunidad que compartió espacio y tiempo con el Homo sapiens... y, aun así, se extinguió como si la Tierra les hubiese retirado la invitación para continuar viviendo.


Un recordatorio incómodo


El estudio, publicado en Nature, no solo reescribe una parte de la evolución. También lanza una advertencia: seguimos sabiendo muy poco de nuestro pasado y cada nuevo hallazgo nos recuerda que la historia humana está llena de páginas arrancadas. Algunas fueron borradas por la geografía, otras por la selección natural y muchas simplemente por arrogancia científica o por miedo a presentar algo que no se puede explicar con la ciencia o que causaría un gran impacto en la sociedad.


Estas momias, al fin y al cabo, no solo eran cuerpos momificados bajo la arena. Eran un eco de lo que pudo haber sido y no fue. De lo que fue y no continuó siendo. Un capítulo alternativo del que apenas quedan dos nombres sin rostro, dos líneas de ADN huérfanas y una pregunta que incomoda a todos los que prefieren que el árbol genealógico no tenga ramas torcidas: ¿qué otras humanidades compartieron el mundo con nosotros... antes de desaparecer sin hacer ruido?, hay muchas por descubrir, hay muchas por identificar. De muchas sí quedan restos arqueológicos o petrificados.

Noticias relacionadas

Los restos, hallados en una cueva libia, y pertenecen a dos mujeres que vivieron hace unos 7000 años. Están bien conservadas, como si el tiempo hubiese decidido no molestarlas demasiado. Pero lo verdaderamente inquietante no es su estado físico, sino lo que llevaban dentro: una secuencia genética que no encaja ni con Homo sapiens, ni con neandertales, ni con ningún primo lejano oficialmente aceptado.


Perú cuenta con un potencial estimado de más de 125.500 megavatios (MW) para la producción de energía limpia. Esta capacidad apenas es cubierta por las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que representan menos de 6% de la producción nacional de electricidad.

Cada 25 de abril, el mundo conmemora el Día Internacional del ADN, un tributo al hallazgo que cambió para siempre nuestra comprensión de la vida: la estructura de doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN). En 1953, James Watson, Francis Crick, Rosalind Franklin y Maurice Wilkins desentrañaron este enigma biológico, sentando las bases de la genética moderna. Pero ¿qué hace al ADN tan extraordinario? ¿Qué nos anuncia para el futuro?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto