El Partido Popular anda eufórico ante los previsibles resultados de las elecciones del próximo domingo que teñirán el territorio de ese azul que impregna los mítines del partido de la gaviota. Pero mientras eso llega y como un aviso de lo que puede suceder algunos dirigentes del PP siguen con su saqueo de las arcas públicas por tierras valencianas y algunos de ellos, afortunadamente aunque la justicia es lenta a todo puerco le llega su San Martín, la noche del domingo en lugar de estar brindando con cava estarán marcando en rojo el día de la semana en que tienen que presentarse ante el Juzgado en la comparecencia semanal que el juez ha dictado después de cogerles con el carrito del helado.
En Pinedo, cerca de Valencia, se instaló en su día la empresa dedicada a depurar las aguas de la ciudad y de su área metropolitana, generalmente al pasar por la cercanía de las instalaciones había que taparse las narices pues el olor que desprendían no era nada agradable para la pituitaria. Pero esto no debía importarles a los dirigentes de la entidad, dirigentes nombrados por el Ayuntamiento que dirige Rita Barberá que era el socio mayoritario de la misma. Seguramente ignoraban el viejo adagio latino que dice “Pecunia non olent”, el dinero no huele aunque venga de la mano de la mierda como explica Suetonio en su “Vida de Vespasiano” cuando el emperador romano amonestado por su hijo por haber establecido un impuesto sobre la orina tomo una moneda y se la hizo oler para demostrarle que aunque proviniera de las letrinas aquel viejo as romano no olía a nada. Los dirigentes de EMARSA con Enrique Crespo, dirigente del PP valenciano, alcalde de Manises y Vicepresidente de la Diputación de Valencia han hecho suyo el “pecunia non olent” y han arramblado con el santo y la peana de la vieja depuradora de Pinedo.
Hace casi año y medio que se destapó el pastel y los cogieron con las manos en la masa, mejor dicho en la mierda y perdonen la expresión. La investigación policiaca y judicial ha destapado múltiples irregularidad que han llevado al procesamiento de la cúpula dirigente de EMARSA y a la quiebra de la empresa. Copiosas comidas, supongo de trabajo, que costaron miles de euros, viajes, facturas que no se corresponden con la realidad de los servicios prestados y todo un cúmulo de irregularidades que han hecho que su señoría haya imputado a varios militantes y dirigentes del PP valenciano así como también a algún empresario que era socio necesario para la comisión de los delitos y que, casualidades de la vida, también es militantes del PP como José Alcacer portavoz del PP en la población de Albuixech.
Estos presuntos delincuentes debieron pensar que todo el monte era orégano y que al fin y al cabo en un cortijo como el País Valencià del que se consideran propietarios podían hacer y deshacer a su antojo, al fin y al cabo si la máxima autoridad del lugar, el President Camps, se vestía y calzaba gratis et amore merced al cargo, ellos tenían también todo el derecho a hacerlo. De momento el PP tan sólo ha suspendido de militancia a uno de los implicados, a Esteban Cuesta, presidente del PP del distrito Pobles de l’Oest de la ciudad de Valencia, lo ha tenido que hacer la dirección provincial porque Rita Barberá, como siempre, en este caso ha mirado hacia otro lado y no ha querido tomar ninguna decisión aunque sea el Ayuntamiento que preside el accionista mayoritario de la sociedad saqueada.
Es todavía una incógnita el paradero del dinero saqueado pero el juez ya ha retirado los pasaportes a cuatro de los implicados ante la sospecha de que puedan salir de España y recoger el tesoro que, tal vez, tengan a buen recaudo en algún paraíso fiscal. Han sido muchos los viajes que los cuatro han estado realizando al extranjero sin que motivos de trabajo los justificaran y eso a su señoría le huele mal, lo mismo que a la acusación que ha pedido fianzas que ascienden a 30 millones de euros para los dos principales acusados y que si el juez las impone dará con ellos en la cárcel si no tienen el dinero y si lo tienen también porque les será muy difícil justificar la posesión de semejante caudal.
EMARSA, donde, por cierto, siempre había gaviotas revoloteando a la busca de basura ha cerrado por quiebra, la han hecho quebrar unos políticos que, presuntamente, se han quedado con cantidades ingentes de euros que no les pertenecían. Pecunia non olent, pero algunos políticos huelen a saqueo desde la lejanía y mientras partidos como el PP lleven sus listas, como pasó en las elecciones de Mayo, trufadas de imputados y presuntos delincuente esto seguirá pasando. Zaplana quería estar en política para comprarse un coche de 16 válvulas, él lo ha conseguido, a estos de ahora los han cogido con las manos en la mierda depurada.
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