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La invasión de Ucrania por parte de Rusia está provocando una crisis bélica, económica y humanitaria sin precedentes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. ACNUR calcula que si el conflicto continúa, el número de refugiados superará las estimaciones iniciales que hablaban de cuatro millones de migrantes y de 6,7 millones para los desplazados internos.
La organización de ayuda internacional está aumentando su respuesta a la crisis de refugiados en Ucrania, ya que el número de refugiados ha alcanzado los tres millones en sólo 20 días de conflicto. Esta cifra supera con creces las previsiones iniciales de Naciones Unidas que preveían cuatro millones de refugiados para el mes de julio y no incluye a los ucranianos desplazados internamente. La ONU sitúa esa cifra en torno a los 770.000.
El equipo de emergencias de Acción contra el Hambre, tras unos primeros días de evaluación de necesidades humanitarias en el terreno, está actuando en el apoyo a refugiados en su llegada a las fronteras de Moldavia con Ucrania y en los centros de acogida del país. Trabaja con organizaciones del lugar, como la ONG Concordia, lo que le permite ser mucho más eficaz en el conocimiento de la realidad local y aportar recursos y experiencia en situaciones de emergencia.
World Vision hace un llamamiento urgente para detener las confrontaciones bélicas entre grupos armados y los ataques a la población civil y a los actores humanitarios en Colombia. La ONG insiste en el cese de los homicidios y amenazas a líderes comunitarios, los desplazamientos y confinamientos forzados y otros hechos que violan los derechos humanos, los derechos de la infancia y el derecho internacional humanitario.
El pasado 5 de febrero, el ciclón Batsirai golpeó la costa oriental de Madagascar. El balance provisional: 21 muertos y más de 70.000 desplazados. Este ciclón se superpone a otros fenómenos climáticos recientes que han afectado al país, provocando una importante crisis alimentaria y nutricional, sobre todo en la región del sur, donde más de 1,6 millones de personas, el 37% de la población, sufren inseguridad alimentaria.
El pueblo de Afganistán aún no se ha recuperado del impacto de la caída repentina de la república. Todo el mundo piensa que dejar el campo para los talibanes y luego imponer el clan talibán y los principios tribales a todo el pueblo de Afganistán, y peor aún, el completo aislamiento del país, es la peor traición y persecución que jamás hayan experimentado. Pero parece que la herida provocada por la caída aún no ha sido debidamente identificada.
Afganistán ha venido siendo un país en conflicto permanente, con una situación de crisis evidente y una clara ausencia de derechos humanos, algo que resulta anacrónico en pleno siglo XXI. Sin embargo, a lo largo de las dos últimas décadas se había logrado alcanzar una cierta normalidad que se ha visto drásticamente truncada este año. Las circunstancias del país han ido a peor tras la salida la pasada primavera de las tropas norteamericanas de aquel territorio.
Tras un año de disturbios sociopolíticos en Myanmar, se estima que al menos 14,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente. Desde el 1 de febrero de 2020, casi 405.700 personas en Myanmar han sido desplazadas internamente como resultado del conflicto armado y la inestabilidad nacional. Comunidades enteras, incluidos niños y niñas, han huido o están siendo desplazados
Me niego a hundirme en nuestras siempre inoportunas discordias. Tenemos que huir de ellas y activar el deseo de cambio en nuestros interiores, para buscar vías de concordia que nos hagan reencontrarnos y salir del aislamiento. Carece de sentido replegarse sobre uno mismo, avivar rechazos y acumular hostilidades, porque todo es más fácil en comunidad. Nada es más placentero que soñar unidos.
Más de seis millones de refugiados y desplazados se enfrentarán a graves recortes en las raciones de alimentos si no se produce un aumento inmediato de la financiación. Esta es la cruda advertencia que World Vision lanzó durante la celebración del Foro Mundial de Política Humanitaria de la ONU, la pasada semana, mientras muchos refugiados adultos reciben menos calorías al día que las recomendadas para un niño de cuatro años.
Vivimos tiempos difíciles en todos los continentes. El agravamiento de situaciones verdaderamente escandalosas nos dejan sin aire. Hoy más que nunca, por tanto, se requiere la unión entre los moradores de la tierra, al menos para hacer frente al aluvión de crisis convergentes que nos acechan, que son considerables y variadas. Para empezar, tenemos que hallar otros vientos más humanos y saludables.
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