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La tortuosa campaña electoral a la que nos ha sometido Pedro Sánchez hasta las votaciones del 23J, se está deslizando por la pendiente de una frenética comparecencia de los líderes con el objetivo de ocupar la mayoría de los espacios televisivos y radiofónicos.
Que la realidad no estropee un buen titular. A riesgo de estropear algo, aclaremos, porque el titular suaviza la frase, asea el ambiente y adultera lo ocurrido: En Antena 3, programa ‘El Hormiguero’, Pablo Motos entrevista a Núñez Feijóo. De sopetón, tema-hachazo: “Usted sabe qué ha pasado con Marruecos”, preguntó. “Yo no, ¿y usted?”. Escándalo del ‘excusatio non petita, accusatio manifesta’. El que se excusa de algo de lo que nadie le acusa se incrimina a sí mismo.
El BOE ha proclamado las candidaturas definitivas que se presentan a las Elecciones Generales del 23J. Solo tres candidaturas se presentan por todo el país, tanto en el Congreso como en el Senado, PSOE, PP, y Recortes Cero, la única candidatura sin representación parlamentaria que lo ha conseguido. La coalición de izquierdas lo ha logrado tras reunir más de 48.000 avales, el 150% de los solicitados por la normativa en varias comunidades autónomas.
El síndrome de Pontius fue citado en 1820 por el psicólogo estadounidense Charles Graham Pontius y consiste en "una distorsión en la percepción del peligro que tendría su origen en el exceso de adrenalina de la persona afectada".
Si algo está caracterizando a esta nueva generación política es su escasa inclinación al diálogo y al entendimiento no ya con el oponente, sino con los propios afines o próximos. Todo es puro tacticismo que se reduce a decisiones cortoplacistas para alcanzar objetivos inmediatos y con un horizonte limitado y aldeano.
De nuevo elecciones, y de nuevo el lenguaje cainita en los foros. Una de las características de dicho lenguaje es que sin aportar nada puede multiplicar su capacidad destructiva. A este mal se suma la incomprensible atonía de un pueblo que reacciona contra la banalidad con un encogimiento de hombros. Es como si pidiéramos que no nos carguen con cuestiones serias porque preferimos disputas vecinales superfluas.
¿Jesús Julio Carnero y Mercedes Cantalapiedra encabezando las listas del Senado y Congreso en las listas del PP el 23J? Algo grave está pasando en la «derechita cobarde» cuando, sin haber tomado posesión en el Consistorio, ya preparan su huida del mismo o planean refugio inesperado o juegan con el resabiado socialismo de Valladolid o tal vez solo anhelan más sueldo, como los independentistas, golpistas, antisistema y nacionalistas del Congreso de los Diputados.
El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial, política, judicial, militar, jerarquía católica, universitaria y mass media del Estado español, herederos naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro "Oligarquía financiera y poder político en España", escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet).
Todas las personas tenemos la libertad de votar a qué partido queremos que nos gobierne, pero hay algo muy importante a tener en cuenta, que no se trata de quién sea, izquierda o derecha, si no más bien quien protege y defiende nuestros derechos, libertades y una vida digna para todos, por ello en estos momentos, quien salga ganador debería de tener en cuenta los principales problemas, que más pronto que tarde debería de resolver de una vez por todas.
Desde mi punto de vista, la tropa de Podemos está excesivamente representada en las listas de Sumar. Si la ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, va en el quinto puesto de la lista de Madrid, pueden estar seguros de que no sacará más de cuatro. Tanto Belarra como el «patadas» Errejón son un lastre para Sumar porque restan, solo restan. Yolanda no lo tiene fácil.
¡Que no nos confundan! Lo que nos jugamos en estas elecciones es si continúa el saqueo de bancos y monopolios o redistribuimos la riqueza. Por dos razones. La primera, porque en nuestro país es imprescindible una alternativa al principal problema que tenemos: la crisis de inflación monopolista y la subida de los intereses financieros. Y la segunda, porque tenemos la alternativa: hay que redistribuir la riqueza.
Pintan bastos en el Comité Federal del PSOE. Las imposiciones y arreglos de las listas enviadas a Ferraz han puesto en pie de guerra a los barones que ya no aguantan más las barbaridades y atropellos de Pedro Sánchez. Eso ha hecho que algunos de los barones no acudan al Comité. El mismo Emiliano Page no quiere ni oír hablar del presidente cuya actitud maquiavélica ha llevado al PSOE a los grandes destrozos socialistas conocidos hoy como «sanchismo».
Europa, expectante y preocupada por los resultados de las elecciones en España el próximo 23 de julio, con un panorama que está subiendo y asentando partidos populistas de extrema derecha, si bien Alemania y Francia están realizando todos los esfuerzos para evitar que sigan estableciéndose en más gobiernos europeos y poner en peligro la estabilidad política y económica de la Unión Europea.
El tiempo de descanso al que nos ha obligado la inesperada convocatoria de elecciones generales, es una apropiada ocasión para que el elector valore el conjunto de los equipos que han competido y los resultados obtenidos. El partido de ida no ha podido ser más catastrófico para el equipo dirigido por Pedro Sánchez y sus coaligados.
No vender la piel del oso antes de cazarlo, pero conviene ver al oso. Para entrar en harina, ministerios y ministros en la Composición del Gobierno que facilita La Moncloa: Foto en traje de comer fideos. Veintidós ministros y presidente. Los de siempre: Asuntos Exteriores, Justicia, Defensa, Hacienda, Sanidad, Interior, Educación, etc. Y diez más, de nombre rimbombante consecuencia de vaya usted a saber qué motivo, necesidad de reparto, gabelas e historias.
En aquella reflexión amenazaba con la pronta puesta en marcha de otras elecciones. Pero una vez más, la realidad ha superado las expectativas. Hete aquí que sin consultar con nadie y a calzón quitado, el presidente de nuestro país nos ha metido en otro follón que nos va a tener liados durante casi dos meses.
Tal y como vaticiné en mi columna del domingo pasado, la noche del 28M fue tan infartante para el partido socialista que ni en sus peores crisis se había producido tan espectacular desolación en su sede de la calle Ferraz. A partir de esa noche, todo hacía presagiar que mientras más de ocho millones de ciudadanos festejábamos el brillante éxito electoral del centro y la derecha, Pedro Sánchez debería estar rumiando su reacción desde la madriguera de su fortaleza monclovita.
Ya le gustaría a Yolanda Díaz tener un currículum como el de Yanis Varoufakis: economista, catedrático universitario, político, escritor y autor de varios libros de economía y política, además de líder del nuevo partido MeRA25. Toda una joya de la economía teórica y que llevados a la práctica sus conocimientos en Grecia condujeron al fracaso, al caos y finalmente a su dimisión del Gobierno de Alexis Tsipras, tras haber sido elegido consejero del Consejo de los Helenos.
En el final de su legislatura, Pedro Sánchez se habría despertado con un inesperado cisne negro que podría finiquitar sus días de vino y rosas en la Moncloa. El término “cisne negro” designa a un acontecimiento inesperado e impredecible que produce consecuencias a gran escala y que es explicable solamente a posteriori.
Rompiendo la sana costumbre de no seguir por televisión el aburrido y pesado recuento de votos de las elecciones, el domingo 28 de mayo, cambié de actitud, seguramente porque confiaba en irme a la cama tras contemplar satisfecho la derrota de Sánchez, que es lo que deseábamos fervientemente la mayoría de los españoles. Cuando alcancé el grado de certidumbre suficiente, no apuré hasta el final y me retiré a dormir.
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