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El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha calificado este sábado de “excelente noticia” el acuerdo alcanzado esta semana en Bruselas sobre el Reglamento de Crisis y ha destacado que gracias a este hito el futuro Pacto de Migración y Asilo “incluirá elementos de solidaridad, inexistentes hasta ahora, para los países que afrontamos en primera línea las mayores presiones migratorias”.
Aforismo latino que vertido al Español quiere decir: “La corrupción de lo muy bueno es malísima”. Con esta frase se quería indicar que lo óptimo, cuando se echa a perder, cuando se pudre, es fétido, es lo peor que hay. Por desgracia hoy entre los españoles está vigente ese dicho.
Más de una vez he escrito sobre algunos personajes, cuyas actuaciones, aunque no me hayan sorprendido, porque ya no sorprende casi nada, me han llamado poderosamente la atención. Y mucho más aún, cuando esos personajes eran inteligentes, de buena formación cultural y profesional y aparentemente estables emocionalmente. Es el caso del actual ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha mantenido una reunión de trabajo con la directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle, en la que le ha trasladado el apoyo de nuestro país para que la Agencia siga reforzando sus capacidades en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo internacional.
«¡Fuera, fuera! ¡Fuera, ministro! ¡Vete de aquí, sinvergüenza!» eran los «cariñosos» improperios con los que le «agasajaron» al ministro Grande Marlasca en Córdoba, aprovechando un acto enmarcado en la Semana Institucional del Instituto Armado. Los reiterados gritos de «¡Fuera, fuera…!» y «¡Marlasca, dimisión!» se agolpaban en la sobrecogedora pitada, tanto durante el discurso institucional como en el transcurso de la revista a la Benemérita.
Por supuesto, los muertos importan. Mucho, aunque sea uno solo. Por ello, hay que saber en qué momento pueden morir, a manos de quién o bajo qué responsabilidad. Porque la responsabilidad primera, última y única porque las engloba a todas es de la persona en quien el Estado ha depositado la autoridad para velar por la seguridad y vidas de todos: El ministro de Interior Grande-Marlaska.
Durante los meses de julio y agosto han fallecido en las carreteras españolas 202 personas, 13 víctimas mortales menos que en el mismo periodo del año pasado, lo que representa un descenso del 6%. La reducción también se ha producido en el número de accidentes mortales (-7%) y en el de heridos hospitalizados (-8%).
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dado a conocer este miércoles el nuevo y actualizado Protocolo de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los delitos de odio, que ha presentado como “un conjunto de reglas y pautas, unificadas y homogéneas.
Ya estamos acostumbrados a que un político falte a la verdad, mienta, engañe y tergiverse como parte de su oficio y, sin embargo, esto no quiere decir que lo tengamos que admitir como algo irremediable y que debamos aceptarlo forzosamente como algo insalvable.
¡Qué facilidad para mentir tiene el señor ministro de Justicia! Se nota que tiene un buen maestro en la persona de Pedro Sánchez: todo un experto en mentir y engañar. Aquel personaje del cuento, Pedro, sólo tenía igual el nombre y además únicamente mentía con el lobo y su llegada. Nuestro presidente no se ha especializado en una sola mentira: lo miente, trifulca y tergiversa todo; da igual un título que un doctorado.
Pinocho es un personaje de la literatura italiana y universal, una marioneta de madera que protagoniza el libro "Las aventuras de Pinocho", escrito por Carlo Collodi y publicado en un periódico italiano entre 1882 y 1883.
En reiteradas ocasiones se ha negado Grande-Marlaska a equiparar económicamente a la Guardia Civil y a la Policía Nacional con las Policías autonómicas. Ahora ha querido apagar el fuego después de haber vertido gasolina a chorros, pero su demostrada cobardía y el verse acorralado le han llevado a intentar tapar la boca con dinero para calmar la rebelión en el Cuerpo.
Si señores, puede que ustedes pensasen que este gobierno había llegado al summum del descrédito posible, que sus constantes errores en cuanto a la tramitación de la pandemia del coronavirus ya no podían ser superados, que sus engaños respeto al número de contagiados y víctimas, reconocidos por los colegios de médicos y por los propios tribunales son muy superiores a los que nos facilitan.
Por mucho que queramos ponernos la venda delante de los ojos, por mucho que se nos quiera vender el porvenir de nuestra nación teñido de rosa o por mucho que este Gobierno que nos ha tocado en suerte se empeñe en esquivar el reconocer que la dura realidad en la que estamos situados no es el paraíso socialista que ellos prometieron, no van a tener más remedio.
Por mucho que queramos ponernos la venda delante de los ojos, por mucho que se nos quiera vender el porvenir de nuestra nación teñido de rosa o por mucho que este Gobierno que nos ha tocado en suerte se empeñe en esquivar el reconocer que la dura realidad en la que estamos situados no es el paraíso socialista que ellos prometieron, no van a tener más remedio.
“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente hay una cierta complicidad vergonzosa” Victor Hugo.
Alguien dijo eso de “es peligroso tener razón cuando el Gobierno está equivocado” y mucho nos tememos que los ramalazos de autoritarismo demostrados por el gobierno filocomunista de Sánchez-Iglesias estos últimos días, están dando muestras de que, aquella persona que lo dijo, tenía toda la razón.
Mi querido amigo y ministro: No se inquiete al empezar a leer esta carta. Si no fuera porque estoy confinado en mi casa de Barcelona, encerrado como un tigre en su jaula, y vigilado constantemente por mis hijos y por Paloma, mi mujer, que tan solo me permiten bajar a la calle para que mi perrito gitano, Lucky, recogido de una inmensa perrera, haga pipí, trataría de verle personalmente y entregarle en mano esta carta.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dictado una orden con la que se establecen los criterios de actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en relación al Real Decreto por el que se declara la situación de estado de alarma.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha subrayado este lunes la necesidad de reconocer, honrar y amparar a las víctimas del terrorismo. “Ninguna democracia puede ser digna de tal nombre si no reconoce, honra y ampara a quienes han sido injustamente atacados, perseguidos u amenazados.
No, no, no es una hipérbole ni una exageración. Tampoco un deseo de denostar a nuestros políticos que, aunque en funciones, ostentan el poder.
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