| ||||||||||||||||||||||
Habiéndose cumplido el cuarto aniversario del fallecimiento de María José Fernández Rodríguez, gerente del establecimiento Cazuela de María, activo espacio cultural de las noches de Almagro, y en su memoria, los miembros del jurado y de la Asociación Literaria de Amigos del Arte, ALYADA, han declarado ganador el poema La anfitriona, de la autora Yolanda López López, natural de Ourense y residente en A Coruña.
¡Diosa!: Dios me trajo al mundo inmejorablemente ataviada. Produje estupor y estupro.
El poema “Los picapedreros” es un largo canto -contenido entre los demás poemas de Jesús Lizano en su magna obra “Lizania” Aventura poética 1945-2000 (Lumen)- que contiene ocho secciones. Esta que publico es la primera, de nombre Los picapedreros, que es como se titula todo el canto. Las otras siete secciones se titulan consecutivamente: Las murallas, La catedral, El río, Los conventos, Las calles, Los camiones y El camino.
Se ha enamorado de nuevo y ya es toda una mujer, adulta. Le ha pasado de nuevo, ¿será la última vez?
La cabeza del ruin de mi esposo -reciente decapitado- y archienemigo de mi amante luce como flor azteca en el ya impresionante florero
desde siempre advertible encima del bargueño del comedor.
Ante el culto léxico utilizado en la creación de sus poemas y los escritos en prosa, la comprensión y entendimiento a Rubén Darío, no es nada fácil, lo que en alguna manera ha provocado que la juventud no lo lea y no lo estudie muy a pesar de su grandeza como poeta genial, que contribuyo arraigar nuestra identidad nica e hispana.
Jesús de Belén, Tu dulce mensaje, nos llega de nuevo esta Navidad; es el momento, la oportunidad, para conseguir un nuevo ropaje.
Miel azul… vaya utopía… la mía. Miel color cielo y cielo deseado, amado, valorado. Miel azul, azul miel. Tú y yo hasta el más azul de los azules, oyendo a Sabina cantar, recitando poesías y queriendo creer, viendo, como otros se afanan en no hacerlo.
Se nos abre un inmenso año lleno de expectativas de todo orden. Creo que no es mala cuestión empezar reflexionando sobre nuestras creencias para no perder la brújula que nos debe ayudar en este 2025.
Ambas con la vigilia a hombros y un airecillo insondable ¡No te nos escaparás! con nuestros corazones en tu fibroso trinchante.
Nieve en el campo, blanca como un caramelo de anís, que sabe a la vista a limón, igual que un "te quiero zanahoria", nieve en el campo verde, blanca como paloma blanca que vuela ante tus ojos azules y tú la amas.
Maykelin José Saavedra Arriola nació el 29 de diciembre de 1984 Nicaragua. Aunque tiene rasgos asiáticos, no es originaria de ningún país de Asia Oriental, algo que siempre le preguntan, brindando una respuesta negativa con una luminosa sonrisa. Desde niña le apasionó la lectura y la literatura, despertando en ella el deseo de escribir poesía. Con el tiempo se fue incorporando a los círculos literarios, donde demostró su talento poético.
Transitamos por diciembre, el mes más acogedor, con un día veinticuatro que es dulce y evocador porque es cuando celebramos, con júbilo y devoción, el hecho más trascendente vivido tras la Creación.
La ciudad parecía un enigma deslumbrante. Bajo un cielo perpetuamente iluminado por las pantallas, las máquinas habían alcanzado un dominio que transformó lo cotidiano en una secuencia calculada. Los humanos, en su adaptación, habían olvidado el arte de cuestionar.
Ese corazón está puesto muy lejos concurren expedicionarios. Resarce el aire cerca del oro. Me las vi con uno que más que como yo
era en efecto yo viéndoselas conmigo. Tan intrincada como lúdica resultó la finalmente para nada excepcional contienda de resultas de la cual redacto ahora este sosiego.
¡María, es hora del camino! que el César nos obliga y apremia, yo preparo el borrico tú, la ropa para el niño…
Ese día, el doctor Odrayab antes que llegaran sus invitados, rememoraba: el asiento continuaba vacío, y al llegar el tren que llegaba del norte, compartirlo o no, prefiero la soledad por la comodidad que representa, aunque siempre una hermosa mujer con quien pueda establecer una conversación estimulándome de futuro, esto nunca me ocurrió en más de diez años de viajar todos los días.
En una habitación inundada por el aroma de café recién hecho, Javier, un poeta de mediana edad con ojos hundidos y cabellos encanecidos, observaba los montones de papeles desperdigados sobre su escritorio. Había recibido el diagnóstico apenas unas semanas atrás: cáncer terminal.
El relámpago de la perspicacia en la soledad donde la incitación del instante adorado, agradecido, cunde con el niño en el páramo aurífero de su pecho de institutriz.
Aribela no quiere depender de su marido así que depende de su comisionista de bolsa. Acaropita no quiere depender de valeriana, hierbas aromáticas y tiernos yuyos de impreciso encanto, así que depende de bencedrina, apomorfina, peyote, bannisteria, caapi, barbitúricos y cortisona cuando se la inyecta endovenosamente.
|