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Siempre vistió de rojo, con su preciosa caperuza al viento, tanto la llevó puesta que la llamaban Caperucita. Tuvo a bien vestirse de manchega, llevar en su cesta tortas de Alcázar y mistela, y darse una vuelta por las Lagunas de Ruidera, por Campo de Criptana, por Valdepeñas, por Almagro y por otros lugares de La Mancha, hasta se topó con Don Quijote y Sancho por aquello de la intertextualidad e identidad.
Al caer la tarde, amada mía, deseo cantar los recuerdos de tu amor. ¡Cómo brillaba el sol en aquellos campos llenos de vida joven! Tu figura, sencilla, acariciaba la tierra estéril de mi corazón. Llorabas entre mis manos, llenando de vida mis ojos, que te miraban. Tu sonrisa abrazaba mi angustia y todo mi ser se llenaba de ti.
Ser artista es tan hermoso como duro, incluso para los que llegan al estrellato y al éxito. Han sido y son tantos los actores y actrices y cantantes y diferentes famosos los que tras ser reconocidos sufren de esa soledad. Quién de nosotros no recordamos con nostalgia y cariño esas películas y series de los fines de semana, pero tarde o temprano la soledad les alcanza.
Todos tenemos secretos, y podemos confiarnos a quien queremos. Hay personas que los quieren llevar a la tumba, que no quiere compartirlos con nadie y que permanecen confidenciales hasta su muerte. Pueden ser cosas de las que se sienten avergonzadas o culpables, o relacionados con asuntos familiares delicados.
“Algo sucede en el cielo que, están pidiendo apoyo desde la Tierra”, pienso mientras el auto de alquiler se abre paso entre charcos, tráfico y varios kilómetros de distancia entre el centro histórico de la ciudad de Puebla y un punto a la periferia.
Ya han transcurrido diez días desde que te fuiste y quiero contarte como van las cosas por aquí. Como sabes, fue el pasado días 24 de junio, onomástica de San Juan, cuando amaneciste algo confusa después de haber descansado bien la noche anterior en la que habíamos cenado sin novedad con los amigos en el Círculo de la Amistad.
Muchos días nos enteramos de la muerte de un personaje importante: cantante, pensador, científico, empresario… y lo sentimos, lo recordamos. Pero cuando perdemos a un ser querido, alguien cercano a quien amamos, duele mucho. Nadie puede amar sin dolerse de esa pérdida. Nadie puede morir sin dejar dolor detrás.
Cómo olvidar estos momentos idos. Jamás. En el año 1982, cuando ya graduado como instructor deportivo con especialidad en Baloncesto, trabajaba en mi ciudad natal Masaya Nicaragua para el Ministerio de Deportes. Era una notable mañana silenciosa, su fuerza era su propia debilidad, y era como que, mejor me hubiesen dejado morir en medio de la calle y ver desde ahí mi seráfico sentimiento...
Recorremos la vida comprometidos con terceros, empresarios, jefes, superiores... Palmadas que esclavizan, crean, sin saberlo, sueños de ilusiones que se rompen... Los compromisos no generan confianza y futuro, sobre todo si el que sirve es pobre.
Hoy quiero hablar de un amigo al que no volveré a ver. Lo conocí personalmente un septiembre de hace cinco años, cuando me invitó (me introdujo) a una tertulia de cine en la que participaba desde tiempo atrás. Esa tarde no solo le puse cara a él sino a mucha más buena gente, y esa sencilla invitación fue la primera de tantas cosas por las que siempre quedaré en deuda con su generosidad.
Francisco José Arellano Oviedo nació el 14 de noviembre de 1941 en Granada, Nicaragua, hijo del campesino Humberto Arellano Ríos y la maestra Alicia Oviedo Angulo. Estudió en el Colegio Salesiano de Granada, donde llevó a cabo sus estudios primarios, y sus secundarios en el Instituto San Francisco de Asís.
Escuché tantas veces la popular frase de Bertolt Brecht: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Y la entendí a la muerte de Roberto Loáisiga Méndez.
Muchos recordamos a esos grupos musicales que cautivaron con sus melodías: Los Beatles, Los creyentes del agua clara, Cat Stevens, Rolling Stones, entre otros; y en Nicaragua, una persona creó la máquina del tiempo para transportarse a esos momentos y escucharlos. Era Augusto Gallegos, músico e intérprete profesional, creador del famoso grupo Llama Viva. A un año de su partida sigue vivo en los corazones de los nicaragüenses. Conozcamos un poco de su historia.
Antonio Aparicio Herrero nació en Sevilla en 1916 y durante los años de la Republica residió en Madrid, fue responsable comisario de Cultura y Sanidad en la Brigada Móvil de Choque mandada El Campesino. Resultó herido en la batalla del Jarama.
Verás muchos años cumplidos, verás muchos sueños cumplidos, verás muchas risas ahora muertas, muchos suspiros nuestros.
Expertos han desgranado las claves de la vacuna desarrollada por HIPRA que está suponiendo un importante hito por ser 100% española y 100% europea, haber presentado una eficacia alta como “booster heterólogo”, es decir como dosis de recuerdo, y tener las cualidades de conservación y administración de las vacunas de proteína recombinante: se conservan entre 2 y 8ºC por lo que pueden conservarse en las neveras convencionales.
Han pasado 82 años desde la trágica muerte de Bruce Lee. Es considerado el mejor artemarcialista de todos los tiempos, en cada escuela de karate no falta una de sus fotos, en pocos años de vida logró dejar un legado para el mundo de las artes marciales y el cine eternamente, conozcamos un poco de su historia.
El 27 de febrero de 1979, el tetracampeón de la Unión Soviética Viktor Korchnoi, llegaba a Paraguay para enfrentar a los 40 mejores ajedrecistas locales. Derrotó a 39 y ofreció tablas a uno de sus rivales. Me contaron muchos años después que antes de esa Simultánea vació dos botellas de vodka con el entonces Zar de la prensa paraguaya, Humberto Domínguez Dibb, más recordado por sus iniciales como HDD.
Gracias, Lucrecia y Manuel, mis dulces progenitores, por vuestros años mejores, plenos de amor, hecho miel. Y por dejaros la piel en sacrificios sin cuento...
Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña. De cuello estrecho pero real y blanca y negra, y de ojos verdes cual dos luceros, y rabo de ratón...
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