La megalo-burocracia de los grandes países mastodónticos, dirigidos por partidos comunistas, ya se puede considerar como un clásico en la historia de quienes han intentado y conseguido implantar regímenes autoritarios en países muy poblados y que, por tanto, requieren disponer de una policía muy bien organizada, unos servicios de información perfectamente dotados y un número muy elevado de personas que, de alguna manera, vivan a costa del partido o de sus órganos de gobierno encargados del desarrollo económico, de la seguridad, de la enseñanza, de la propaganda, de la defensa y de las relaciones internacionales.
Grandes naciones, como Rusia y la China, han sido un modelo a exportar de esta hiper desarrollada y super politizada burocracia, puesta al servicio de los gobiernos totalitarios, que han desterrado cualquier tipo de participación ciudadana o de modelo democrático, para ejercer un control absoluto y, en la mayoría de casos, despótico, sobre sus ciudadanos que se dejaron llevar por las promesas de una vida mejor y, en muchas ocasiones, de venganza contra los supuestos abusos del capitalismo, objetivo directo de aquellos partidos comunistas o independentistas.
Desde el momento que en Europa empezaron a languidecer las doctrinas de Marx y Lenin, fracasaron los intentos de ir minando las naciones mediante el sistema de Frentes Populares y que, todo el entramado económico de la URSS y su implantación obligatoria en todos los países del Este de Europa, se fue abajo con la caída del muro de Berlin; fue cuando la propaganda comunista se dirigió hacia la América latina, donde la corrupción de sus gobiernos, el maltrato a la población indígena, la deficiente explotación de sus recursos y la proliferación de un caciquismo brutal que condenaba a muchos de sus ciudadanos a una existencia dentro de la extrema pobreza; constituía un caldo de cultivo propicio a que, como ha sucedido, las doctrinas comunistas se fueran extendiendo rápidamente y con amplia aceptación por toda aquella gente harta de ser oprimida y explotada.
Desgraciadamente, Europa no ha actuado con la debida diligencia y las ayudas que deberían haberse dado a las democracias de aquellos países subdesarrollados, no se dieron; las sanciones económicas no se aplicaron contra las nuevas dictaduras y los intereses particulares económicos de cada nación han prevalecido sobre la lucha en contra de un comunismo que, como se ha visto, no ha parado de extenderse por toda América del sur.
La muestra más sangrante de los errores políticos de la UE es la forma en la que se han comportado con el régimen autoritario del señor Maduro, en Venezuela. Han consentido que fracasase la rebelión que debiera de haberle obligado a abandonar el país, no han tomado represalia alguna para obligarle a restaurar la democracia y siguen sin atreverse a mover pieza, siempre pendientes de que sus intereses en el país pudieran salir perjudicados.
Pero, como siempre sucede con las enfermedades infecciosas, en cuanto se les da baza se trasladan de un lugar a otro como, por desgracia, hemos podido comprobar con la epidemia del coronavirus. Los enviados del comunismo bolivariano a España, para implantar la semilla de la revolución comunista, encabezada por los señores Iglesias, Errejón, Monedero y Echenique, fue la avanzadilla para, con el apoyo de los separatistas catalanes, de algunas emisoras de radio y más tarde de las televisiones, consiguieran hacerse oír y captar,en poco tiempo, los suficientes votos para conseguir un amplia representación en las Cortes; de modo que nos llegó a hacer pensar que estábamos ante el peligro inminente de convertirnos en otro satélite del comunismo mundial.
En estos momentos la situación se ha convertido en extremadamente compleja. El comunismo ha perdido fuerza en España; el señor Iglesias ha desaparecido de la política (al menos aparentemente) pero, con todo esto, se da la paradoja de que siguen participando en el Gobierno, mantienen el chantaje sobre el señor Pedro Sánchez, a quien tienen como rehén ya que, si le retirasen su apoyo, su gobierno no se sostendría y deberían convocarse nuevas elecciones que, en manera alguna, le garantizarían al actual presidente que pudiera recobrar la poltrona gubernamental.
P. Sánchez no es tonto, es el clásico listillo al estilo de aquellos personajes pícaros, como el Guzmán de Alfarache o el de la Vida del Buscón don Pablos, gente de escasos conocimientos pero de indudable ingenio para ganarse la vida. Sabe que no puede vivir de rentas, de su físico que atrae a las mujeres o de sus promesas que, el tiempo y la realidad, se encargan de ir desautorizando.
Debe conseguir, en lo que le queda de legislatura, asegurarse que cuando lleguen las próximas elecciones tendrá dominada a España y, si las hay, serán como cualquiera de estas que se celebran en Venezuela, en las que nadie osa oponerse a la candidatura oficial.
El tener un número de funcionarios o empleados públicos que sepan que tienen su sueldo asegurado, que nadie los echará mientras dominen los socialistas, que van a cobrar unos sueldos que en la vida privada difícilmente iban a conseguir es, sin duda, asegurarse un puñado importante de votos que añadir a los que, en la actualidad, ya viene consiguiendo de los inmigrantes que permite entrar en España, de los parlamentarios que ocupan los escaños de su partido y de todos aquellos que ya tienen asegurados sus empleos en las empresas públicas, centros docentes, y, por qué callarnos, en el propio Ejército que han conseguido convertir en una ONG o en simples bomberos, mediante ir colocando en los puestos de mando a quienes saben que no les van a causar problemas ni, mucho menos, van a impedirles que sigan su labor de ir dividiendo España, para contentar a separatistas catalanes y vascos.
Como muestra de aquello a lo que nos estamos refiriendo podemos decir que los empleos creados por los Ejecutivos autonómicos desde que dieron por finalizado el último “tijeretazo”, resulta que superan en mucho lo que el Gobierno central tiene en proyecto hacer. Basta decir que el gasto en nóminas de las CC. AA se dispara en 95.000 millones de euros y el número de empleados en 2.000.000. Como informe adicional conviene advertir que Hacienda desconoce a qué ayuntamientos pertenecen 1002 empresas, fundaciones, consorcios y asociaciones públicas. ¡Y esto que Hacienda lo sabe todo de todos nosotros!
Pero ahora resulta que, según la ministra Montero, el gobierno va a lanzar una oferta récord de 30.445 nuevas plazas, cuando sabemos que se escatima en gastos de mantener la operatividad del Ejército, cada vez más abandonado en los PGE para disgusto de muchos de sus integrantes que, como ya sucedió en tiempos de la II República, se consideran como funcionarios mal pagados.
No estamos seguros de que muchas de estas plazas que se ofrecen sean necesarias y que la productividad de los funcionarios que actualmente trabajan para el Estado sea precisamente ejemplar.
Se habla de digitalización de la Administración y de todas sus oficinas, como ocurre con la Administración de Justicia que carece de los más elementales medios para evitar que todos los procedimientos judiciales vayan con una lentitud bochornosa y que, a nuestro criterio, redunda en perjuicio, en ocasiones grave, para las personas pendientes de que se les administre Justicia; pero esta actualización y mejora necesarias no acaba de llegar mientras se despilfarra en otros gastos.
Y no queremos acabar este comentario sin hacer mención a algo que clama al cielo que esta sucediendo, precisamente, en el momento más inoportuno y que, si quienes son los culpables de que suceda lo que está sucediendo, no toman las medidas para rectificar y cambiar el rumbo de sus actuaciones, los ciudadanos españoles, los que pese a todo y a todos los que intentan eliminarnos seguimos defendiendo la unidad de España, la Constitución, el actual régimen democrático y que seguimos defendiendo nuestro patriotismo y la defensa de nuestros valores morales; seguro que vamos a tomar represalias cuando llegue el momento de acudir a las urnas.
¡Vergonzoso, señor Casado, el comportamiento del PP en Ceuta cuando se han abstenido de evitar la moción de designar, como persona nos grata, al presidente de VOX señor Abascal! Puede que no les interese que vaya progresando VOX, porque les resta votos a ustedes que, en ocasiones, se muestran excesivamente mojigatos cuando se trata de enfrentarse a políticas manifiestamente reprobables del actual Ejecutivo pero, en manera alguna, el PP de Ceuta debía haber colaborado con una señora musulmana, cuyas intenciones evidentes son socavar la moral de los ceutíes para ir dando paso a la, cada vez más evidente, campaña de convertir la ciudad de Ceuta en una parte más de Marruecos.
Puede suceder que los que hemos votado siempre al PP decidamos hacerlo por VOX,. Así de claro. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, pueda resultar poco entendible que, a medida que nuestra Deuda Pública vaya alcanzando cifras tan desorbitadas como es la última conocida de 1’4 billones de euros, una cifra récord en nuestra historia, el ejecutivo, por intereses políticos, intenciones aviesas, objetivos inconfesables, siga empeñado en hundirnos cada vez más aumentando el gasto público hasta límites que puedan poner en peligro la estabilidad económica y social de nuestra nación.
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