El talento poético uruguayo me tiene asombrado. A casi un año de entrevistar semanalmente a creativos de la República Oriental del Uruguay, he confirmado que ese país tiene escritores en vida de altísimo nivel. El renombre de sus plumas va más allá de aquellas que inmediatamente vienen a nuestra mente cuando pensamos en el país con mayor nivel de alfabetización de América Latina. Sí, las efigies de Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Juan Carlos Onetti, Horacio Quiroga, Juana de Ibarbourou, Felisberto Hernández y tantas otras más, frecuentemente eclipsan el tejido literario actual de aquella nación hermana.
Hace poco emprendí un viaje a la distancia para conocer de primera mano a quienes están haciendo la historia literaria uruguaya del presente. Todo empezó con el emprendimiento de #Poesíaalasocho y su internacionalización. El buen ojo y la gentileza de mi amigo, el brillante escritor colombiano, Leonardo Fabio Marín, me acercó a Jorge Nández Britos, presidente de la Casa de los Escritores del Uruguay.
Jorge Nández, originario de Maldonado, tiene una amplia trayectoria literaria, es autor de Aquí entonces (1982), Los rostros y la cara (2002), Imprimismos(2005), Simas (2006), Votivos (2011), Reunida (2018), además de investigaciones referidas a educación y a su especialidad disciplinar. Gracias a él, estando ya en funciones de coordinador de Sabersinfin.com Uruguay y productor y coconductor de #Poesíaalasocho Uruguay, desde los primeros días del año en curso han desfilado en nuestras transmisiones algunos creativos de aquel país para compartir su saber y genio.
Conforme fueron transcurriendo las semanas, iba consolidándose en mi interior la convicción de que Uruguay es un portento que lamentablemente permanece invisible para la gran mayoría latinoamericana, solo visible por su futbol y, precisamente, por su literatura.
Quizá sea por su mínima extensión de territorio –es el segundo país más pequeño de América, sólo después de Surinam–, o por su vecindad con Argentina y Brasil, lo que ocasiona una especie de eclipse en torno a él.
Pero, la mano experta de Jorge nos ha hecho tocar y degustar los aportes de: Gustavo Wojciechowski, Pablo ThiagoRocca, Isabel Gallo, Isabel de la Fuente, Ricardo Pallares, Roberto Appratto, Marcos Ibarro, Diego Cubelli, Silvia Martínez Coronel, Gabriel Vieira, Juan de Marsilio, María Sánchez, Noelia Viqueira, Luis Pereira, Sabela de Tesanos, Miguel Ángel Olivera, Eduardo Nogareda, Gerardo Ciancio, Raquel Barboza, Hoski, Lalo Barrubia, Romina Serrano, Claudia Magliano, Horacio Cavallo, Javier Etchevarren, Martín Buscaglia, Walter Bordoni, Melba Guariglia, Juan Ángel Italiano, Silvia Guerra, Roberto López Belloso, entre otras tantas mentes ingeniosas.
Cada miércoles, día en el que viajamos virtualmente al país celeste, es jornada de aprendizaje. Desde las exploraciones novedosas del performance en la poesía, pasando por sus editoriales independientes, sus premios y concursos literarios, hasta la nostalgia de quienes radicando en el extranjero ven con mirada analítica lo que sucede en el ámbito poético dentro de sus fronteras.
Más allá de lo que yo pueda compartir en estas líneas, vale la pena que cada quien se zambulla en lo que han conseguido los hermanos uruguayos dentro de su literatura actual. Bien se podría empezar buscando en Internet a las editoriales independientes uruguayas porque facilitará seguir el rastro de algunos de los nombres que aquí he citado. Por ejemplo, en #Poesíaalasocho hemos seguido en gran medida la ruta de Editorial Yaugurú, y eso, ha significado abrir una especie de cofre del tesoro. No exagero, usted puede comprobarlo por sí mismo. Por cierto, gracias, estimado amigo, Jorge Nández.
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