Cuesta comprender como, estando Europa en una situación de guerra latente, cuando un loco como Putin está hablando de una posible confrontación atómica y todas las cancillerías de la CE junto a las de EE.UU y la UK, están tomando medidas excepcionales en cuanto a la movilización del armamento y a las previsiones económicas que se pudieran derivar de un endurecimiento del conflicto de Ucrania; en España, señores, estemos entrando en una de estas discusiones absurdas, improcedentes, evidentemente interesadas, especialmente por los grupos separatistas que no parecen cejar en sus intentos de conseguir la desestabilización de la nación española y, en esta ocasión, valiéndose de una supuesta acción de espionaje por parte del Gobierno a determinados sujetos del independentismo catalán. Se trata, evidentemente, de explotar un recurso, seguramente escondido durante meses por el señor Puigdemont y su equipo de traidores a España, en unos momentos en los que parecía que, la intensidad de las reclamaciones nacionalistas, estaba en una fase de estancamiento por parte del equipo del gobierno y de la representación del separatismo catalán.
Cuando, por parte de los socialistas y comunistas, se estaba criticando la “judicialización de la política” por parte de los partidos de centro y de derechas, acusándolos de deslealtad al país y falta de apoyo a sus gobernantes; nos encontramos ante una nueva situación provocada por los nacionalismos independentistas, utilizando unas supuestas actividades de espionaje del Centro Nacional de Inteligencia, referentes a escuchas telefónicas ilegales a distintas personalidades catalanas, supuestamente implicadas en actividades relacionadas con el intento de separatismo de Cataluña del resto del Estado español. Que este nuevo ataque, complemento del “no” de ERC al decreto de medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania, si bien sabiendo que Bildu lo iba a apoyar, demuestra que las relaciones,Gobierno y Generalitat, se encuentran en un punto muerto y que, la acusación de espionaje gubernamental es un nuevo aviso del separatismo, con la intención de obligar a Sánchez a reanudar las cesiones que actualmente estaban en “stand by”.
Ignoramos de parte de quien, dentro del PSOE o del mismo gobierno de la nación, ha salido la idea de intentar contrarrestar, victimizándose, la acusación de espionaje al ministro Bolaños y a la ministra Isabel Rodríguez, mediante las escuchas a sus respectivos teléfonos, intentando formar parte de los afectados que fueron perjudicados por las escuchas ilegales alegando este hackeado a los ministros; algo que les permite evadir culpas gubernamentales para achacarlas ¿ A quién? ¡Aquí está el meollo de la cuestión¡, porque, de antemano se excluye al propio CNI de haber actuado por su cuenta y se habla de que, entre mayo y junio del 2021, “se extrajo determinado volumen de información” que, según el propio Bolaños “son intrusiones extrañas consumadas por terceros países”No entendemos muy bien, en todo caso, este espionaje de otros países, a unos ministros españoles no especialmente involucrados en cuestiones internacionales y, si es que hay un intento de establecer un paralelismo entre las escuchas a independentistas catalanes y al Gobierno del Estado, cuando se trata de intervenciones en teléfonos en épocas completamente distintas, con problemas que pudieran afectar al resto de Europa que nada tienen que ver con los actuales.
Al fin y al cabo, conociendo como se las ingenian estas izquierdas que nos gobiernan, no nos extrañaría que, siguiendo el criterio del general chino Sun Tzu que, en su obra “El arte de la guerra”, cuando afirmaba que “no hay mejor defensa que un buen ataque”, frase que completó con otra muy propia de un personaje sibilino: “El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo, sin luchar”; se las ingeniaran para buscar una conexión de dichas escuchas con los partidos de derechas o centro, como VOX o el mismo PP, con lo que la jugada quedaría completada mediante lo que sería la máxima descalificación para el grupo conservador y su eliminación como competencia ante las próximas elecciones. Y la pregunta del millón: Si ya estaban enterados de todo ello ¿por qué el Gobierno lo revela ahora y no lo hizo antes?
Hay que tomar en cuenta la actual debilidad de este gobierno, cada vez más carente de apoyos, necesitado de ir comprando los votos para cada iniciativa que toma, incapaz de cumplir sus promesas a los ciudadanos y entrando en una deriva que ya no tiene valor para todos aquellos que no creen en las utopías de un ejecutivo que ha prometido todo y que, finalmente, no ha podido dar nada más que un encarecimiento de la vida, de la energía, de los alimentos, que sigue manteniendo un desempleo que dobla el del resto de la UE; empeñado en una política de gasto desbocada, que nos sitúa al borde de alcanzar una deuda pública insostenible, que va a ser la carga máxima e insoportable para las nuevas generaciones.
La Moncloa, en su empeño de trasladar responsabilidades a quienes no gobiernan ni se les toma en cuenta, habla de una supuesta “irresponsabilidad del PP”, por no aprobar la gestión gubernamental, por no haber apoyado la convalidación del decreto sobre medidas paliativas de la guerra de Ucrania, cuando es obvio que se negaron por completo a aplicar la batería de medidas que les presentó el señor Feijoo, entre las que estaba una sustancial rebaja de impuestos, que hubieran sido de gran ayuda para la economía familiar de los españoles. Y es que, para los socialistas y comunistas que están en el poder, es irresponsabilidad el hecho de no aceptar el trágala gubernamental que, en definitiva, es lo que Sánchez y su equipo quiere que sea la política de la oposición.
No encontramos una explicación lógica al furor que ha despertado en diversos ciudadanos este “espionaje” para seguir los intentos desestabilizadores de los separatistas catalanes, que califican, poco menos, que de algo inexplicable y que va en detrimento de la libertad de opinión y de actuación; si vemos que la población española, en un tanto por ciento muy elevado, por supuesto mayoritario, están a favor de los informes que los americanos e ingleses, a través de los servicios de inteligencia, van proporcionando a los militares de Ucrania con el objetivo de que conozcan perfectamente los movimientos de las unidades rusas que actúan en el territorio ucraniano. ¿De verdad alguien puede pensar que, los servicios secretos de los EE.UU, dependen de la autorización judicial para iniciar cada uno de los informes confidenciales que consiguena través de sus servicios de criptología e investigación, referentes a las actividades de Rusia y sus satélites? Es evidente que, en ocasiones, hay personas que son capaces de pensar, a la vez, lo uno y su contrario.
Y una referencia a un periodista de La Vanguardia, Carlos Zanón, que hoy desbarra en su columna, demostrando su sectarismo, intolerancia y falta de respeto por quienes, evidentemente y con toda razón, no pertenecemos a su grupo de comunistas intolerantes ni llamamos “perros rabiosos” a personas de su calaña, aunque, a decir verdad, estaríamos tentados de hacerlo, si no fuera porque no queremos equipararnos a quienes no han sabido asimilar lo que, de verdad, es democracia. Peor para ellos.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con disgusto y preocupación como, cada día que pasa, nuestra convivencia va sufriendo un deterioro más grave de modo que, al menos desde lo que constituyen las relaciones humanas desde el ámbito de la política se hacen cada vez más difíciles, radicales y podríamos decir que incompatibles con lo que antes se entendía como buena educación, savoire faire, tolerancia y respeto por quienes no piensen igual que nosotros, algo que, cada vez resulta más difícil de encontrar en cualquier ciudadano con el que queramos hablar. Un mal augurio para el futuro de nuestra patria.
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