¡Sánchez feliz! Sabe que tiene la colaboración de todos menos de VOX; pero como VOX es todavía pequeño, basta con decirle que se calle o darle unos cuantos manporros a través de las hordas violentas que son plenamente colaboracionistas.
La máxima felicidad de Sánchez es contemplar la mejor disposición del PP. Antes parecía que era sólo por omisión, ahora ya es positiva como resultado de repetirle mil veces que la oposición es sólo destructiva, que no colabora, que a todo dice no; así les va engatusando para que no haya más oposición que las peroratas en el Parlamento, o sea, la charlatanería que no sirve para nada.
Una vez que salen del parlódromo, el PP se dedica a sus asuntos, que nada tienen que ver con las obligaciones de una oposición auténtica que se requiere ante este destructor gobierno. VOX es aún pequeño para realizar esa grande y urgente tarea, por lo tanto Sánchez feliz con tanta colaboración. Y más feliz viendo cómo Feijóo se dedica más a trabajar contra VOX que contra él, que la oposición sea mayor contra el que tiene a su derecha que al zurderas de las extremidades, las excentricidades, las expatrias y todas las ex menos la única imprescindible que es la expulsión de todo canalla expatriado que aterriza y ameriza en esta España exmadrada de gobierno.
Me pregunto, y no sin fundadas sospechas -que por cierto comparto con otros mejores conocedores que yo-, por las coincidencias del PP con el sanchismo que confluyen en la Agenda 2030; ambos tienen gestos, tienen rictus, tienen quereres o tendencias de esa misma índole. La Open Society de Soros es, sin duda, una gran querencia de Sánchez, ¿lo es también del PP?
Tres claves de los tics que unen las querencias de los dos partidos colaboradores, tres claves que son de absoluta tendencia malévola: Una, ¿por qué Ayuso no defiende el Valle de los Caídos que ella, Madrid y toda España quieren a toda costa? ¿Quién se lo está impidiendo? ¿Qué presión tiene de su PP partido? Ella, con su arranque, con su sentido madrileño y español debe romper amarras y hacer lo que sabe que debe hacer, eso no es traición al PP; ahora está traicionando a España entera y a sí misma.
La segunda clave está en VOX ¿Quién manda en el PP y en Feijóo para combatir con saña a VOX y no aliarse con él para combatir al antiespañol Sánchez? ¿A quién obedece el PP? ¿Quién le tiene sometido en estos asuntos trascendentales que dan victoria tras victoria al Perico de nuestras desgracias? ¿Por qué el PP es tan colaboracionista como todos los otros enemigos de España? ¿En manos de quién estamos?
Tercera clave: ¿Es que Feijóo no sabe perfectamente que todo el problema, inmenso problema (basta mirar a Francia), de la ilegal invasión paterana es un problema de Sánchez? Él lo fomenta, él lo bendice, él lo paga con nuestro dinero, él lo maneja en propio beneficio como un arma más contra España, él se refugia como bondadoso acogedor ¿cuántos MENAS tiene en su casa o bajo su familiar custodia? No es una cuestión de humanidad, es una cuestión de no querer hacerlo bien, de querer hacer lo peor posible y de irresponsabilidad nacional de dimensiones colosales.
La respuesta no puede ser otra que la ya indicada: tanto el PP como el sanchismo están sometidos, por Soros y otros jerifaltes, a la Agenda 2030. El pueblo español tiene absoluto derecho a conocer el complejo engranaje montado en Moncloa por sus externos e internos "funcionarios" (los que hacen funcionar todo lo dicho) y poderes que llevan en volandas a Sánchez:
- Manipulado por Soros desde el primer día que pisó Moncloa - Explotado por el Mohamed de Marruecos y por Puigdemont - Obnubilado por la Von der Meyer, a quien debemos muchos males en España - Politizado por Maduro y por Kim Jong-un a quien imita todo lo que puede - Invadido por las mafias pateranas a las órdenes de Soros y la Agenda - Secundado por Conde Pumpido, señor del Constitucional - Corrompido por lo que tiene en su alrededor - Pregonado por la Alegría portavoz y otros porta pregones - Y abucheado por el pueblo español permanentemente.
Pero tiene a Feijóo para pactar lo que haga falta para tapar todo y que nadie le haga sombra; es el Feijóo que apela a sus principios, que nadie conoce, ni él mismo, pues nunca se han visto por ninguna parte. Así, no hay posibilidad de otra política que no sea el maldito programa Agenda 2030 manejada por el socialismo rojo y azul; en España con disimulo y en Europa con entusiasmo.
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