El liderazgo de las políticas nacionales de comunicación debe superar las nuevas asimetrías informativas que desde hace ya un tiempo han implantado “dictatorialmente” las nuevas tecnologías perjudicando al periodismo informativo de siempre. Este periodismo de antes es lógico que se revele en según qué ámbitos y ramas.
Sí, a veces parece una guerra entre Norte y Sur, una guerra de caracteres distintos en las tipologías de dar la información parcial y veraz.
Las nuevas tecnologías tratan en inmensidad de ocasiones al receptor de las noticias como sujetos pasivos... ¿y qué buscan los poderosos tecnológicos de la información? Crear un nuevo orden mundial de la información y la comunicación... ¡Y lo están consiguiendo!
Desde otras perspectivas, desean un proceso alternativo a lo de siempre, y sí, es cierto eso de renuévate o muere, pero hasta cierto punto, y si se lleva a cabo debe ser de una forma razonable donde la ética debería ser lo primordial y necesario.
Los paradigmas de esta nueva información de redes sociales y algunos digitales comprados por la política, no convence lo que debería convencer: es un desencuentro dentro de un encuentro que desde un principio está, digámosle, amañado. Creo que ésta es la triste realidad de muchos de los informantes de hoy día... ¿Dinero en vez de profesionalidad? Ahí queda la pregunta.
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