| ||||||||||||||||||||||
Paula Winkler
Paula Winkler nació en Buenos Aires. Doctora en Derecho y Jurisprudencia, fue juez del fuero tributario durante 30 años. Jurista y Magíster en Ciencias de la Comunicación, especializada en estudios semiológicos de la cultura, sus cuentos con premios locales e internacionales, se incluyen en antologías. Narradora y ensayista, publicó más de diez libros (cuentos, microrrelatos, novelas y ensayos sobre literatura y su especialidad jurídica). Destacan Sabias, santas, rebeldes, novela histórica, editorial Diotima, Buenos Aires, Argentina (2024); Semiotic Notes for the study of visual imagery, en: Artscape magazine, New York, USA (2007, versión bilingüe); Zavala, una lectora con ética y localizaciones epistemológicas, en: La Huella liberada, ArCibel Editores, Andalucía, España, Coordinadora: Zulema Moret (2008), Insularidad e insularismo, en: La Fascinación Insular, Revista La Página, número especial (88), Islas Canarias, España (2010); Todos podemos escribir un cuento. We all can write a story, cuentos y ensayos (edición bilingüe – Staten Island, Estado de Nueva York, USA, donde participa con un ensayo). Y Pulpos, mulitas, kiwis - relatos para adultos, ilustrados por Carolina Peralta, Buenos Aires, editorial Vinciguerra (2024). |
![]() |
El presidente ejecutivo de “Open AI” –inteligencia artificial- informó que, en una hora, había aumentado un millón de usuarios al sistema de la aplicación “ChatGPT”: furor por crear dibujos para ser usados como perfiles en las redes, muchos similares a las que produce el estudio Ghibli –una célebre productora de animación japonesa-.
Durante los años setenta una novela del escritor francés Georges Perec (1936-1982) recorría el mundo, se enseñaba en universidades y era muestra de talento. “La vida, instrucciones de uso”, título de la versión traducida al español, relataba historias entrecruzadas en un edificio sobre la base de las 'contraintes', una serie de reglas para escribir, según un grupo literario que el autor compartía con Raymundo Queneau.
El periódico digital “Argentinisches Tageblatt” publica el 28 de febrero una noticia acerca de la sentencia firme que recayó en la demanda que interpuso la empresa que creó el diseño de sandalias con plantilla anatómica y horma de talón abierto o cerrado, prácticas y calzadas hoy en todo el mundo. Su intención era proteger la marca “Birkenstock” y a sus sandalias, con el fin de evitar que el modelo fuera reproducido por otras firmas del mundo sin pagar regalías.
Se suele oír acerca de dos pandemias actuales en el planeta: la indiferencia y la soledad. Cuando se naturalizan estos estragos admitiendo el fracaso de la moral (y de la ética), presumo que el curso de las cosas nuestras se va agravando. Por esto, a poco más de cinco años de la pandemia Covid-19, me pregunto qué hicimos durante y después para disminuir el malestar colectivo, abrazar a los valientes médicos y personal de salud para intentar que sean los mejores pagos del mundo.
Desde los presocráticos (la vida es “estar despierto”, Heráclito del Efeso), con más el cristianismo ejercitado como sistema bifronte universal de ideas (cuerpo y alma) y la cultura judeocristiana, sobre todo en Occidente, el sujeto desde que nace busca su destino, se rebela contra la muerte y aprecia su cultura como una forma de luchar contra el final irreductible.
En el periódico La Nación del sábado 1 de marzo, aparece en la sección Ideas una entrevista de Adriana Balaguer a Paola Caracciolo, conocida como cronista y escritora por su seudónimo Pola Oloixarac. Según la Wikipedia, se trata de una narradora, periodista, filósofa y traductora argentina, con vasta obra traducida a varias lenguas, residente en Barcelona.
Resulta común oír que comprender la realidad es un esfuerzo inútil: la existencia, pese a los avances de la ciencia y de la tecnología, continúa siendo un misterio. Razón no le falta (al poeta y al artista pues subliman). Sin embargo, en la vida cotidiana entender razones y descentralizar discursos, incluyo los de los políticos, no vendría mal a nadie.
Otto von Bismarck, primer ministro de Prusia, insistía en la necesidad de impedir que los tratados internacionales sobre la paz fueran meras “tiras de papel”. Se supone que esta preocupación deberían poder compartirla los presidentes, primeros ministros, parlamentarios y políticos, cuando menos de los Estados de Derecho (incluyo a las democracias de baja intensidad y todo tipo de acuerdo humanitario).
Leer hoy las noticias locales e internacionales constituye un ejercicio de paciencia. Frente a la velocidad legislativa, que encarna un mundo jurídico cada vez más caótico porque sobran leyes, decretos, normas interpretativas, protocolos e instructivos, también circulan ideas por doquier, opiniones, polémicas.
El 8 de octubre de 2024, el escritor vasco Fernando Aramburu dedica una crónica en su columna de “El País” a la poeta, narradora y ensayista zaragozana Ana María Navales. Alude a otro escritor español, Manuel Vilas, que considera “en el olvido” a esta dedicada docente, experta en Virginia Woolf y en el Grupo Bloomsbury.
La telenovela pertenece a la narrativa que rescata la pasión amorosa popular. Sus textos han perdido aquella melancolía de Charles Baudelaire cuando se legitimó en sociedad el derecho a sufrir el amor-pasión con locura, como lo hicieron los boleros o lo hizo también el tango, y la crítica literaria comenzó a ocuparse de sus guiones.
A menudo, se escucha en el habla porteña aquello disparatado e insolente de “fingir demencia”, es decir declamar que es sano hacer como que no se ve, que no te das cuenta… Alguna Filosofía contemporánea se ocupó bien de los adeptos a las estéticas del “Als ob” (al “como-si”).
|