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Paula Winkler
Paula Winkler nació en Buenos Aires. Doctora en Derecho y Jurisprudencia, fue juez del fuero tributario durante 30 años. Jurista y Magíster en Ciencias de la Comunicación, especializada en estudios semiológicos de la cultura, sus cuentos con premios locales e internacionales, se incluyen en antologías. Narradora y ensayista, publicó más de diez libros (cuentos, microrrelatos, novelas y ensayos sobre literatura y su especialidad jurídica). Destacan Sabias, santas, rebeldes, novela histórica, editorial Diotima, Buenos Aires, Argentina (2024); Semiotic Notes for the study of visual imagery, en: Artscape magazine, New York, USA (2007, versión bilingüe); Zavala, una lectora con ética y localizaciones epistemológicas, en: La Huella liberada, ArCibel Editores, Andalucía, España, Coordinadora: Zulema Moret (2008), Insularidad e insularismo, en: La Fascinación Insular, Revista La Página, número especial (88), Islas Canarias, España (2010); Todos podemos escribir un cuento. We all can write a story, cuentos y ensayos (edición bilingüe – Staten Island, Estado de Nueva York, USA, donde participa con un ensayo). Y Pulpos, mulitas, kiwis - relatos para adultos, ilustrados por Carolina Peralta, Buenos Aires, editorial Vinciguerra (2024). |
Leo hoy, 29 de Julio, en el periódico La Nación, que Francia mantiene posturas antagónicas “en los extremos políticos” sobre una fiesta inaugural que no pasó inadvertida: el cuadro de la Última Cena, del que dio explicaciones también su coreógrafo. La Conferencia Episcopal Francesa se quejó de una presunta burla al cristianismo en relación a la teatralización de la mencionada Cena.
Elsa Drucaroff, profesora de Castellano, Literatura y Latín, crítica literaria; ensayista y doctora “summa cum laude” en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, es narradora y premio Konex reciente en ensayo. El subtítulo de su último libro, "El pasadizo secreto", publicado por la editorial Marea en Argentina (342 páginas), es: “Escenas de una autobiografía feminista”.
El murmullo superficial de los libros acumulados en bibliotecas impuestas no construye sino una cultura banal. Una crítica profunda a ésta nos invita, en el siglo que transitamos, a desechar cuidadosamente la repetición camuflada de ideas.
Amor, amor al prójimo, amor pasión, amor a los padres y a la familia; amor a la patria, amor a la tierra y al planeta, amor entre humanos y por la flora y la fauna, amor por esto y aquello. En definitiva, amor. El amor (y el desamor) se lleva bien con la poesía, el tango, la narrativa; con el arte en general, el psicoanálisis y la buena política.
Rolando Revagliatti, el célebre entrevistador a narradores y poetas argentinos – documentos publicados en seis tomos -, dieciocho poemarios en su haber, es un poeta que acostumbra a crear sobre la base de intersticios, del devenir inconsciente y de misteriosas “contradicciones”.
La madrugada del 13 de junio, después de protestas, provocaciones, daños a personas y establecimientos comerciales, arrestos y tal atento a una decidida “aplicación” del protocolo de seguridad vigente en Argentina, el Senado, que representa a las provincias, aprobó por desempate la llamada “ley bases”.
Por una cuestión de buena fe advierto que mientras escribo esta nota, me encuentro transitando el dolor de haber perdido a mi perrito, después de años de cuidado mutuo (los vínculos desinteresados e incondicionales entre estas personas-no humanas y nosotros deberían ser indiscutibles, pero en el planeta hay demasiado antropocentrismo…).
Después de algunos incidentes entre vuestro país y Argentina, del que todavía unos cuantos educados no salimos del asombro, luego de la pobreza que supieron conseguir políticos irresponsables y negadores, de “poca calle”, de funcionarios desleídos, aunque conocedores de las marcas más prestigiosas, me he puesto a pensar cómo hacen nuestros expertos en turismo para continuar estimulando a visitar Argentina, a conocer Buenos Aires.
“Valentía” no es sinónimo de “temeridad”; el cortés, no es cobarde ni hipócrita. Si la valentía en la política se va a andar identificando con la pura e irracional ideología, ya no asombra que el mundo esté patas para arriba y que don dinero lo mueva todo. Leer, oír y enterarse de las noticias, eso sí que es de momento valentía.
En este periódico, una nota de Nieves Fernández trata acerca de las viejas y nuevas tertulias literarias en España. Aunque el océano nos separe y cada una haya recorrido su propia historia en la cultura, da placer el descubrir que personas de identidad y continente distintos puedan coincidir a pleno.
El mundo de los escritores goza de las virtudes y defectos de los humanos. Más o menos neuróticos, normalitos, empáticos o soberbios, un artista, un escribidor, un narrador, un poeta, un novelista no están eximidos de las carnaduras propias de la vida.
Con motivo de los feroces ajustes en la economía argentina, una conocida me confesó la otra tarde, muy triste, que no podría viajar a Europa quizá nunca más. Enseguida pensé que personas como ella sólo sufren las consecuencias de su ideología (o de la adoptada por algún sofisma en las campañas electorales de la época), cuando ven tocado su bolsillo.
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