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Mensaje breve pero muy en línea con lo esperado por parte del BCE, que mantiene tipos en el 4,5% y lanza un mensaje positivo, en la medida en la que reconoce los avances en la lucha contra la inflación, pero firme, en el sentido de que mantendrá los tipos altos durante el tiempo necesario para conseguir llegar a su objetivo, del 2%, allá por 2025.
El BCE se reúne este jueves para fijar el ritmo de su política monetaria por primera vez en 2024. Para decidirse, el BCE estará atento a la tasa de inflación y, en particular, al perfil de la tasa salarial. En efecto, esta última influye claramente en el perfil de los precios de los servicios, que es la partida del índice de precios a la que más le está costando desacelerarse significativamente.
Final de año es tiempo de cierre de balances. Lo anterior va mucho más allá del mundo de las finanzas. Por un lado, es habitual leer mensajes de bienaventuranzas y apreciar como las empresas cierran sus años llenos de éxitos y logros. Publicaciones así planteadas ocultan un 2023 complejo para gran parte de las personas.
El factor clave podría ser el ritmo de la relajación monetaria prevista. Todavía se desconoce cuándo se pondrá en marcha y su magnitud. En este arranque del mes de enero, la visión imperante en los mercados es que la Fed y el BCE podrían aplicar un recorte de los tipos de 25 puntos básicos a partir de finales del primer trimestre, seguido probablemente de otros cuatro o cinco recortes durante el año.
Cerrado el año 2023 en el que “todo subió” a excepción de los “commodities” (DBC), y hechos los correspondientes balances de final de año, la pregunta se centra ahora en cómo enfocar este nuevo año bursátil. ¿Continuará la misma dinámica? ¿Seguimos en acciones tecnológicas? ¿La renta fija es la apuesta ganadora? ¿El oro seguirá brillando? ¿Bitcoin responderá a las expectativas creadas?
El euríbor cierra diciembre confirmando la tendencia a la baja de las últimas semanas y termina el año en el umbral del 3,58%, mínimos desde el pasado mes de abril. Uno de los principales motivos sigue siendo la desaceleración de los precios. La tendencia a la desinflación global está ganando fuerza a medida que vamos terminando el año.
En primer lugar, el contexto macroeconómico sigue siendo mediocre. Los tipos ya no suben, pero los efectos del reciente ciclo de subidas siguen teniendo repercusión en la economía real. Los principales datos macroeconómicos lo ponen de manifiesto: los PMI manufactureros de la zona euro se situaron en 43,8 en noviembre, lo que indica que las condiciones siguen siendo difíciles para la industria europea en el cuarto trimestre.
Tras un periodo difícil en la renta fija, el entorno macroeconómico ha cambiado y es hora de que los inversores vuelvan a considerarla. Sería perfectamente comprensible que los inversores fruncieran el ceño ante un gestor de renta fija que proclamase que los rendimientos han tocado techo.
La inflación está volviendo lentamente al objetivo de la Reserva Federal en términos interanuales. Pero si nos fijamos en la reciente desaceleración de los datos del PCE, básicamente ya estamos ahí. En los últimos tres meses, el IPC subyacente ha aumentado a un ritmo medio anualizado del 2,1%.
El precio de la luz se mantendrá entre los 60 y 80 euros el megavatio hora durante el primer trimestre del próximo año 2024, confirmando una caída del 17,88% desde el pasado mes de octubre. En este escenario, los precios del Mibgas rondarán los 25 y 35 euros el megavatio hora y Europa podría incluso mejorar la situación “gracias a un clima generalmente templado en la mayor parte del continente y a unos almacenes que podrían alcanzar el 90% de su capacidad”, según Tempos Energía.
Pese a la reciente subida del brent provocada por la crisis del Mar Rojo, no se prevé que los precios vuelvan a alcanzar los máximos de finales de septiembre “dado que los futuros señalan un exceso de oferta: el brent ha retrocedido casi un 12 por ciento, 10,42 dólares el barril”.
Tras el fuerte apetito hacia estos activos en 2023, las letras del Tesoro seguirán ofreciendo rentabilidades muy interesantes durante 2024, especialmente durante la primera mitad. Asimismo, a día de hoy, no parece muy probable una ‘guerra de depósitos’ en la banca española, para remunerar a particulares, al contrario de lo que sí ocurre ya para el cliente institucional.
No esperábamos del BCE cambios de política ni modificaciones de las orientaciones escritas. Y eso es lo que hemos obtenido. También esperábamos un modesto retroceso en la valoración del mercado de un ciclo de recortes demasiado temprano y demasiado rápido. Y recibimos una respuesta más contundente, sobre todo tras la actuación moderada de la Reserva Federal el día anterior.
El BCE y el Banco de Inglaterra han continuado firmes, manteniendo un tono agresivo en sus últimas reuniones del año y resistiendo la tentación de seguir a la Reserva Federal en un giro pesimista. Una vez más, los bancos centrales europeos tardan en reaccionar. Hace dos años, retrasaron demasiado su lucha contra la alta inflación. Ahora, corren el riesgo de infligir el severo dolor de unos tipos restrictivos a sus economías, ya estancadas.
Palabras como inflación, interés y recesión son de uso cotidiano. Sin embargo, no mucha gente entiende el significado de estos términos financieros y su impacto en nuestras finanzas. En España, una investigación ha demostrado que tres millones de personas admiten no tener conocimientos financieros, lo que puede afectar negativamente a su habilidad para gestionar sus finanzas. El 31 % de la población encuestada, 5.043 adultos de diez ciudades españolas, calificó sus conocimientos financieros de bajos o inexistentes.
El dato de inflación adelantada publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es bueno, sobre todo si se compara con noviembre de 2022. La inflación general cae hasta el 3,2%, lo que supone una bajada de tres décimas, mientras que también hay un ligero descenso de la inflación subyacente hasta el 4,5%.
La llegada de los fármacos GLP-1 para la pérdida de peso es una bendición para los miles de millones de personas con sobrepeso en todo el mundo y para los dos valores que dominan el sector en la actualidad. Pero ha sido un fracaso para el mercado bursátil. Con los inversores vendiendo aquellos que se obtienen a través de la atención sanitaria y aquellos que son considerados productos básicos de consumo, que disminuyen su demanda.
La geopolítica, los aterrizajes forzosos, la caída de la confianza del consumidor y el “ajuste de cinturón” de las empresas podrían formar parte del panorama de inversión en 2024. Este fue el mensaje del Foro de Renta Fija de Federated Hermes celebrado en Londres el pasado14 de noviembre.
El gas europeo se mantiene en “una posición bastante cómoda” y encara final de noviembre con precios a la baja. Desde la consultora estratégica Tempos Energía atisban que precios de gas en la cota de los 20 y 25 euros el megavatio hora son totalmente posibles, lo cual significa precios eléctricos máximos de 70 a 80 euros el megavatio hora.
A menos de un año de los comicios presidenciales en EE. UU., una cosa es segura: el próximo presidente deberá lidiar con un contexto económico muy diferente al de los dos mandatos anteriores. En un contexto internacional tensionado con perspectivas económicas sombrías, y en un momento en el que el Tío Sam se ha involucrado indirectamente en dos guerras, el consenso económico y la Fed cifran en un 55 % el riesgo de recesión durante los próximos 12 meses.
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