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El domingo 20 vi la final del IX Mundial de fútbol femenino. Lo hice almorzando un plato español en un pueblo inglés. A pesar de que todos los medios británicos se concentraban en el hecho de que por primera vez un equipo de mujeres de la patria del balompié se clasificaba para disputar el primer o segundo puesto, la bandera que más alto flameaba en el pueblo británico en el que me encontraba (así como en otros) no era la de Inglaterra, sino la de su aliado militar (Ucrania).
¡Hay que ver cuánto indigente intelectual y patito feo de la política ha aterrizado en el escenario del politiqueo! Se dice que son los responsables de la degradación de la política y del propio Congreso de los Diputados. Aquella seriedad y rigor que nos infundía respeto y nos aportaba credibilidad se ha acabado. La han destrozado.
Dicen que ayudan a trabajadores, quienes no saben nada del trabajo, pues nunca laboraron en el tajo y son azote de los emprendedores.
Mónica García, alias «ME-MA» y «Pistolera», no se había percatado de que tenía un chalet en situación totalmente irregular y en un espacio reservado para la construcción de un hospital. No sé si eso puede pasarle a cualquiera, si la gente se olvida de que tiene propiedades por el mundo o le surgen de repente como surgen los níscalos en otoño.
¡Camaradas! ¡Siempre la Verdad! ¡El Partido será siempre vuestro guía! Suena a Comunismo trasnochado. Método “comunal” para controlar la población. La palabra “Camarada” ha sido siempre la mayor hipocresía engañosa del débil. El Comunismo sólo ha hecho “autómatas trabajadores silenciosos”.
Creo que está bien claro lo que afirmo en el título de este escrito; que “el sanchismo solo quiere romper, en el más amplio sentido de la palabra, nuestra nación”. Y aunque no tendría que aclarar -por sabido- lo que es el sanchismo, lo voy a hacer por si algún despistado no lo ha percibido correctamente.
Lo que transcribo a continuación, me lo envío un amigo, como no daba crédito a lo que leía he buscado otras formas de información para saber si era cierto. Sí que lo es. Una ministra de nuestro Gobierno, concretamente Irene Montero, de extrema izquierda ella, incita y fomenta la pederastia. Creo conveniente y necesario que aclaremos lo que significa este vocablo, aunque posiblemente la mayoría de las personas lo conozca.
Hay empresarios que han iniciado inversiones supeditándolas, o dando por segura, la llegada de los fondos europeos que tan mal gestiona el Gobierno socialcomunista y, hartos del caos, así como de la falta de criterios claros, se han visto obligados a renunciar a las mismas. No es un dato aislado, sino un grito nacional que se escucha a lo largo y ancho de toda nuestra geografía.
Sí, en verdad que, al igual que existe el toreo de salón, también florece el comunismo de salón. En el toreo de salón, el “pretendido” matador se luce con el capote o la muleta ante unos cuernos montados sobre ruedas, llevados por un subalterno, que le embisten y que no podrán causarle daño alguno. Los espectadores le aplauden y vitorea como si en realidad estuviese ante un morlaco de 600 kilos.
Uno, que fue testigo de primera mano del nacimiento de CC.OO en la localidad catalana de Cornellá del Llobregat, no puede menos de preguntarse qué es lo que se hizo de aquellos pioneros comunistas, que fueron capaces de poner en peligro toda la industria del bajo Llobregat actuando bajo el patrocinio de un jesuita, el padre Nieto, cuando el régimen del general Franco, debido a su deficiente estado de salud, empezaba a tambalearse (1976).
Hay que ser muy cafre, como ha manifestado serlo Yolanda Díaz, para decir que la culpa de la inflación la tienen los beneficios empresariales. Sólo entiendo esta bofetada dialéctica al mundo empresarial desde el analfabetismo de la ideología comunista, donde la culpa siempre es de otros, nunca de ellos y de su demostrada ineficacia.
Lo que está sucediendo en este país, y podríamos decir que en una gran parte del mundo al que seguimos llamando “civilizado”, a pesar de las pocas muestras que se están dando de que sea cierta esta cualidad; es que, de un tiempo a esta parte, han irrumpido con renovados bríos grupos de poder que han surgido, especialmente, de los regímenes comunistas de hispano-américa y, en concreto, de Venezuela, que nos vienen colonizando e intentando cambiar nuestro régimen de gobierno.
Hace tiempo que la izquierda andaluza descubrió el buen vivir y los sueldos excesivos de la política. Antes lo habían descubierto otros comunistas en la política nacional; no hay más que recordar a Ione Belarra y su forma de encogerse y esconderse tras comprometerse a dimitir si el Gobierno enviaba armas a Ucrania.
Lo que se está cociendo en España, a cargo de un Gobierno que está demostrando, en su hacer de cada día, su cada vez más deslavazada, incorrecta, suicida y peligrosa deriva hacia sistemas políticos que ya llevan años desacreditados y que, para más INRI y preocupación para los españoles, no lleva trazas de ningún cambio en lo que son sus objetivos políticos, sino más bien, todo lo contrario.
Por si a alguien le quedaban dudas de lo que es esta ideología criminal, solo tiene que poner la televisión (a la decente me refiero) o leer un periódico (también hay que saber elegir) para darnos cuenta de que para Rusia (con su ataque contra una nación libre como Ucrania y en pleno siglo XXI) sigue vigente la Revolución de 1917.
Por mucho que yo pretenda argumentar lo que fue, es y seguirá siendo el comunismo, jamás podré ser más elocuente que los hechos que tenemos ante nuestros sorprendidos ojos en este final del mes de febrero de 2022. Naturalmente, me estoy refiriendo al criminal, traicionero y desmedido ataque de Putin y sus criminales huestes, a Ucrania.
Nuestro DIRAE define la palabra con la que encabezo este escrito como: “Aspiración, deseo que aún no se ha cumplido”. Yo añado: “que se anhela alcanzar, aunque sea valiéndose de medios no muy confesables”. Los comunistas pretenden lograr, de la forma que sea, gobernar imponiendo un pensamiento único y una doctrina que sea obedecida allá en cada país en el que ejerzan su poder.
El tener políticos de medio pelo como ministros tiene, como es evidente, sus inconvenientes. Pero, si además carecen de sentido común, están menguados de inteligencia y, para colmo, son sectarios de ideologías comunistas, podríamos decir que se trata de lo peor que le pudiera suceder a una democracia.
Quiero detenerme en la insaciabilidad de los políticos de las comunidades autónomas que tan generosamente fueron favorecidas, al tiempo de la transición, por todos los españoles que -haciendo un acto de fe- consintieron tales favores con tal de que España creciera a la luz de una nueva etapa de su historia. Favores que pienso que no eran justos, porque procedían de un “borrón y cuenta nueva” mediante el cual todos los españoles seríamos iguales.
Una de las definiciones de anarquismo se la debemos al escritor estadounidense Edward Abbey, que nos dejó la siguiente: “El anarquismo se basa en la observación que pocos hombres son lo suficientemente sabios para gobernarse a sí mismos y que, menos aún, son suficientemente sabios para gobernar a otros”.
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