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Desde el martes pasado, los jueces y tribunales tienen dos meses para aplicar esa brutal injusticia que llaman Ley de Amnistía. Tal plazo quedará paralizado si se eleva cualquier cuestión prejudicial al TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea). Puedo garantizar, y así lo hago, que cualquier español serio se avergonzará de gran parte del contenido a medida que avance en su lectura.
Desde tiempos de Felipe V, España siempre ha estado intentado mantener callados a los catalanes, y cuando el 1-O más de dos millones de ellos de forma pacífica votaron favorablemente una propuesta de República e independencia, desde Madrid les enviaron la policía española a apalearlos, y a los jueces, la Brigada Aranzadi, para, con unas especiales interpretaciones de la legislación, acallar las voces disidentes del pueblo catalán.
Esta frase la encontramos en el “De Amicitia” (Sobre la Amistad), escrito por Marco Tulio Cicerón, y con ella quiere decir que “los iguales con mucha facilidad de unen a sus iguales”. En Español tenemos un refrán casi idéntico que es “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Fango: Vilipendio, degradación, lodo hecho con residuos térreos donde hay agua detenida. Muro: Pared, tapia, cerca o muralla. ‘Cordón sanitario’: Acuerdo entre partidos políticos para aislar a otro y evitar que llegue al poder o prevenir la expansión de una ideología.
En 2007, cuando José Luis Rodríguez Zapatero finalizaba su primera legislatura, empezó a cuajar en la sociedad catalana una sensación de cansancio y disgusto. Los problemas crónicos en Cercanías, un aeropuerto que entonces era insuficiente para responder a la proyección de Barcelona, la baja inversión pública por parte del Estado o el acentuado déficit fiscal acabaron por engendrar lo que se bautizó como el 'català emprenyat' (catalán enfadado).
El próximo domingo, 12 de mayo, los catalanes acudirán a las urnas para elegir quién tendrá que dirigir la Generalitat. No es fácil predecir cuál será el resultado de unas elecciones en las que el independentismo puede perder la primacía que ha alcanzado durante los últimos años.
Y así es. De pronto oigo truenos en el cielo y aquello que eran suposiciones mal intencionadas se convierten en realidades. Escucho en los noticieros que los que han mostrado su mayor oposición a prostituir la separación de poderes con indultos y amnistías a la carta, el PP, resulta que ahora estarían dispuestos a dar el indulto a Puigdemont. Con condiciones según ellos.
Palabras emitidas, como un eructo mental por este hombre que, para nuestra desdicha, nos gobierna. Mire Vd., Pedro Sánchez, tampoco el terrorismo es independentismo. Estas palabras son dos conceptos que de por si no indican nada. Son las personas independistas o terroristas quienes son peligrosas. Los que, cuando fanáticamente, ponen en práctica estos conceptos, son violentos.
Este Gobierno está presidido por el mayor ególatra que hayan conocido los tiempos, posiblemente, aunque, si es cierto que la frase que se le atribuye la dijo él, seguramente nos encontremos con dos super-soberbios en la Historia. Me refiero a Luis XIV, cuando dijo aquello de “El estado soy yo”.
Temblamos por la acometida contra el Estado de derecho tras aprobarse la enmienda transacional sobre la enmienda de ERC. Con ello se modifica el artículo 2.d, se redefine el concepto de terrorismo y se modifica a antojo de JxCat el Capítulo II del Título XXII del Libro II del Código Penal. Se perdonan las conductas cometidas por los golpistas y los terroristas de los CDR. Lo firman todos los adocenados del Pacto Frankenstein. Lo adaptan a su conveniencia e inocencia.
No dejan de mentir. Si hoy planchan huevos, mañana fríen corbatas. A eso lo llaman cambio de opinión. Para el Gobierno socialcomunista no existe la mentira; eso sí, la practican a diario, pero se la achacan al otro. Ellos dicen ser puros, limpios, transparentes y volcados con la ciudadanía; sin embargo, nunca más lejos de la realidad, hasta en eso mienten. ¡Caramba, qué tropa más desleal, indigna y vulgar!
Las actuaciones del gobierno de Pedro Sánchez es lo más parecido a la famosa “economía sumergida”; esa que todos condenan por engañosa y nada ética, pero que en el momento actual es la más practicada por el PSOE y por todos los partidos que le apoyan.
En la situación política actual, democracia y Estado de Derecho definidos en la Constitución, repaso al diccionario rae que fija conceptos: ‘Enclave’, territorio incluido en otro con diferentes características administrativas, políticas y geográficas. ‘Protectorado’, modalidad de administración por la que un Estado controla un territorio con entidad política dotada de autoridades propias.
Carlos Puigdemont amenaza a Pedro Sánchez, alias «cum fraude» y le pide que aproveche el momento porque de lo contrario peligra «su Moncloa». ¿Qué se puede esperar de felones, mentirosos, delincuentes y mafiosos? ¿Acaso ambos no son todo eso? No había más que ver el miércoles a Carlos Puigdemont en la Eurocámara con una suficiencia inaudita y mirando por encima del hombre a todos, montado en su inmunidad que la cada vez más cutre Corte belga le otorgó.
El cobarde fascista, Carles Puigdemont, abandonó España metido en un maletero. Lo más parecido a la forma en que un polizonte se introduce en un barco sin ser visto. Y todo ello por miedo a que la Justicia española le hiciera pagar los platos rotos. Tras mil y una peripecias, aprovechamiento descontrolado de dinero público, malversación, rebelión y disfrute de escoltas a cargo de la Generalidad, se instala en Bélgica con toda su familia. ¡Maldito “botifler” catalán!
Mucho tiempo ha tardado Puigdemont en darse cuenta de que Sánchez le estaba engañando. Ha hecho el paripé hasta en el Europarlamento con tal de hacer creer al prófugo de la Justicia que todo iba por buen camino. El mismo Albares dio a entender que presionó a la UE para que fueran aprobados como idiomas oficiales tanto el gallego, como el vasco y el catalán; pero resultó ser falso.
El fin justifica los medios, y cuanto más egoísta, más personalista, más individualista es el fin, más justificados están los medios. Eso es lo que promete mi conciencia y honor. Cuanto más antisocial, más antiespañol, más ruin y rastrero es el fin por el daño que causa a los demás, más gusto en prometerlo por mi conciencia y honor.
Uno piensa en Italia y la ve como esa gran extensión de la Roma imperial o la Roma republicana que con el paso de los años quedó reducida a la forma de bota con alguna que otra isla en sus alrededores como Sicilia, Cerdeña, Pantelaria, Lampedusa, linosa… Es como si Italia siempre hubiera sido tal y como lo es ahora. Sin embargo, haciendo gala de la sapiente historia, Italia, hasta hace escasos 160 años, estaba formada por múltiples reinos.
Aunque sea muy conocido, estudiado y comentado el hecho, a fuer de que canse solo un poquito, permítanme recordar un episodio de la antigua historia de Hispania, digo Hispania porque en el tiempo en el que ocurrió el hecho, aún no existía otro nombre para la Península, aunque ya los fenicios, que fueron posiblemente los primeros que vinieron a ella para comerciar, le dieron el nombre de Spania (tierra de conejos).
Sánchez a Feijóo: "Hubiera bastado con que mientras negociábamos nos dijeran: 'No sacrifiquen la unidad de España, no humillen a la Nación para conseguir esos 7 votos, aquí tienen los nuestros". Con estas afirmaciones reconocía que negociaban para humillar a España y sacrificar su unidad.
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