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Voy a romper una lanza, por los hombres jubilados, que no saben lo que hacer cuando llegan a ese estado.
Parto de la base de que no me refiero a ese tipo de “timados” que lo son por pasarse de listos. Aquellos que adquieren bienes de dudosa procedencia o inversiones con intereses desorbitados que de entrada “cantan la Traviata”. Trato de reflejar ese otro grupo de personas de buena voluntad que han llegado a ese maravilloso segmento “de plata” que acoge a los que, una vez acabada la vida activa, se disponen a disfrutar de los ahorros y de la merecida jubilación.
La Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP) ha celebrado en el Congreso de los Diputados el acto “El reto de la longevidad hoy: de la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”. El objetivo ha sido reflexionar sobre los retos sociales de la longevidad y la necesidad de hacer políticas transversales, además de solicitar la aprobación de la Convención Internacional de Derechos de las Personas Mayores.
Hablo en plural porque son distintas las cantidades que estos perciben y diferentes para cada uno de ellos, y así mismo también ellos son desiguales, pues proceden de disímiles categorías profesionales. Por las mañanas suelo con asiduidad escuchar la radio y oír lo que se manifiesta en cada emisora, según sea de la distinta tendencia política que la patrocine. Hoy escuchando una percibí que estaban hablando sobre las pensiones de los jubilados.
Para mí no es nada nuevo. El vivir en las afueras de la ciudad y el precio desorbitado de los aparcamientos, hace años que me ha convertido en un ferviente usuario de los servicios públicos. Encima, mi ayuntamiento ha creado unas tarifas muy económicas para los “jubiletas”.
Han saltado las alarmas. Los primeros en rebelarse en esta España desnortada de hoy, han sido los mayores (que no ancianos) que se sienten desprotegidos e inermes ante el olvido e incluso indiferencia en esta sociedad de hoy, cada vez más tecnificada y desgraciadamente más deshumanizada.
La Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP- ha solicitado a la Real Academía de la Lengua que se estudie la posibilidad de incluir el término “edadismo” en la próxima actualización del Diccionario de la lengua española, con el objetivo de concienciar y dar visibilidad a la discriminación por edad que sufren muchas personas. la ONU ha calificado esta discriminación como “una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad”.
Junté las manos, agaché la cabeza, mordí los labios, cerré los ojos… Era el momento deseado, que siempre quise no llegara… Todos me dieron la enhorabuena, algunos, simplemente, por mero roce, otros por mucha convivencia. Recogí un pequeño cuaderno, único material propiedad personal; en él estaban todos los contactos que fueron, pero que no sé si el tiempo borrará.
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