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Lectores
Cartas al director
En esta sección puedes encontrar todas las cartas de los lectores dirigidas a Diario Siglo XXI. |
Me dirijo a usted como ciudadana para expresar mi preocupación sobre un asunto que afecta a toda nuestra comunidad y sociedad. Quiero manifestar mi preocupación por la inadecuada accesibilidad y la arquitectura hostil de muchos espacios públicos y privados que afecta a la comunidad de las personas con diversidad funcional.
A falta de que se sustancien las consecuencias jurídicas concretas, es evidente que un presidente diligente y provisto de un mínimo de ética ya estaría asumiendo responsabilidades políticas. Cabe recordar que Ábalos no fue un simple ministro más, sino que se distinguió por ser uno de los hombres más cercanos al presidente y uno de los artífices de su llegada a la Secretaría General del partido y, posteriormente, a la presidencia del Gobierno.
Cercenada tiene la cara la sierra de Santo Domingo por el río Arba de Biel. Desde su sumergido abismo, surge un azulado lunar de nombre Pozo Pígalo de Luesia. En su orilla se arrodilla para saciar su sed el Camping Pígalo. Es un coqueto campamento que ofrece: zonas de acampada con tiendas de campaña y áreas de pícnic, restauración con menú variado y bar, zona de merendero con mesas y bancos, alquiler de tiendas de campaña con colchón hinchable para dos personas.
Para Sánchez, actual presidente del Gobierno, a estas alturas, el poder ya sólo consiste en una cuestión de supervivencia. Un poder que no hace más que amenazar a la oposición, como se volvió a demostrar con las declaraciones de Montero refiriéndose a “informaciones que a todos nos escandalizarán”, en referencia a la pareja de Ayuso.
Quien experimenta el amor de Jesús, escribe el Papa Francisco, está en disposición de “tejer lazos fraternos con los demás”. Para Francisco, la fraternidad es una necesidad acuciante para el mundo de hoy, desgarrado por las guerras y por estilos de vida consumistas e impersonales, que cada vez dejan menos espacio a lo realmente humano. El mundo, se lee en la última encíclica, parece “haber perdido el corazón”.
Ultracatólico, fascista, franquista, extrema derecha, etcétera, etcétera. Esos calificativos nos dispensan a los católicos; no se dan cuenta de que nos están elogiando, y no merecemos esos elogios. Cristo, Hijo de Dios y Dios como su Padre, vino al mundo; era el Mesías profetizado que vendría a salvar al hombre de la esclavitud del pecado y a librarnos de la muerte eterna. Él nos abrió las puertas del cielo.
Un franciscano americano, decía que al salir del gimnasio, vestido de sacerdote, una madre protegió a sus hijos como si pasara un demonio. Y el franciscano ofreció esa pequeña humillación. Si ya de por sí el camino que lleva al cielo es estrecho, aunque para Dios nada hay imposible, los ataques a la Iglesia y sus sacerdotes para muchos son como un tranquilizador de conciencia: "ya te decía yo, que son unos mangantes".
Mazón nos ha decepcionado porque ha mentido a sabiendas. Porque no hay propósito de enmienda. Porque sus retrasos no se entienden. Porque, sobre eso de que “el sistema ha fallado”, sigue insistiendo, a pesar de que esa culpa no se está viendo. El PP nos ha decepcionado, centrando sus críticas en Teresa Ribera, a pesar de que los organismos que de ella dependen parecen haber hecho su trabajo. Y quien no hizo su trabajo fue el gobierno autonómico.
Terminó la guerra de España; muchos católicos fueron asesinados por odio a la religión. Pero Satanás y sus esbirros fueron vencidos. Satanás, astuto y taimado, padre de la mentira, vio que con la violencia no conseguía su propósito de terminar con la Iglesia Católica; lo que hacía eran mártires, y lo que quería hacer era apóstatas. Por tanto, cambió sus planes: tendría que infiltrarse en la Iglesia, pues desde dentro sería más fácil.
Ayer estuve viendo una peli, de esas llamadas de miedo, en donde unos vampiros se bebían la sangre después de haber acuchillado a personas, succionándola. En estos filmes siempre presentan a un jefe de cara cilindrada, donde sus tornillos y roscas están deteriorados, inservibles. De pocos amigos, de aquellos que, cuando lo miras, te dan un escalofrío enorme, mejor dicho, monstruoso.
Por razones ajenas a mi voluntad −como diría un declarante que aspira a no ser censurado−, llevo una temporadita más ocioso de lo que acostumbro, razón por la cual, me temo, veo la televisión en demasía. El caso es que este pasado miércoles, 20 de noviembre, hacia el mediodía, he visto durante unos treinta minutos un programa en la cadena Cuatro, titulado “En boca de todos”.
En 2025, al cumplirse cien años de la muerte de Amancio Amorós Sirvent (1854-1925), recordaremos a un compositor cuyo arte capturó la esencia más pura de España. Sus zarzuelas, como "Los dos esclavos", vibran con la energía del pueblo, mientras su música sacra, como la "Misa Jubilate Deo", eleva el espíritu con una profundidad técnica y espiritual inigualable.
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