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Es sensible y siempre pendiente. Se preocupa de como estoy, y me sigue si me voy...
En la presente oportunidad intentaremos reflexionar en torno al concepto de “amistad” desde una perspectiva filosófica que nos permita comprender cómo es posible el vínculo amistoso en una sociedad que ha abrazado fuertemente el individualismo rapaz y la pérdida (casi total) de atención que nos prestamos los unos a otros.
En 1887 L. L. Zamenhof publicó el primer libro sobre el esperanto. Por eso celebramos anualmente el 26 de julio, la fecha de esa publicación, como el nacimiento de la lengua internacional esperanto. Zamenhof soñaba con un mundo donde los pueblos pudieran conocerse y comunicarse libremente sobre una base neutral: “Aún son muy altos y gruesos los muros que separan a los pueblos; contra esos muros batallamos.” Sin embargo, después de 135 años, esos muros se mantienen altos.
Aunque cada vez más residual, aún queda gente que no percibe a ciertos animales como seres capaces de relacionarse con sus compañeros de entorno (incluidos los humanos, por descontado) de una forma a la que difícilmente podríamos escatimarle el apelativo de «afectiva». Me refiero a las especies que nos resultan más familiares y cercanas, como los mamíferos y las aves. Sobre el resto de vertebrados (reptiles, peces, anfibios) el asunto ofrece ciertas dudas.
Estimado Paco: Últimamente no estábamos demasiado en contacto, pero tú y yo sabemos que nuestros sentimientos eran firmes. Convivimos juntos la década de los 60 y parte de los 70, allá en el colegio Santa María del Pilar de Madrid (marianistas). Años de degradación religiosa… Años de luchas internas por intereses externos… Años de fidelidad a los principios o de negación a los mismos, muchas veces por una seguridad terrena.
Siempre concebí la vida, compartida con amigos, porque a mí la soledad me parece un gran castigo.
Se dice que “el que tiene un amigo, tiene un tesoro”. Una verdad incuestionable. Pero no debemos perder de vista el verdadero sentido de la palabra amistad. No se refiere a conocimiento, vecindad, cercanía o convivencia. La palabra amistad llega más lejos y se convierte en un compromiso que se debe aumentar y mejorar con el tiempo y que se ha de regar con comprensión, aceptación, cercanía (sin pasarse) y respeto. Todo ello se cocina con el encuentro y el diálogo.
Así como esos famosos, estoy convencido de que muchas de las personas que nos rodean son ejemplo de lo que hoy día se conoce como resiliencia, es decir, esa capacidad que tienen las personas para recuperarse ante la adversidad para continuar progresando, no obstante lo traumático que pueden resultar algunos pasajes de su vida. Mi amiga, la escritora marplatense, es una de ellas.
La amistad es un valor fundamental en la vida, incluso por encima de las relaciones de pareja o los vínculos familiares. Esta es una de las principales conclusiones que se extrae del Estudio sobre la amistad de Brugal y que pretende conocer el impacto de las relaciones en la vida de los españoles.
Viaje en el tiempo, año 1910, en que un hombre ayudaba gratis a enfermos, gratis los viajes y además, daba clases en la Facultad de Medicina. Un hombre mágico, cordial, de trato afable, que pensaba en los pobres. ¿Dónde están ahora esos hombres?
Pilar Rahola escribe un artículo titulado Un hijo que considera que es “una carta de amor al amigo Jani y a toda su familia. Su hijo Miquel ha muerto de súbito, lejos de su casa, engullido por la siniestra ruleta del azar”.
Recordando hoy, sé que triunfaré y batallaré pasito con pasito hasta el atardecer…
Nos estamos acostumbrando a vivir en dos mundos contrapuestos pero interrelacionados, porque la ruptura de barreras espaciales aproximan la realidad física a la apariencia de la realidad.
La calidad de las relaciones personales también mejora: el porcentaje de encuestados con un “un gran número de amigos íntimos” ha pasado del 24% al 31%. La mejora en el contexto social ha afectado de manera positiva a los índices de soledad: mayor conexión emocional con otras personas o menor sensación de aislamiento.
Siempre se ha comentado la dificultad de poseer buenos amigos. Se habla de “que se pueden contar con los dedos de una mano”. Mi experiencia vital me ha demostrado que se puede ampliar un poco el número de los mismos pero sin estirarse más de la docena. Hay que diferenciar entre “colegas”, “amigachos”, amistades, “compañeros de fatigas”, y Amigos (con mayúsculas).
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