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Recuerdo la canción de Luis Aguilé: “salud, dinero y amor”… son buenos propósitos para el año nuevo. De los tres, me quedo con el amor, pues hasta la salud va de la mano de una vida llena de amor, y esa actitud conlleva normalmente la abundancia, pues una persona que tiene espíritu de servicio suele tener qué hacer.
Cuando somos jóvenes tenemos tendencia a tener bastantes amigos, muchas veces porque el entorno nos los va poniendo en el camino y otras veces, porque tenemos gustos o aficiones parecidas a esas otras personas. Para que una amistad se forje es necesario tener algo en común, es necesario que exista algo que haga que se produzca la unión. Y cuando ese vínculo se forma, contaremos con un amigo.
Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar un concierto emitido por televisión desde la maravillosa isla de Tenerife. Amén de por su calidad, el evento me emocionó por la cantidad de intervenciones como solistas de muchos de los componentes de los Sabandeños. Todo un ejemplo de participación que manifiesta la ausencia de “figuras” en el grupo.
Hace unos cuantos días nos reunimos un grupo de amigos. Sin ningún motivo especial. Porque sí. No es necesario recurrir a una fecha o a una circunstancia en concreto para reunirnos alrededor de una mesa para compartir el pan y la sal. Basta con que a uno se le ocurra, para que los demás aceptemos alegremente la convocatoria.
Este humilde recolector de buenas noticias de vez en cuando percibe la sensación de haber optado por el camino correcto en multitud de ocasiones. Diversos compañeros míos en las etapas de formación o en el desempeño de las actividades profesionales, han alcanzado cotas más altas que yo en todos los campos. Tienen mucho más poder, dinero o prestigio que un servidor.
Afuera una lluvia leve termina de decorar la escena que me inspira a escribir. A mi costado el libro más reciente de mi querido amigo Carlos Pereira Cohen: Los colores del amor. Wafles con un sabor por el que recuerdo inevitablemente las populares crepas de dónde vengo, acompañados de jamón, queso y jitomate. Jugo de manzana. Señal wifi, ¡bendita señal wifi gratuita!
Una vez finalizados mis estudios de Auxiliar de Psiquiatría, me he dado cuenta de que, o estamos todos locos, o intentamos dar pensamientos lógicos y científicamente probados a todo, por lo tanto, aquello que no sea analizado desde la perspectiva científica y respaldado por unos determinados estudios e investigaciones, no existe.
En ocasiones hay amaneceres tristes y este es uno de ellos. Se ha marchado Laura Gómez- Lacueva, una gran artista y una buena amiga. Me ha dejado frío y totalmente abatido, no podía ser cierto, me tuve que pellizcar y hacerme daño para abrir la puerta al dolor de la pérdida de mi buena amiga.
Recorremos la vida comprometidos con terceros, empresarios, jefes, superiores... Palmadas que esclavizan, crean, sin saberlo, sueños de ilusiones que se rompen... Los compromisos no generan confianza y futuro, sobre todo si el que sirve es pobre.
Hoy quiero hablar de un amigo al que no volveré a ver. Lo conocí personalmente un septiembre de hace cinco años, cuando me invitó (me introdujo) a una tertulia de cine en la que participaba desde tiempo atrás. Esa tarde no solo le puse cara a él sino a mucha más buena gente, y esa sencilla invitación fue la primera de tantas cosas por las que siempre quedaré en deuda con su generosidad.
Es sensible y siempre pendiente. Se preocupa de como estoy, y me sigue si me voy...
En la presente oportunidad intentaremos reflexionar en torno al concepto de “amistad” desde una perspectiva filosófica que nos permita comprender cómo es posible el vínculo amistoso en una sociedad que ha abrazado fuertemente el individualismo rapaz y la pérdida (casi total) de atención que nos prestamos los unos a otros.
En 1887 L. L. Zamenhof publicó el primer libro sobre el esperanto. Por eso celebramos anualmente el 26 de julio, la fecha de esa publicación, como el nacimiento de la lengua internacional esperanto. Zamenhof soñaba con un mundo donde los pueblos pudieran conocerse y comunicarse libremente sobre una base neutral: “Aún son muy altos y gruesos los muros que separan a los pueblos; contra esos muros batallamos.” Sin embargo, después de 135 años, esos muros se mantienen altos.
Aunque cada vez más residual, aún queda gente que no percibe a ciertos animales como seres capaces de relacionarse con sus compañeros de entorno (incluidos los humanos, por descontado) de una forma a la que difícilmente podríamos escatimarle el apelativo de «afectiva». Me refiero a las especies que nos resultan más familiares y cercanas, como los mamíferos y las aves. Sobre el resto de vertebrados (reptiles, peces, anfibios) el asunto ofrece ciertas dudas.
Estimado Paco: Últimamente no estábamos demasiado en contacto, pero tú y yo sabemos que nuestros sentimientos eran firmes. Convivimos juntos la década de los 60 y parte de los 70, allá en el colegio Santa María del Pilar de Madrid (marianistas). Años de degradación religiosa… Años de luchas internas por intereses externos… Años de fidelidad a los principios o de negación a los mismos, muchas veces por una seguridad terrena.
Siempre concebí la vida, compartida con amigos, porque a mí la soledad me parece un gran castigo.
Se dice que “el que tiene un amigo, tiene un tesoro”. Una verdad incuestionable. Pero no debemos perder de vista el verdadero sentido de la palabra amistad. No se refiere a conocimiento, vecindad, cercanía o convivencia. La palabra amistad llega más lejos y se convierte en un compromiso que se debe aumentar y mejorar con el tiempo y que se ha de regar con comprensión, aceptación, cercanía (sin pasarse) y respeto. Todo ello se cocina con el encuentro y el diálogo.
Así como esos famosos, estoy convencido de que muchas de las personas que nos rodean son ejemplo de lo que hoy día se conoce como resiliencia, es decir, esa capacidad que tienen las personas para recuperarse ante la adversidad para continuar progresando, no obstante lo traumático que pueden resultar algunos pasajes de su vida. Mi amiga, la escritora marplatense, es una de ellas.
La amistad es un valor fundamental en la vida, incluso por encima de las relaciones de pareja o los vínculos familiares. Esta es una de las principales conclusiones que se extrae del Estudio sobre la amistad de Brugal y que pretende conocer el impacto de las relaciones en la vida de los españoles.
Viaje en el tiempo, año 1910, en que un hombre ayudaba gratis a enfermos, gratis los viajes y además, daba clases en la Facultad de Medicina. Un hombre mágico, cordial, de trato afable, que pensaba en los pobres. ¿Dónde están ahora esos hombres?
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