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Lejos de lo que muestran las telenovelas pochocleras mexicanas o coreanas, las películas cada vez más vacías de contenido y el material pseudo biográfico que difunden los medios de espectáculos sobre la vida íntima de las parejas famosas, el amor, en su esencia más pura, no es una idealización de la perfección, sino más bien una aceptación consciente y voluntaria de las imperfecciones de la persona que hemos elegido querer.
Todos recordamos los inicios y contactos del primer noviazgo donde la inexperiencia estaba presente, donde existían los nervios y las emociones auténticas ante cualquier suceso. Con ese primer amor, se fue formando parte de la personalidad que influirá, después, en la forma de comportarnos con otros, en la edad adulta.
Necesitamos comprensión de hogar, máxime en un tiempo donde las familias son muy heterogéneas; ya que los diversos vínculos suelen sentir y vivir de manera distinta, además de que los espacios sean muy diferentes, pues aún se silencian voces en muchos de ellos, imperando el ordeno y mando, sin apenas diálogo alguno.
Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".
Leí hace tiempo de una niña llamada Liz. Sufría una extraña enfermedad; la única posibilidad de recuperarse era recibir una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, que había sobrevivido milagrosamente a esa extraña dolencia y que había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al hermanito, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a la hermana. Él dudó un poco, y respondió "si, lo haré si esto salva a Liz".
No me casaré con la mentira, el error, la cara bonita que me dijo "amor", pero para nada lo he encontrado en él. No me casaré con los ojos claros de ese corazón que decía: ¿amarme?
La espiral de intimidación está en plena actuación, sólo la frena el cultivo del amor; con lo que ello supone de clemencia y espíritu donante, si en verdad queremos liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto dominador, con una sincera revisión existencial. Tampoco es el uso de la fuerza, ni la búsqueda ciega de intereses materialistas, lo que podrá reconducirnos a una auténtica concordia.
Con la dulzura de un "te quiero" entrelazado en la palabra amor, la canción "Así Te Amo Yo," escrita por Pedro Alfonso Morales Ruiz, sumerge a quienes la escuchan en un mundo de afecto puro y sincero, en la cual, con versos manos sencillas se abre la puerta a la ternura. La música, también de Pedro Alfonso, también nos recuerda la belleza de expresar el amor de manera genuina y auténtica.
El amor es algo que se debe demostrar día tras día, es algo que tiene que estar presente cuando dos personas se quieren y desean tener “algo” juntas. Ya no se trata tanto de futuro, porque la vida es la que se encarga la mayoría de las veces de cambiar o modificar los destinos y sobre todo, porque no sólo el amor es suficiente para que se vaya consolidando ese proyecto.
Una pareja que logra despejar el a priori posmoderno del amor líquido, se nutre de la cercanía íntima de los cuerpos en su descanso y su vitalidad. Se coaliga en su cosmovisión y su mutuo acuerdo amoroso. Hay un componente fuertemente político que anida en ese vínculo aún en los tiempos efímeros y condicionales del neoliberalismo.
Al caer la tarde, amada mía, deseo cantar los recuerdos de tu amor. ¡Cómo brillaba el sol en aquellos campos llenos de vida joven! Tu figura, sencilla, acariciaba la tierra estéril de mi corazón. Llorabas entre mis manos, llenando de vida mis ojos, que te miraban. Tu sonrisa abrazaba mi angustia y todo mi ser se llenaba de ti.
San Valentín está aquí, para muchas personas, Miley Cyrus marcó un antes y un después, sobre todo en estas fechas. Siempre cito a grandes escritoras, importantes artistas que crearon obras maestras, pues esta mujer es una de ellas, con su canción Flowers, hizo que muchas mujeres no vieran San Valentín como una película de Halloween, y vomitaran ante tanta ñoñería.
Se dice que con el matrimonio dos personas se hacen una sola carne. ¿Cómo es posible, si tienen dos individualidades distintas? No es solamente la unión física, sino que el amante está en el amado como plantado en la cabeza, en el pensamiento y el sentimiento. Y así, sólo estando uno en el otro puede ser posible ser uno solo.
Recuerdo la canción de Luis Aguilé: “salud, dinero y amor”… son buenos propósitos para el año nuevo. De los tres, me quedo con el amor, pues hasta la salud va de la mano de una vida llena de amor, y esa actitud conlleva normalmente la abundancia, pues una persona que tiene espíritu de servicio suele tener qué hacer.
La sociedad, tal y como la conocemos hoy en día, nada tiene que ver con épocas anteriores, y eso es porque se encuentra en constante evolución. Las personas que formamos dicha sociedad también lo estamos ya que nuestras relaciones con los demás no son estáticas, sino que están en permanente cambio con diversas modificaciones según nuestras acciones.
Navidad es la fiesta religiosa más popular del año, descubre un sentimiento de nostalgia que nos hace anhelar paraísos perdidos, fomenta sueños llenos de esperanza de que se hagan realidad, nos habla de que lo mejor siempre está por llegar... Estas emociones, ¿de dónde salen, cuándo afloran?: no sólo de la publicidad y películas que estos días pone la televisión… surgen de nuestro interior, donde se remueven ciertas fibras en lo más profundo...
Una de las antífonas que el ritual católico conserva para la ceremonia del Jueves Santo es "Ubi charitas et amor deus ibi est". En Español: "Donde hay caridad y amor allí está Dios", pero dado el caso de que caridad y amor, en la lengua latina tienen acepciones idénticas, me he tomado la libertad de sustituir la palabra 'charitas' por 'pax'.
Cuentan de un joven llamado Daniel que aunque estaba bien en casa con una familia amorosa, se aburría y decidió abandonar su hogar en busca de una vida más emocionante. Daniel exploró el mundo, disfrutando de momentos de libertad y experimentando con diferentes estilos de vida. Sin embargo, después de tener éxito, cayó en las drogas y la depresión, las emociones de antes ya no le llenaban.
En el artículo previo al presente dejamos asentado bajo siete sellos que es posible vivir en una mentira (o varias, también), mediante la mentira, en pos de la mentira y algunos, muy pocos, en contra de la mentira. La ausencia de verdad y coherencia es algo a lo que los seres humanos nos hemos acostumbrado sobradamente sin problema aparente alguno.
Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
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