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El último domingo de julio sucedió lo que estaba previsto. La oposición venezolana ganó las elecciones y el oficialismo se adjudicó una victoria indebida. La organización ciudadana funcionó bien, y la oposición recogió las actas electorales y fiscalizó los recuentos. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral proclamó vencedor a Maduro por el 51% de los votos sin mostrar las actas ni los recuentos.
La escolástica es una doctrina que resulta de la unión entre el pensamiento filosófico y el pensamiento teológico para comprender y explicar las revelaciones sobrenaturales del cristianismo. Por tanto, la escolástica es una corriente filosófica que buscó relacionar e integrar de la mejor manera posible la razón con la fe pero, colocando siempre la fe por encima de la razón.
En pocos momentos de la vida es más grande el ser humano que cuando da gracias. Solamente se supera, si acaso, al perdonar con la conciencia clara de que también él necesita ser perdonado. Un corazón agradecido es un bálsamo de serenidad y de paz en el bullir cotidiano, y lo saben bien, porque gozan de su sosiego quienes le rodean y conviven con él.
Cuando por primera vez leí en la Wiikipedia que el zoroastrismo es una de las religiones vivas más antiguas. Que parte de sus enseñanzas pasaron al judaísmo, al cristianismo y al Islam, me quedé sorprendido y quise saber más. Y cuánto más indagaba, más atónito me quedaba ante la idea de que el Nuevo Testamento estuviera plagado de influencias del zoroastrismo. Pensé que por eso hay una parte de los judíos que lo rechazan...
Si tiramos del hilo, el hecho de reconocer que el judaísmo se dejó penetrar por las ideas del zoroastrismo, tiene unas consecuencias extraordinarias: en la pintura, en la arquitectura, en la escultura, en la literatura, en las tradiciones, en los dogmas religiosos, en la Iglesia, etc. Después de los escándalos sobre la pederastia en el clero, ¿sería esto la puntilla que acabaría con la Iglesia? Tal vez no. Y lo más importante ¿qué pasaría con la fe?
La iniquidad y la inmoralidad han entrado, otra vez, de lleno en la ética de la vida pública de la mano de una maliciada, en esta ocasión, hace ahora unos meses fue la UE, la que ha escogido el remo iniciado por la izquierda y los partidos colindantes. El aborto es un atropello que araña como si fuese un alacrán en la moral del ser humano.
La norma española, que una joven española de 16 años puede decidir abortar sin el consentimiento de sus padres, consagra la idea de que la auténtica libertad consiste en no tener vínculos, de que la responsabilidad es una atadura que nos esclaviza y de que la reflexión compartida no es más que un impedimento.
Es curioso encontrarse con no pocas personas que, casi sin haberlo pensado, consideran que estamos hablando de lo mismo cuando nos referimos a la sexualidad y al amor. Estas confusiones frecuentes tienen bastante que ver con la frase manida de “hacer el amor”, aunque cualquiera que lo piense un poco es consciente de que, en la mayoría de los casos, no tiene nada que ver el acto sexual con el amor.
Acabo de recibir un YouTube, algo atrasado, en el cual hace una arenga, la conocida Yoli, sobre el trabajo, en una torticera presentación y de equivocada consonancia y atolondradas palabras con lo que estaba hablando. No comprendo como el presidente comunista social de España la tiene en su gobierno, aunque, a decir verdad, la sinonimia entre ambos, es pura simbiosis. Tal para cual.
Hoy, hay muchas razones para explicar la grave desigualdad estructural. Cuando hay crecimiento, los grupos de más renta incrementan mucho más sus ingresos que los de menor renta. En los niveles de menor renta el ligero incremento de los ingresos que provoca el crecimiento se ve descompensado por un incremento mayor de los gastos. Y en este apartado son fundamentales los gastos en vivienda y alimentos.
Hace unos días he recibido algunas noticias preocupantes, que me hubiera alegrado mucho no haberlas leído nunca. Una, la primera, parlamentarios de algunos países están tratando de que el parlamento europeo, después de incluir el derecho al aborto dentro de los derechos de las personas, introduzca también el derecho a utilizar embriones humanos en las primeras semanas de su existencia en ensayos farmacéuticos, médicos, etc.
El Papa, durante el desarrollo de la cumbre del G7, hace aproximadamente un mes, animó a los líderes de las principales naciones de Occidente a movilizar a las diversas naciones y ramas del saber para hacer frente al reto, pero lo que latía sobre todo en sus palabras es la urgencia de recuperar el sentido de grandeza de lo humano.
Este título es una frase que oí decir a una persona formada y sensata en TV. Según los escritos que se hagan ahora, quedarán como testimonio para la sociedad del futuro. Y me voy a referir a experiencias personales, son hechos reales. En la década de los 60, se sucedieron unos hechos relevantes que trastornaron la sociedad: el Concilio Vaticano II, la Revolución de la Universidad de la Sorbona, París “Mayo del 68”.
Acaban los últimos JJOO en París con más pena que gloria con polémica servida desde los primeros compases de un espectáculo olímpico cargado de símbolos, un show mediático que cada vez se aleja más de los valores originales del deporte y se acerca más de forma sibilina a propaganda ideológica de corte woke transhumanista.
Resulta deprimente la cantidad de teclados que otras veces fueron plumas y que pierden la compostura sustituyendo el “análisis concreto de la situación concreta” en cualquiera de sus versiones, incluidas las no leninistas, por textos que son, sobre todo, las pruebas evidentes de que no saben digerir derrotas que son ajenas.
Se dice que los occidentales somos más individualistas que los orientales. Que la enseñanza personalizada y el declive de la clase magistral aumentan el individualismo. Y que el aislamiento de la pandemia nos hizo un pelín más individualistas. Resumiendo, se dice que el individualismo ha crecido en las últimas décadas. Y que ahora hay más ancianos abandonados.
Sí, lo anormal. Si en mi juventud, a los 15 o 20 años, digo que íbamos a tener esta sociedad, directamente me habrían llevado al manicomio. Esto, traducido a la actualidad, en “román paladino”, es decir con toda claridad, significa que la situación actual de esta sociedad es un manicomio de personas anormales.
Siempre lo he querido hacer y el fin de semana pasado se presentó la ocasión. Un amigo me dejó en Senegüé (Huesca) y después de tomar un café en el bar Casbas, empecé a caminar. Por la pasarela crucé el Gállego hasta Lárrede y subiendo a la Torre del Moro, llegué a Susín. Allí me encontré a las fuerzas vivas de la Asociación Mallau-Amigos de Susín. Tomando unas cervezas con ellos, les comuniqué lo que pretendía hacer.
Desde que Pío XII declarara el Dogma de la Asunción ( año 1950), la Solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora se celebra oficialmente en todo el orbe católico; si bien, ya desde la alta Edad Media hay celebraciones de la subida al Cielo de la Virgen en cuerpo y alma.
Se me desgarra el alma al pensar las atrocidades, vejaciones y torturas que sufrieron estos 146 almerienses junto con los 4.400 españoles que estuvieron en este campo. No olvidemos tampoco los que residieron en otros campos de concentración, que fueron miles.
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