| ||||||||||||||||||||||
Dato de carácter mixto, el que hemos tenido en la inflación en España. En la parte negativa estaría el incremento de tres décimas frente al dato anterior, hasta el 3,6%. En la parte positiva, destacar que el mercado interpretaba que la lectura del IPC adelantado de mayo alcanzaría en 3,7%, por lo tanto ha sido algo mejor de lo esperado por el mercado. La razón de esta subida hay que buscarla sobre todo en el incremento de los carburantes y del precio de la electricidad.
El IPC estadounidense de abril fue un poco más suave de lo esperado, y los inversores lo celebraron en todo el mundo, llevando a las bolsas a nuevos máximos históricos y vendiendo activos refugio como el dólar, que cayó frente a todas las divisas del G10 salvo el franco suizo.
China se ha embarcado en una progresión en los datos de inflación que parece frenar la tendencia deflacionaria que había experimentado antes de finales de 2023. La más reciente lectura del IPC del gigante asiático ha sido positiva. Un aumento del 0,3% indica una cierta recuperación de la demanda de los consumidores, lo cual es importante en un mercado tan grande como este.
En el contexto actual, aunque las expectativas sobre el euríbor apuntan a cierta variabilidad durante mayo, no esperamos que esto se traduzca en aumentos significativos de los tipos de interés, especialmente en las hipotecas sujetas a revisión este mes.
Cada vez parece más claro que las buenas noticias para los hipotecados llegarán a partir de junio, ya que junto con los recortes de tipos del BCE se producirá una caída significativa del Euríbor. La cuestión clave ahora es el ritmo de los recortes más allá de junio, que a su vez dependerán de los próximos datos, sobre todo los de inflación.
El atrevimiento consiste en cierta medida en asumir riesgos, ello es fundamental para nuestra existencia, y también lo es su justa ponderación en nuestras decisiones. En la industria financiera, particularmente en la evaluación de riesgos, existe una máxima: “A mayor riesgo, mayor rentabilidad esperada”.
En un contexto económico complejo como el actual, los principales bancos españoles han mostrado una notable resiliencia y capacidad de adaptación. A lo largo del primer trimestre, hemos observado un crecimiento general en los márgenes de interés y beneficios, lo que refleja una recuperación continua desde los duros momentos posteriores a la pandemia.
El Euríbor se encamina a cerrar el mes de abril alrededor del 3,73%, el nivel más alto desde mediados de diciembre y prácticamente sin cambios respecto al mes pasado. Aunque los inversores continúan confiando en que el primer recorte de tipos en Europa se produzca durante la reunión de junio, los recientes repuntes de inflación en Estados Unidos han despertado las dudas sobre la velocidad de los posteriores movimientos.
“El aumento de la inflación en abril es más modesto que el registrado hace un año, y se espera que para junio el Banco Central Europeo realice el primer recorte de tipos, motivado por el descenso de la inflación y el débil crecimiento económico en la Unión Europea, siendo este último punto el que más preocupa ahora mismo”, señala Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
Los mercados financieros afrontan una semana de alta volatilidad, con la geopolítica como punto de debate y como principal foco de atención, tras el histórico ataque de Irán sobre Israel durante el fin de semana. La principal pregunta ahora es cómo afectará a los mercados.
Desde que comenzó el año ha quedado claro que el ritmo y el calendario de los recortes de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales serán clave para los mercados y la evolución de los principales índices de referencia, incluido el Euríbor, por supuesto.
El dato preliminar de IPC de la zona euro correspondiente al mes de marzo fue del 2,4%, por debajo del 2,5% esperado y del 2,6% registrado en febrero. Es la lectura más baja desde el pasado mes de enero, y anteriormente desde agosto de 2021. La inflación continúa desacelerando desde los máximos alcanzados el pasado mes de diciembre de 2022 en el 10,6% y ya se encuentra cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo.
La inflación aumentó hasta el 3,2% en marzo, principalmente debido a los mayores precios de la electricidad y el combustible, mientras que los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas registraron un menor crecimiento interanual. La inflación subyacente cayó hasta el 3,3%, reflejando la estabilización de los costos más constantes de la economía.
El año 2024 será recordado como el ejercicio en que más proyecciones erróneas se hicieron sobre los tipos de interés. De una narrativa que llegó a prever hasta 7 descensos de tipos en las distintas reuniones de la FED, hasta los actuales 3 ajustes de tipos que podrían iniciarse en la reunión de julio. Sin embargo y atendiendo a las razones que pueden llevar (o no) a un ajuste a la baja de tipos, se abren dos vías posibles con implicaciones muy diferentes para las Bolsas.
Esta semana no ha habido reunión del BCE, pero "la conferencia del BCE y sus observadores" nos ha dejado un montón de titulares que digerir. Destacamos algunos de ellos. En primer lugar, la presidenta del BCE, Lagarde, tratando de aclarar sus comentarios sobre "temporadas" y "fases" en la última conferencia de prensa, dio un mensaje claro. El BCE sigue dependiendo de los datos y necesita generar más confianza.
La confianza de los banqueros centrales en la continuación de la desinflación, más que los datos, determinará la fecha de la primera bajada de tipos. Christine Lagarde y Jerome Powell están buscando cualquier argumento para bajar los tipos de interés. Ahora se trata de tener suficiente "confianza" en el proceso de desinflación, aunque la inflación siga sometida a importantes riesgos al alza.
Una reunión sin decisiones, tal y como se esperaba. El Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener sin cambios todos sus tipos de interés, manteniendo así su tipo de depósito en el 4% por cuarta reunión consecutiva. La decisión era ampliamente esperada por los participantes en el mercado y unánime, tal y como informó Christine Lagarde durante la rueda de prensa.
Los bancos centrales, a ambos lados del Atlántico, en buena medida, están actuando de manera coordinada en sus políticas monetarias, cuyo objetivo común es combatir a la inflación. No obstante, en esas actuaciones, ha sido la Reserva Federal quien ha llevado una cierta delantera, fruto de encontrarse su economía en un estado de ciclo más avanzado.
Conocido el dato del IPC en España, que subió un 0,1% en enero con respecto al mes anterior y elevó tres décimas su tasa interanual, hasta el 3,4%, surge la pregunta: ¿Podría influir este dato en los planes del BCE para el inicio de la bajada de tipos de interés?
Con un mercado laboral estadounidense sorprendentemente saludable y un crecimiento económico sólido, el riesgo de un retorno de la inflación está infravalorado y en aumento. Los factores que contribuyen a esta opinión son el rendimiento de los bonos a 10 años, el aplazamiento de los recortes de tipos por parte de la Reserva Federal y el hecho de que el dólar estadounidense sea la divisa más rentable del año.
|