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Montse que fue testigo de los incidentes que ocurrieron durante el partido de futbol de los cadetes del Lleida y del Balafia celebrado el 22 de febrero en el campo del Gardeny en una carta publicada a SEGRE explica sus impresiones: “Se produjeron unos hechos groseros y de muy mal gusto por parte de los padres de los jugadores del Lleida".
Haberlas, no vamos a dudarlo; las ráfagas de los acontecimientos sociales son prodigas en relatos escalofriantes. Sentirnos atrapados por sus efectos por toda la vida es una tragedia; pero desentendernos de sus maquinaciones, lo es aún mayor, por el enquistamiento del mal proceder. Tenemos en la mente las acciones TERRORISTAS más horrorosas, sin límites geográficos, bajo formatos alevosos.
Enfatizamos a diario los comentarios sobre la memoria, como tratando de una entidad establecida, cuando a lo sumo captamos pequeños sectores, silenciamos a muchos de ellos y no estamos dispuestos a investigaciones francas. A la vez, mantenemos encendidos los anhelos declarados y los inconfesados, en unas elucubraciones íntimas de ilimitadas aspiraciones.
Unas 400.000 personas sufren trastornos de conducta alimentaria en España, un grupo de patologías con gran incidencia entre los adolescentes en las que intervienen factores biológicos, psicológicos y socioculturales. Uno de los datos más preocupantes sobre este grupo de enfermedades es la resistencia que un 25% de las personas afectadas por ellas muestran al tratamiento.
La conducta es algo muy importante en la vida. Y todas las personas tienen que respetar a los demás. En primer lugar, por educación y también porque no saben los méritos acumulados y las capacidades de los demás. En este sentido, las conductas despreciativas, soberbias, prepotentes, negativas y arrogantes hacia otras personas no tienen cabida en sociedad.
Es muy traidora la rutinaria tendencia a simplificar las cuestiones con una afirmación o negación esquemática, en un sí o un no sin matices. Nos vemos obligados a decisiones continuas. La identificación de los peligros importantes no permite disgresiones que retarden las posturas preventivas; representa un arma vital.
En el transcurrir de tu existencia vas acumulando una serie de fobias y manías que te cuesta trabajo reconocer. Pertenecen a aquel cuadrante de la ventana de Johary que tanto te iluminó en tus primeros contactos con la psicología de la interrelación. Se trata de aquella parte de tu conducta que todo el mundo ve. Menos tú.
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