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Recientemente he tenido la fortuna o el infortunio, porque en estas cosas nunca se sabe, de asistir a una de esas escasas charlas coloquios que de vez en cuando nos brinda el mundo de la cultura. La sala de la Biblioteca Nacional abrió sus puertas para acoger el palique entre los escritores Eloy Tizón, Nuria Barrios y Elvira Navarro. El tema por tratar se sustentaba sobre una pregunta un tanto confusa ¿cuánta ficción hay en la realidad?
Una de las características modelada por el ángulo es su apertura, sus lados delimitan el grado de su amplitud con el fondo ilimitado. Al hablar de mirar las cosas, está clara la importancia de la dirección establecida y nuestra capacidad de colocarle obstáculos, somos agentes activos. En el diseño de los automóviles aparecen las zonas invisibles para el conductor, ángulos muertos.
Aunque criticada por su nivel de simplificación, la teoría del cerebro reptiliano, difundida por el neurólogo Paul D. MacLean en la década de 1960, se presenta atrayente para los legos en la materia, como es el caso de quien suscribe, pues nos retrotrae a otros esquematismos explicativos, verbigracia, el de infraestructura/superestructura.
Nosotros, hombres sencillos, de difícil discurso, sólo tenemos claro varios términos muy simples: TIMO, ENGAÑO, MENTIRA, REALIDAD y VERDAD. Académicamente hay conceptos que se definen de tal forma que parecen lo que no son o son lo que no parecen... SÓLO UNA BUENA EDUCACIÓN ACLARA CADA SIGNIFICADO.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".
Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.
Llevo un tiempo fuera de las redes, el mismo tiempo que llevo sin escribir, pero ya sabéis, en este mundo, internet es un utensilio de trabajo para todo, así que, tras sacar mi nuevo poemario, Invisible, he echado un vistazo a las redes para ver cómo iba mi publicación de visualizaciones.
Fue Jean Baudrillard uno de los intelectuales de la denominada posmodernidad. Es conocido por su teoría sobre el simulacro o ausencia de realidad, suplida, en el orbe posmoderno, por un contexto virtual creado a través de los ‘mass media’ (hoy añadiríamos las redes). De este modo, afirmó, allá por 1991, que la guerra del Golfo no había existido, o, al menos, no había sido real, sino pura representación televisiva.
No son amigos de los detalles los colectivistas que ahora acometen gobernarnos, como no lo suelen ser los creyentes religiosos ni, en general, los amantes de la verdad absoluta, independientemente de profesar dogmas laicos o clericales.
No sería incoherente pensar al vocablo poesía como antónimo de economía. Todos preferimos, en el fondo, la primera, pero la segunda es inasequible al desaliento; nos hace descender, con frecuencia, de la nube blanca y esponjosa de nuestros ensueños o delirios, y resulta ello tan desagradable como despertarse con brusquedad de un sueño dulce.
Cierro mis ojos, respiro profundamente, algo me dice que con el paso del tiempo no soy el mismo, pero sigo siendo yo. Sí, algo hay en nuestro interior que le da congruencia, coherencia, ilación o nexo a lo que vivimos y nos rodea, pero desde esa visión que puede dar fe de lo anterior, también hay algo que “atestigua”, que el paso del tiempo la ha cambiado, para ver de manera diferente lo que ha sido el ayer.
Es necesario seguir profundizando en este sustrato más profundo de la realidad humana, los sentimientos y la experiencia más allá de la supervivencia de la vida diurna; en la vigilia intentamos sobrevivir a un mundo lleno de conflictos que pudieran detener nuestro paso, sin embargo, en los sueños del hombre mortal, en aquellos momentos de mayor indefensión, surge la libertad de volar sin alas, de cantar más allá de los límites espacio-temporales de lo real.
Para una mejor autoconciencia, reconozco que me ensimisma mirar a las estrellas, verme en su poesía y florecer en los diversos lenguajes del corazón. En efecto, nuestro caminar por aquí abajo, nos súplica mirar al cielo y morar en él, aunque los pies los tengamos en camino por la tierra.
Darse muerte a través de la imaginación, es un arte aniquilarse y regresar a la vida para no estar muerto, es así quizás destruirse con el pensamiento...
Era una madrugada, casi aparecía la aurora ante formidable devoción lejana que vibra, place, y, se apagó la radio, una voz melodiosa que sonaba y sonaba llevándose una historia irreparable, no remedada.
Siendo bastante sencillo y normal de igual forma que entro en el cuarto de baño a hacer aguas mayores y menores, cuando tengo necesidad de ello obligado a veces con cierta urgencia.
La idea de que una madre lo da todo por sus hijos, sin esperar nada a cambio, esta esencia materna conduce a una sacralización de lo materno, que implica un amor puro, no atravesado por aspectos eróticos ni agresivos. De ella no se esperan ni se aceptan ciertas conductas.
Dijo un humorista que para el estallido de una revolución, se necesitan oprimidos y opresores, y que estos últimos son fáciles de reconocer por cuanto que siempre están pasándola bien. Sucedió en el Paraguay de 1936, cuando un pueblo que salía de una guerra se enfrentó a una oligarquía hegemónica, incapaz de encarar las sustanciales reformas que el momento histórico reclamaba.
En el curso de las andanzas menesterosas por estas tierras, comarcas y países, alguna enseñanza sí parece haber asentado pese a las frivolidades. Al socaire de las mentalidades y los tiempos, los grandes conceptos perdieron consistencia y los fundamentalismos se tornaron obsoletos. No es creíble la existencia de una sola cabeza de tamaño suficiente para contener un único dogma.
La publicación de lecciones de Xavier Zubiri que permanecían inéditas es una magnífica iniciativa que pone en manos de los lectores 1.236 páginas de contenidos esenciales para comprender mejor la evolución de la filosofía zubiriana y de su génesis a través de los años. Su curso Filosofía primera fue impartido entre los años 1952 y 1953.
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