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El Banco Central Europeo (BCE) se enfrenta a un conjunto de factores convergentes que sugieren una pausa reflexiva durante su reunión de octubre. La economía de la zona euro muestra signos reveladores de un amplio estancamiento. Los últimos datos del PMI subrayan esta tendencia.
A los riesgos que ya existían desde el punto de vista macroeconómico, como los tipos de interés, la inflación o la tensión en las curvas de deuda, se ha añadido el recrudecimiento de los riesgos geopolíticos con el conflicto en Oriente Medio. Esta crisis, en particular, ha tenido un impacto evidente en los mercados de renta variable, que han experimentado un incremento de la volatilidad.
Las grandes petroleras estadounidenses aprovechan su revalorización para resistirse al giro hacia la descarbonización y realizar grandes operaciones de compraventa de acciones. Sus ratios precio/beneficio han subido un 50% en el último año, hasta doce veces.
Dado el aumento de la incertidumbre, el Consejo de Gobierno del BCE debe estar bastante contento de que la última vez se telegrafiara una pausa en términos nada ambiguos tras una subida de 25 puntos básicos que parecía posiblemente la última de este ciclo. Es lógico que la reunión del Consejo sea lo menos agitada posible.
“La mayoría de las valoraciones de los activos cotizados reflejan ya un escenario de aterrizaje suave. Nuestra opinión fundamental es que la economía mundial se encuentra actualmente en una posición vulnerable y, por tanto, en riesgo de entrar en la fase descendente del ciclo crediticio”.
El sorpresivo ataque de Hamás lanzado contra Israel el 7 de octubre ocurrió casi exactamente 50 años después del inicio de la Guerra del Yom Kippur, cuando Egipto y Siria atacaron a Israel. Las raíces de este conflicto se remontan profundamente, al menos hasta la creación del estado de Israel en 1948. La historia muestra claramente que no hay soluciones fáciles ni victorias rápidas (ya sea militar o políticamente) en lo que respecta al conflicto israelí-palestino.
Los mercados mundiales de materias primas siguen moderadamente afectados por esta tragedia que es, principalmente, humana. En ausencia de perturbaciones físicas, el petróleo sigue cotizando por debajo de los máximos alcanzados cuando Arabia Saudí y Rusia anunciaron recortes de producción. Por el momento, la fortaleza del dólar y los temores de recesión pesan más que el papel del petróleo como cobertura geopolítica… Por el momento.
Semana de ida y vuelta que deja sobre la mesa la duda de estar o no, ante un suelo de mercado. Rebote desde niveles técnicos clave, alto sentimiento negativo con salida de flujos, tipos a largo que se disparan, pero consiguen cerrar por debajo de los máximos semanales y una temporada de resultados que empieza sorprendiendo de forma positiva. ¿Suelo de mercado o falso escape? ¿Oportunidad para comprar o para vender?
Mientras las tormentas del verano pueden haber pasado, las nubes aún se ciernen y el camino que tenemos por delante no está del todo claro. ¿Realmente ha alcanzado su punto máximo la inflación o fue la lectura del IPP de EE.UU. para septiembre una señal preocupante de que otra oleada se avecina?
Son años complejos, hoy hablamos de la pandemia en tiempo pretérito, pero las evidentes consecuencias de vidas entregadas, además de las económicas, sociales y psicológicas continúan a la vista. Sin ir más lejos, por ejemplo, la escultura “El record de la terra” de Rosana Antolí mantiene vivos en la memoria a los que se han ido. Ahora bien, miremos levemente el panorama económico internacional para luego reparar en la situación española.
El dinero en efectivo está rindiendo a su máximo nivel en 15 años, lo que ha provocado entradas por valor de 1 billón de dólares en fondos del mercado monetario estadounidense este año. Se trata de dinero que, de otro modo, se habría quedado en depósitos bancarios o quizá habría encontrado un camino en el mercado de valores.
La era de bajos tipos ha permitido a muchas empresas reducir y refinanciar deuda en los mercados a tipos mucho más favorables. Esta dinámica, en ciertas narrativas, ayudaría a explicar el por qué las ganancias corporativas han sido tan resilientes y el retraso de la esperada recesión.
La economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del fracking suscita recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandone sus equipos e infraestructura actuales.
El Banco Central Europeo (BCE) señaló la semana pasada que probablemente ya no subirá más los tipos de interés. Con la tasa de interés oficial en el 4,5%, y tras diez subidas, Alemania está en recesión y los PMI regionales indican contracción. Por su parte, el Banco de Inglaterra (BoE) está considerando una última subida, ya que el Reino Unido se enfrenta a una de las inflaciones más altas del mundo.
El BCE subió los tipos 25 puntos básicos al dar más importancia a la inflación que al crecimiento. Está claro que el BCE quiere acabar ya con las subidas, y los datos de crecimiento probablemente lo corroboren; sin embargo, aún quedan algunos obstáculos que superar de cara a finales de año, sobre todo en lo que se refiere a los precios de la energía.
Los datos de inflación vienen a confirmar lo que teníamos de forma adelantada. Al final vemos que la inflación se eleva hasta el 2,6% en agosto y la subyacente corrige una décima hasta el 6,1%. Esto no quiere que los precios no estén subiendo, sino que suben de forma más suave en el caso de la subyacente, mientras que la inflación general crece con más fuerza.
Semana importante para los mercados ante las grandes citas macro que afectarán, sin duda alguna, a las expectativas de los inversores. De un lado tenemos la inflación estadounidense y, de otro lado, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) como puntos destacados de la agenda.
Cierra un mes de agosto de suave tono bajista en los mercados bursátiles. Pequeñas caídas en los principales selectivos (2,78% para el eurostoxx50, 2,05% para el DAX30, 1,11% en el CAC40, 1,53% en el Nasdaq, 2,13% en el Dow Jones o 1,47% en el SP500). Resalta como nota discordante el IBEX35 del que no se puede decir que haya tenido un mes prolífico, pero sí que consigue cerrarlo en verde (0,18%).
El fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos, por lo que un hipotético estallido de la burbuja inmobiliaria china podría provocar un nuevo "crash" bursátil y una posterior contracción de la economía global que desembocaría en el peligroso escenario de estanflación secular.
La realidad nos presenta simultáneamente tres hechos clave de hoy en día. Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, afirma que seguirá subiendo los tipos de interés del dólar, incluso reconociendo que la economía estadounidense está teniendo un crecimiento sólido. El Banco Central Europeo (BCE) aplicará su elevación de los tipos de interés del euro en la Unión Europea (UE) aunque la economía alemana haya entrado en recesión.
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